El proyecto elegido para la futura sede del Ejecutivo porteño en Barracas tiene exigencia arquitectónica y es el más económico.
Por Berto González Montaner *
Luego de una férrea compulsa se decidió cuál será el edificio
que alojará la nueva sede de Gobierno porteño en el barrio de Barracas.
El trabajo ganador fue seleccionado entre tres proyectos que pasaron a
una segunda vuelta en el concurso de anteproyectos convocado por el
Gobierno y organizado por la Sociedad Central de Arquitectos. La primera
selección se realizó según los atributos arquitectónicos del proyecto;
la segunda y definitoria fue la evaluación económica.
Desde un
primer momento, tanto las empresas como el Gobierno le pusieron el ojo a
la propuesta del estudio Egozcue Vidal + Pastorino Pozzolo (EV+PP) por
ser la más racional, la más económica y la que permitía resolver su
construcción en etapas. Así fue que las 7 empresas y UTE que se
presentaron a la licitación, salvo una, todas ofertaron por el proyecto
de EV+PP. La ganadora es la UTE formada por Teximco SA, EMA SA, Dal
Construcciones SA, y será quien hará la obra.
Egozcue Vidal +
Pastorino Pozzolo tiene una larga trayectoria y no pocos diplomas. Este
estudio de arquitectos tuvo una temprana fama cuando ganó en el año 1971
otro concurso importante para la zona sur, el Hospital Nacional de
Pediatría “Dr. Juan P. Garrahan”. Con pocos años de recibidos tuvieron
que desarrollar esta obra descomunal de unos 100.000 metros cuadrados.
De allí no dejaron de sacar premios en concursos y de realizar
importantes obras tanto para el sector público como privado,
profundizando su experiencia en resolver programas complejos con
técnicas apropiadas y responsabilidad patrimonial y ambiental. Si
tuviera que definir su arquitectura diría que es lo más cercano a un
Ford Falcon: sólida, funcional, confiable, clásica.
En la
Argentina, el bichito de crear nuevas sedes de gobierno picó fuerte. En
San Luis, Alberto Rodríguez Saá inauguró, para el Bicentenario, el
complejo Terrazas del Portezuelo, una ciudadela en las afueras del casco
urbano que parece una Brasilia en miniatura. En lo alto del cerro
construyeron una gran plaza pública que balconea a la ciudad y de la
cual emergen tres edificios en forma de pirámide donde se alojan la sede
de gobierno y la residencia del gobernador. Completaron el proyecto con
la torre Hito del Bicentenario, que tiene 130 metros de altura e
incluye un mirador.
Córdoba no se queda atrás. Su anterior
gobernador Juan Schiaretti comenzó a construir su Centro Cívico y Centro
de Convenciones. Hay que verlo: un inmenso basamento del que surge una
torre de hormigón retacona, retorcida, casi una pieza escultórica que
esconde oficinas. Y que ya se convirtió en el nuevo hito simbólico de la
ciudad.
Ahora Buenos Aires intenta sumarse a estas iniciativas
de reordenamiento burocrático y simbólico. Y, tal como vienen las cosas,
con sobradas razones. Seguramente era distinto cuando el intendente
porteño era ungido por el Presidente. Pero hoy, compartir como buenos
vecinos la Plaza de Mayo con el poder central, parece no ser tarea
sencilla.
Desde el punto de vista simbólico, el edificio propuesto
por EV+PP puede leerse como una reproducción formal del nuevo escudo de
la Ciudad. También como replicando en planta el famoso dibujito hecho
por Le Corbusier de Buenos Aires vista desde el río con las 5 torres que
imaginaba para la ampliación del centro administrativo porteño. Y en
una versión más contextual, los 5 bloques con que arma el edificio
pueden leerse como una alusión a la forma pabellonal de los hospitales
circundantes. En resumen, el edificio se organiza en estos 5 bloques de
vidrio ubicados en forma paralela, rodeados de verde, e interconectados
por una circulación transversal que es la espina vertebral del edificio.
Tal como se ha anunciado, la futura sede gubernamental es la
punta del iceberg del Parque Cívico Central, una pieza clave para
equilibrar el postergado sur porteño. Se trata de la reurbanización de
un área eternamente descuidada que va desde la Av. Caseros a Australia y
desde Dr. Ramón Carrillo a Perdriel y que incluye los hospitales Tobar
García, Borda y Moyano.
Tal como sucedió con el actual Palacio de
Gobierno –ubicado en la Avenida de Mayo y Bolívar–, cuando Juan A.
Buschiazzo lo construyó en 1893, el nuevo proyecto ya está envuelto en
controversias. En aquel entonces el diario El Tiempo describía a la
Municipalidad como “un portaviandas de fiambreras superpuestas”. Hoy,
las razones de la polémica no son estilísticas; son más terrenales: los
internos y trabajadores de los hospitales ubicados en esos predios temen
por su destino.
* Editor Jefe ARQ
Fuente: clarin.com
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