El pianista Horacio Lavandera ejecuta nuestro Himno Nacional en el mismo instrumento en el que se lo tocó por primera vez en la Historia. |
210 ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO
NINÍ MARSHALL:
"MI VIDA ES LA DE UNA SEÑORA DE SU CASA QUE SE HIZO LA GRACIOSA"
Se cumplieron 24 años de la muerte de la dama del humor argentino, la Chaplin con polleras, creadora de inolvidables personajes.
El 1 de junio de 1903 nace en el barrio de Caballito, Marina Esther Traveso, nuestra querida y recordada Niní Marshall, actriz,
guionista y comediante. Hija de Pedro Traveso y María Ángela Pérez, inmigrantes asturianos.
Desde los cuatro años demostró su interés por la actuación y a los cinco
hizo su primera presentación en el Centro Asturiano de Buenos Aires. En su
niñez estudió danzas españolas, pintura, dibujo, canto, piano e idiomas
como francés, alemán e inglés que hablaba a la perfección. Lideró Los
Arribeños del Norte, una pandilla de niños que representaba pequeñas
obras teatrales en el sótano de la casa de un tío.
|
Vivienda de la
calle Defensa 219, en la que vivió Nini durante su infancia. Actualmente es
sede del Museo de la Ciudad.
De Mitzy e Yvonne D’Arcy a Niní Marshall
De Mitzy e Yvonne D’Arcy a Niní Marshall
Antes de llegar
a ser Niní Marshall, por los años 30, fue Mitzy, una crítica de programas en la
revista Sintonía e Yvonne D' Arcy, cancionista internacional, en una serie de
programas radiales.
Su apodo
"Niní" surge de "Marinina", el nombre con el que su familia
la llamaba de pequeña. Su apellido une la primera sílaba del nombre y el
apellido de su marido (Marcelo Salcedo) al que se le agregó una «h» y una «l»
formando Marshall.
|
Niní con Juan
Carlos Thorry
Sus dotes para
la comedia la llevaron a participar como actriz y formar un dúo cómico con el
actor Juan Carlos Thorry . Su popularidad fue en aumento y se convirtió en actriz
protagónica y guionista en la película Mujeres que trabajan (1938)
comenzando así su imparable carrera cinematográfica.
Sus
personajes
Minuciosa
observadora de la realidad creó personajes reflejos de la inmigración europea
del siglo XXI que mostraban, un tanto exageradas, características de las
distintas clases sociales.
Catita, una mujer típica de conventillo
proveniente de una familia italiana, nace en 1937 a partir de la dupla con Juan
Carlos Thorry en Radio El Mundo. Saludaba con su particular “As noche Thorry.
As noches muchachos”, “Catalina Pizzafrola, a sus pieses… Desde hoy,
una amiga más" iniciando un repertorio de audacias idiomáticas
que se convirtió en un éxito arrollador. La voz fue el gran instrumento de
Niní. Reconstruía el habla del barrio, reescribiendo la descendiente de
inmigrantes italianos con una dosis de cholulismo, ingenuidad y malicia. Entre
la voz y el cuerpo Catita lograba un tono inconfundible, característico, un
intercambio permanente con el público.
|
Cándida Loureiro Ramallada, una empleada doméstica gallega que se
expresaba de manera errónea, fue creada por Niní en el año 1934 para el
programa “El chalet de Pipita” en Radio Municipal. La conductora vislumbró sus
dotes para la comedia y le ofreció interpretar a una mucama. El personaje fue
llevado al cine en los films Cándida (1939), Los celos de Cándida (1940) y
Cándida millonaria (1941). Cándida aglutinó los sueños, penuria, deseos y
tristezas de los inmigrantes.
Muchos
otros personajes fueron creados por Niní como Doña Pola,
estereotipo de la colectividad judía; Mónica Bedoya Hueyo de Picos
Pardos Sunsuet Crostón, típica mujer de clase alta y superficial; Niña
Jovita, una solterona pasada de moda; Gladys Minerva Pedantoni,
la alumna más aplicada de la clase; doña Caterina, la abuela
italiana de Catita que hablaba en cocoliche, Don Cosme, un italiano
de voz ronca, Lupe, una joven sufrida y maltratada por su esposo,
Belarmina Cueio, una joven provinciana y empleada doméstica de la Niña Jovita,
Loli, una actriz y cupletista pasada de moda, Mingo, el hermano travieso de
Catita y Bárbara Mc Adam, una mujer refinada y extravagante estereotipo de la
clase alta mexicana.
Niní
explicaba: “Creo mis personajes observando a la gente, prestando atención a los
pequeños defectos que pueden causar risa. Voy a la peluquería y paro la oreja
para ver que hablan los clientes. Las mujeres están en los secadores y deben
gritar para escucharse. A gritos cuentan la vida y milagros de todo el barrio.
Yo caricaturizo lo que allí se dice. En los transportes públicos me pongo los
anteojos negros y doy una vuelta para escuchar a la gente. Parece mentira lo
indiscretos que son. Otra fuente muy jugosa es la placita Vicente López frente
a mi casa; ahí espío a las mucamitas con sus novios y obtengo expresiones,
dichos y situaciones que causan gracia”.
Catita
prohibida por “deformar el idioma”
A
partir de la Revolución del 43 se creó el Consejo Superior de las Transmisiones
Radiotelefónicas. La primera resolución fue presentar una lista de palabras y
locuciones mal empleadas en el lenguaje corriente que debían «proscribirse
de la radiofonía». Niní, al finalizar uno de sus programas en Radio Splendid,
se despidió diciendo: "Hasta el viernes... si nos dejan"». No pudo
volver a presentarse en radio. Recibió un comunicado que expresaba que la
prohibición había sido llevada a cabo «porque sus personajes deformaban
el idioma al pueblo argentino, que no tiene capacidad de discernir».
La
voz de Catita pierde su ambiente por excelencia, la radio. Continúa en el cine
pero, aunque Niní tenía control sobre sus parlamentos, los libretos de las
películas nunca tradujeron el tipo de humor radial que caracterizó a Catita.
Radio,
cine, teatro y televisión
50
años de carrera profesional marcaron su trayectoria. Radio, teatro, cine y
televisión. Intervino en 38 películas, mayormente comedias (28 en Argentina, 9
en México y 1 en España).
Filmografía:
Argentina
Algunas
de sus películas argentinas más emblemáticas son
Mujeres
que trabajan (1938), Cándida (1939), Hay que educar a Niní (1940), Yo
quiero ser bataclana (1941), Orquesta de señoritas (1941), Cándida, la mujer
del año (1943), Carmen (1943), Buenos Aires canta (1947), Catita es una dama
(1956), Cleopatra era Cándida (1964), Ya tiene comisario el pueblo (1967), La
novela de un joven pobre (1968), ¡Qué linda es mi familia! (1980).
"Hay que educar a Nini"- Nini Marshall. Mirtha y Silvia Legrand |
México
En
los años de su exilio en México participó de los films
Una gallega en México (1949), Una gallega baila mambo
(1950), La alegre casada (1950), Mi campeón (1951), Los enredos de una gallega
(1951), Amor de locura (1952), Reportaje (1953), Dios los cría (1953), Una
gallega en La Habana (1955).
España
Yo no soy la Mata-Hari (1949)
María
Elena Walsh la definió como «Nuestra Cervanta” porque «solo un
prodigioso dominio del idioma le permitió a Niní descalabrarlo, travestirlo y
lanzarlo a las efímeras ondas del éter»
Al
cumplir 90 años expresó “La vida me ha dado muchas cosas, sobre todo el
amor de la gente que es lo que yo más agradezco. Lo dije y lo diré hasta el
cansancio: Mi vida no es más que la de una señora de su casa que se hizo la
graciosa. Así quiero que me sientan y así quiero que me recuerden”.
La
última aparición pública de Marshall ocurrió en diciembre de 1995 cuando,
visiblemente débil y frágil, asistió al Teatro Nacional Cervantes para
acompañar a su amiga Libertad Lamarque en el homenaje que le brindó la
Secretaría de Cultura de la Nación
Fuente consultada: Libro "Cine Argentino-Historia y Clasicismo-1933/1956) de Claudio España. Editado por Fondo Nacional de las Artes"
Fuente: Ministerio de Cultura de la República Argentina
"UNA CATÁSTROFE ES TAMBIÉN UNA NUEVA OPORTUNIDAD":
SALVÓ SU VIDA PORQUE PERDIÓ UN TREN Y SE CONVIRTIÓ EN MILLONARIO
John D. Rockefeller no llegó a subir a un tren que descarriló y donde
muy pocos pasajeros sobrevivieron. tres años después del fatal accidente fundó
la Standard Oil, la mayor empresa petrolera de la historia. Murió el 23 de mayo
de 1937, tenía 98 años y había sido el hombre más rico de la Tierra.
John D. Rockefeller (1839-1937) fue el gran magnate del petróleo (Granger/Shutterstock) |
Alfredo Serra
La historia del protagonista de esta nota puede resumirse en un número: más de 800.000 millones de dólares. Calculados, según la inflación de los Estados Unidos, a hoy, mayo de 2020.
La historia del protagonista de esta nota puede resumirse en un número: más de 800.000 millones de dólares. Calculados, según la inflación de los Estados Unidos, a hoy, mayo de 2020.
Pero podría ser
cero. No existir…, si no hubiera perdido el tren de Cleveland a Nueva
York, el 18 de diciembre de 1867, por pocos minutos: los que tardó el
cochero que lo llevaba a la estación en limpiar una de las herraduras de su
caballo.
Porque ese tren
descarriló, y muy pocos pasajeros salvaron su vida… El episodio le dictó una de
sus máximas: “Una catástrofe es también una nueva oportunidad”.
Firmado: John D. Rockefeller. La "D" corresponde a
“Davison”.
Y el nombre
completo corresponde al hombre más rico del mundo. El Rey del Petróleo.
¿Cómo llegó a
serlo? En principio, llegando al mundo en Richford, Nueva York, el 8 de julio
de 1839, hijo del matrimonio de William Avery y Eliza Rockefeller.
Familia de clase media, con sangre de inmigrantes alemanes de religión judía, y
franceses que hicieron pie en los Estados Unidos en 1733.
De William todo
puede decirse, menos que fue un esposo y padre modelo. Infiel y aventurero,
desaparecía por largo tiempo, y aparecía sin aviso, con un cargamento de
regalos para Eliza y para sus seis hijos.
Su oficio:
impostor. Cabalgaba rumbo a las reservas indígenas y les vendía chucherías al
doble o triple de precio, y su bolsillo creció mucho más cuando vendía pueblo
por pueblo un brebaje misterioso que, según él, era infalible para curar el
cáncer… Una vocación comercial que John D. heredó precozmente: en la
escuela primaria –ya enamorado de los números– juntaba piedras, las pintaba,
las vendía entre sus compañeros, y guardaba el dinero en un frasco azul: “Fue
mi primera caja fuerte”, recordó muchos años después, cuando nadaba en
millones…
John Davison Rockefeller camina junto a su hijo John D. Jr cerca de 1910 en Nueva York (Everett/Shutterstock)
Piedra a
piedra, pincelada a pincelada, ahorró 50 dólares –en esos
años, una suma respetable–, y los usó para prestárselos, al 7 por
ciento de interés, a un amigo de su padre acogotado por las deudas. Episodio
que le dictó otra de sus famosas máximas: “No trabaje por el dinero,
deje que el dinero trabaje por usted”.
En esa época,
niño aún, inauguró una libreta que llamó “Registro A”, donde anotó cada
uno de sus pequeños pasos financieros: un nombre que conservó hasta su
retiro, en 1911… pero con muchos tomos: nada menos que el arrasador huracán de
su imperio petrolero. Standard Oil. El mayor del planeta.
A los 16 años,
ya contador y siempre obsesionado por los números, empezó a trabajar en una
empresa de comercio de granos, de sol a sol (“Nunca me importaron los
horarios”), llegó a ganar 600 dólares por año –era 1857–, y cuando le negaron
un aumento de 200, que sin duda merecía, renunció y se lanzó a la
aventura del negocio propio.
Su capital
en ese momento: 800 dólares. Pero le
faltaban 1.000 para crear su primera empresa de corretaje de
granos. Se los prestó su padre... a un 10 por ciento de interés
anual hasta que alcanzara la mayoría de edad. El vendedor de baratijas
a los indios y de absurdas pócimas contra el cáncer… era un Rockefeller en
estado puro.
Fundó con un
socio la firma Clark & Rockefeller, ganó 4.000 dólares el primer año,
16.000 el segundo…, pero eterno disconforme, y luego de una inversión en la
importación de café, olió algo también oscuro, denso y llamado a cambiar el
mundo: Su Majestad el petróleo.
Su primer
cuartel general: Cleveland. Ciudad que hacia 1861 era una de las más modernas y
ricas del país, y sede de enormes industrias. “No tardé en entender
–contó muchas veces, ya Gran Emperador del Oro Negro– que ese combustible sería
la mayor fuente de energía del mundo”.
El año 1862 fue
su primera llave: con sus ahorros levantó su primera refinería. En
poco tiempo compró otras. Y no paró hasta tener casi todas las de la ciudad: El
Dorado con el que vanamente soñaban los descubridores y conquistadores de
tierras desde el siglo XV.
|
Su golpe de nocaut fue, en 1870, la creación de la Standard Oil: una empresa-monstruo que en poco tiempo refinó una cuarta parte… ¡de toda la producción petrolera del país! (Everett/Shutterstock)
Pero, ¿qué clase
de hombre era? Inteligente. Ojo de águila y olfato de perro cazador
para los negocios. Insaciable: toda ganancia –hasta las siderales–
le parecía poco. Religioso hasta la médula. Republicano en
política. Ahorrativo hasta lo increíble: la misma ropa siempre,
almuerzo en los restaurantes más baratos, y –según testigos–, “las propinas más
miserables jamás conocidas”.
Se casó con
Laura Celestia Spelman,
una profesora de Nueva York, para toda su vida, y tuvieron cinco hijos: Elizabeth,
Alice, Alta, Edith y John D., que dejó este mundo en 1960. Una prole cuyos
nietos y bisnietos, hasta hoy, mantuvieron encendida la antorcha del poder y
del dinero, a diferencia de otras poderosas familias que apenas dejaron huella.
Como dándole la
razón a su dicho “todas las catástrofes son una oportunidad”, la feroz Guerra
Civil Norteamericana fue la última llave que le abrió la más impenetrable de
las puertas: lograr, en ese río sangriento y revuelto, convertir la
mera extracción de petróleo en un pulpo de varios tentáculos: refinarlo,
transportarlo –a pesar de la furia Cornelius Vanderbilt, dueño de
los ferrocarriles que hacían ese trabajo– y controlar su marcha hasta el último
punto del mapa del negocio.
|
JERUSALÉN:
ARQUEÓLOGOS DESCUBRIERON UN COMPLEJO SUBTERRÁNEO
DE 2.000 AÑOS JUNTO AL MURO DE LOS LAMENTOS
Los investigadores señalaron que es un “hallazgo único” que arroja luz sobre la vida cotidiana de los habitantes de la antigua ciudad
Crédito: Israel Antiquities Authority |
Este
sistema, el primero de este tipo descubierto en el área del Muro de los
Lamentos, fue expuesto en excavaciones realizadas por la Autoridad de
Antigüedades de Israel en el complejo Beit Straus”, bajo el vestíbulo de
entrada a los túneles del Muro.ental, en el complejo de Beit Strauss.
Este sistema, el primero de este tipo descubierto en el área del Muro de los Lamentos, fue expuesto en excavaciones realizadas por la Autoridad de Antigüedades de Israel en el complejo Beit Strauss, bajo el vestíbulo de entrada a los túneles del Muro.
Este sistema, el primero de este tipo descubierto en el área del Muro de los Lamentos, fue expuesto en excavaciones realizadas por la Autoridad de Antigüedades de Israel en el complejo Beit Strauss, bajo el vestíbulo de entrada a los túneles del Muro.
El sistema estaba sellado bajo el suelo de una gran e impresionante estructura del período bizantino
|
Los investigadores suponen que el complejo fue utilizado por los residentes de Jerusalén durante el período romano temprano, antes de la destrucción de Jerusalén y del Segundo Templo.
El
complejo tiene dos habitaciones y un patio abierto y contiene varios
sitios cotidianos. Los investigadores propusieron varios usos posibles para los
locales, que van desde el almacenamiento de alimentos hasta una zona de
vivienda.
La estructura permaneció intacta durante siglos
|
“Este es un hallazgo único”, destacaron Barak Monnickendam-Givon y Tehila Sadiel, directores de la excavación en nombre de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
“Por primera vez, un sistema subterráneo adyacente al Muro de los Lamentos ha sido descubierto”, resaltaron
los expertos
“Deben entender que hace dos mil
años era una costumbre construir en piedra en Jerusalén, como lo es aún hoy en
día. La pregunta es, ¿por qué se han invertido tantos esfuerzos y recursos en
la construcción de habitaciones subterráneas en la roca?”, se preguntaron.
El director de la Fundación del
Patrimonio del Muro, Mordechai Suli Eliav, comentó al
respecto: “Incluso cuando había limitaciones físicas, la oración al pie del
remanente de nuestro templo nunca cesó, y esto es una prueba tangible de ello”.
|
Entre otras cosas, hallaron vasijas de cocina de loza, un núcleo de lámparas de queroseno, una taza de piedra relacionada exclusivamente con los sitios judíos del Segundo Templo, y un fragmento de qalal, un gran depósito de piedra utilizado para almacenar agua, que se pensaba que estaba relacionado con las prácticas rituales judías de pureza.
|
“El rico conjunto de
descubrimientos encontrados en estas excavaciones arroja luz sobre la vida
cotidiana de los habitantes de la antigua ciudad", celebraron los
investigadores.
Según Monnickendam-Givon y
Sadiel, el lugar podría haber servido como despensa para una estructura aérea
que no sobrevivió, o como un espacio tallado que permitió la vida subterránea.
Crédito: Israel Antiquities Authority
Las
excavaciones en el sitio, renovadas hace aproximadamente un año, se están
llevando a cabo como parte de la labor de preparación de un nuevo y fascinante
recorrido, además del clásico recorrido de los Túneles del Muro Occidental que
lleva a cabo la Fundación del Patrimonio del Muro Occidental.
DESCUBRIERON UNA "CALLE PERDIDA" CONSTRUIDA POR PONCIO PILATO EN JERUSALÉN. Los investigadores que hallaron el pasadizo dicen que data del año 31 después de Cristo y servía para conectar monumentos históricos de la ciudad.
Una calle “perdida” de más de 2.000 años de antigüedad, construida en Jerusalén por el rey Poncio Pilato, ha sido descubierta por segunda vez desde que la ciudad fue saqueada por los romanos en el año 70 d. C. El antiguo pasadizo, que fue originalmente descubierto unos arqueólogos británicos en 1894, era utilizado por los antiguos peregrinos de la “Ciudad de David” para entrar al Templo del Templo, ubicado dentro de los muros de Jerusalén.
Según
el periódico británico The Independent, grupo de investigadores
encontraron más de 100 monedas de oro debajo de los adoquines que
datan de la calle alrededor del año 31 d. C. El hallazgo proporciona
una fuerte evidencia de que la calle fue encargada por Poncio Pilato, el
gobernador romano de la provincia de Judea, mejor conocido por ser el
funcionario que supuestamente presidió el juicio de Jesús y ordenó su
crucifixión.
Después
de seis años de extensas excavaciones arqueológicas, los investigadores de
la Autoridad de Antigüedades de Israel y la Universidad de Tel
Aviv han descubierto una sección de 220 metros de largo de una antigua
calle. Creen que esta calle era utilizada por varios acceder a el piscinas
de Siloé o el Monte del Templo. Ambos de estas son monumentos venerados por
judíos y cristianos por su suma importancia en el Antiguo Testamento.
Según
la Biblia, el piscinas de Siloé fue el lugar donde Jesús realizó el
milagro de curar al hombre ciego, casi al mismo tiempo que se estaba
construyendo dicha calle.
Fuente: infobae.com |
¿LA MONA LISA SALE A LA VENTA?
A worker installs a 17th century copy of the painting Mona Lisa (La Joconde) before its auction at Sotheby's auction house in Paris, France, November 14, 2019. REUTERS/Johanna Geron
Todo comenzó como un comentario
al pasar, en una revista de poca llegada, pero de a poco el rumor comenzó a
tomar niveles de preocupación real y despertó una vieja disputa entre Francia e
Italia. ¿Está a la venta La Gioconda de Leonardo da
Vinci?
El consultor digital
parisino Stéphane Distinguin comentó en la revista
francesa Usbek & Rica una propuesta polémica: sacar
a la venta la máxima obra -vendible- de Leonardo da Vinci en “al menos 50 mil
millones de euros a algún príncipe árabe” para reinvertir las
ganancias de la venta para apoyar las artes, tras la crisis económica generada
por la pandemia de coronavirus.
Ayer, 13 de mayo, el diario
italiano Corriere della Sera, levantó estas declaraciones y
preguntó a Distinguin por la posibilidad real de que esto sucediera y el
empresario, que no es un representante del gobierno, ni siquiera del sector
cultural, sumó que vender la “joya de la familia” podría ser un “buen negocio,
desde un punto de vista económico y cultural”.
"Vamos a deshacernos del
cuadro y usar ese dinero para pensar en el futuro de la cultura y el
arte…Alguien como Bezos (fundador de Amazon) podría
adquirirla”, sumó.
Más allá de que Distinguin no
tiene ninguna autoridad para tomar decisiones para poner a la venta la pintura
más famosa del mundo, sus palabras despertaron una vieja disputa entre el país
que posee la obra, Francia, y el que asegura que le corresponde, Italia, y las
redes sociales en la península itálica explotaron bajo el hashtag #Gioconda.
Esta no es la primera vez que la
pieza Da Vinci ha estado en el centro de una disputa entre ambos países. El año
pasado, la discusión tomó niveles diplomáticos, involucrando inclusive a los
ministros de cultura, debido al préstamo de Italia del Hombre de
Vitruvio de Da Vinci al Louvre, donde se realizó una mega muestra
por los 500 años del polímata florentino.
El conflicto surgió cuando la
administración italiana del gobierno de Paolo Gentiloni había
prometido en una serie de cadenas de correos electrónicos que cederían todos
los cuadros de Leonardo que se exponen en los museos públicos italianos y que
no organizarían ninguna gran iniciativa que pudiese ensombrecer las intenciones
del Louvre.
El gobierno posterior, en cambio,
dio marcha atrás y entonces aseguraron que el convenio era “una vergüenza”, por
lo que habían decidido revisar el acuerdo. “No es porque sea Francia, pasaría
lo mismo con Finlandia”, explicó la subsecretaria del Ministerio de Bienes
Culturales y Turismo italiano, Lucia Borgonzoni. “Aunque muriera en Francia,
Leonardo es un genio italiano, y no vamos a regalarles todo a cambio de nada.
Por algo se llamaba Leonardo, no Leonardò como le llaman ellos”, dijo
pronunciando en francés. Finalmente, Francia ganó la disputa.La Mona Lisa se encuentra en
Francia, país donde murió Da Vinci, debido a que fue completada allí, alrededor
de 1517, y luego vendida al rey Francisco I. La pintura luego se
convirtió en propiedad de la República Francesa y ha estado en exhibición
permanente en el Louvre en París desde 1797.
Fuente: infobae.com |
"ESTOY PERDIENDO":
EL DÍA QUE FRANK SINATRA SUPO QUE SE MORÍA
Y LOS ESPECIALES RITUALES EN SU ADIÓS
El 14 de mayo de 1988, mientras su cuarta esposa le rogaba que luchara, el corazón de La Voz latió por última vez y se apagó. Nunca fue del todo feliz, excepto sobre un escenario. Sus últimas horas, los objetos que lo acompañaron a la tumba y la sorprendente leyenda en su lápida
Frank Sinatra tuvo una voz irrepetible que un crítico definió como “un timbre suavemente dorado, cantando con la música, respirando la melodía, de elegante dicción, sin preciosismos, y un magnetismo único”. Es decir: la perfección (Shutterstock) Alfredo Serra
“And
now, the end is near / and so I face / the final courtain…” (“Y ahora el fin
está cerca / y entonces enfrento / el último telón”(My way, de Paul
Anka: el himno de Frank Sinatra, cantado a su manera: como nadie nunca
más.
Catorce
de mayo de 1998, Centro Médico Cedars–Sinai, West Hollywood, California. Bárbara
Marx, su cuarta mujer, se inclina sobre la cama:
–Lucha,
Frank. ¡Lucha, Frank!
–Estoy perdiendo.
A las once menos diez de la noche, los monitores trazan la línea fatal: el corazón de Sinatra –pasión, fuego puro– latió por última vez, y se apagó. Como poco después se apagaron las infinitas luces de Las Vegas, y las jugadas de los casinos se suspendieron por un minuto, y acaso no hubo un mejor homenaje para un gambler, un jugador que quemó hasta su última ficha en todo: juego, amores, música, cine… y que resurgió de sus cenizas cuando parecía que el mundo lo había olvidado.
En
ese sombrío día de hace 22 años, sus manos están quietas: otros se ocuparán de
su último viaje… Pero eran firmes, huesudas –como todo él– cuando pegaba en su
pieza de Hoboken, barrio bravo de Nueva Jersey, fotos de Bing Crosby, su
primer ídolo. O cuando rompían cámaras (y caras, a veces…) de fotógrafos
“pesados como moscardones”, decía. Más de una vez y por eso, entre rejas… O cuando
pasearon por cuerpos bellos, ardientes y célebres: Kim Novak, Lauren
Bacall, Natalie Wood, Liz Taylor, Mia Farrow, Nancy Reagan (dicen…), y la
máxima. La que bautizó como “El animal más hermoso del mundo”. Amor
eterno, posible e imposible, profundo y violento, inolvidable para ambos, pero
“muy peligroso, porque éramos demasiado parecidos”, dijo ella en uno de sus mil
días españoles de amantes, toros y alcohol. “Demasiado alcohol”, confesó. Ava Gardner. ¿Quién otra si no?
Se
casó cuatro veces: Nancy Barbato, Ava Gardner, Mia Farrow y Bárbara Marx. Pero
Ava fue la mujer de su vida.
Las manos siguen quietas, of course. Pero son las mismas que descorcharon botellas (miles, también) de Jack Daniel’s, ese bourbon que aterciopeló su voz única, sin sucesores, sin moldes, reconocible hasta en medio de un terremoto, y que palmearon los hombros de Bugsy Sigel, de Sam Giancana, de Lucky Luciano: legendarios capi di tutti capi, mafiosos vestidos como príncipes y protegidos por ametralladoras.
Las
horas empiezan a pasar. El mundo llora: La Voz se fue. Yace con los ojos
cerrados: los inmortales ojos azules. Las manos se tiñen de un color
triste. Ha empezado la eternidad. Palabra nada gratuita: De aquí a
la eternidad (1953), el film que lo rescató de un abismo de olvido:
otros tiempos, otra música, otros cantantes, otros gustos y ciertas
estridencias lo bajaron lentamente del ranking de los top. Se sintió nadie.
Batalló, acaso gracias a “una oferta que no podrá rechazar”, según la memorable
escena de El Padrino y las ensangrentadas sábanas del
todopoderoso productor (la pura verdad nunca se sabrá del todo), pero en todo
caso un instante de iluminación, de epifanía: su rol del soldado Maggio,
que no sólo le pone en esas manos el Oscar, también lo instala en un
ascensor cuyo último piso se llama Resurrección.
Y
vuelven los ojos azules. Y el ranking de los top vuelve a repetir su nombre en
el primer puesto, lo mismo que las carteleras de los hoteles de Las Vegas,
una ciudad inventada para él. Y para los Rat Pack: Pandilla de ratas que, como planetas, giran
en torno del Rey Sol: Frank.
Pasemos
lista: titulares, Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford –cuñado de
John y Bob Kennedy– y Joey Bishop. Invitados especiales: Shirley MacLaine,
Lauren Bacall, Angie Dickinson, Marilyn Monroe, Judy Garland. Y un antecedente
ilustre: el primer Rat Pack tuvo como monarca a Humphrey Bogart, y donde
un muuuy joven Sinatra asistió como grumete. Aprendiz que superaría al maestro.
El Rat Pack fue un torbellino de ruidosas noches que recién se aplacaba al amanecer. De mujeres. De alcohol. De escándalos. Pero cuidado. El jefe, Frank, tenía fibra de tipo noble. Se enfrentó con los hoteleros que obligaban a Sammy Davis a entrar por la puerta de atrás, destinada a los negros. Se asqueó ante la caza de brujas de John Edgar Hoover, el puritano político –pero gran pecador en la intimidad– y eterno jefe del FBI cuando cargó contra los supuestos comunistas de la colonia de Hollywood. Donó fortunas para mitigar el calvario de chicos maltratados o enfermos. Fortunas que empezaron en 1946 al aparecer su primer álbum, The Voice Of Frank Sinatra: en un año vendió… ¡10 millones de copias!
Es
leyenda que jamás defraudó un amigo. Pero lo defraudó uno de los más
cercanos y poderosos. La historia política registra la ayuda de Frank a
John Kennedy, vía el jefe mafioso Sam Giancana, para que ganara las
elecciones en algunos lugares que éste dominaba. Funcionó. Ya con Kennedy
Presidente, Frank hizo construir para él un ala en su casa de Palm Springs, lo
invitó…, pero su antes gran amigo lo dejó plantado por consejo de Bob
Kennedy, ya Fiscal General y ya declarada su guerra contra la mafia. Entre las
mil versiones de la tragedia de Dallas, 22 de noviembre, 1963, una juega su
carta más fuerte:el asesinato del presidente fue una venganza de la mafia ante
la persecución del Fiscal Bob.
Voz irrepetible que un crítico definió como “un timbre suavemente dorado, cantando con la música, respirando la melodía, de elegante dicción, sin preciosismos, y un magnetismo único”. Es decir: la perfección. El equivalente, en voz, a una escultura de Miguel Angel.
Dijo
adiós después de grabar más de mil temas y lograr que 130 fueran hits
imbatibles, y de deslumbrar como actor –un talento que redondea el genio que
fue– no sólo en De aquí a la eternidad, que está en la biblioteca
de la Casa Blanca y en el Museo Nacional del Cine: también en dos perlas
purísimas: El hombre del brazo de oro y La máscara del
dolor. Dos trabajos estremecedores entre las más de cincuenta
películas que lo guardan para siempre.
Se retiró en 1995, luego del concierto de despedida, y a los 80 años, en el Shrine de Los Ángeles, y con Ray Charles, Little Richard y Natalie Cole como invitados súper stars.
Un
poco antes, el día de su cumpleaños y en su casa, sus amigos le cantaron el
Happy birthday. Agradeció conmovido. Pero dijo:
–¡En
toda mi vida oí un coro peor!
Según
uno de sus infinitos biógrafos (y otros que coinciden), “a pesar de sus muchas
historias de amor, sus amigotes, sus juergas hasta la salida del sol, su fama
incomparable, su fortuna… Frank Sinatra fue un hombre triste. Sólo era
feliz sobre un escenario y micrófono en mano. Al terminar, en su camarín y
frente al espejo, se reflejaba la verdad, la melancolía, la soledad”.
Murió a los 82 años. Su tumba –una de las más visitadas– está en la Sección B–8 del Desert Memorial Park de Cathedral City, California.
Sus
amigos lo enterraron vestido con un traje azul, y pusieron en sus manos una
botella de Jack Daniel’s y un paquete de cigarrillos Camel. Su hija Tina,
una moneda de diez centavos: alusión a los 240 mil dólares que Frank les pagó a
los secuestradores de su hijo Frank Jr. en diciembre de 1963.
En
la lápida se lee “Lo mejor está por venir”.
Fuente: infobae.com
|
MARÍA ELENA WALSH:
"VIVÍ DE LOS DERECHOS DE AUTOR.
TENGO LA GRATA SENSACIÓN DE QUE LA GENTE ME FUE MANTENIENDO"
Hugo Caligaris
La consigna era que María Elena Walsh hablara de las cuestiones centrales de su vida. De los puntos claves y también de los otros, los clavos, esas oscuridades que sirven para entender la obra de los artistas. Ese propósito se cumplió a medias: de modo inesperado, la señora Walsh, autora de poemas que niños y adultos saben de memoria, empezó la charla hablando de música. Recordó a Georges Brassens y a Jacques Brel, evocó el sonido del arpa que hechizaba a su madre y la bella caligrafía musical de su padre. Contó cómo la emocionó escuchar el primer concierto de Martha Argerich, cuando la pianista, de apenas 4 años, solo era Martita, y rio con aquella declaración de la intérprete ("El problema es que solfeo un poco mal").-Una cuestión clave fue haberme criado con música. Ese período, por suerte, fue bastante largo, desde mi nacimiento hasta la adolescencia. Mi papá y mi hermana tocaban el piano. Mi papá también tocaba la mandolina y el cello. Leía música y escribía con una caligrafía perfecta. A mi madre, más criolla, le gustaba cantar música popular, algunos tangos; le encantaba la música paraguaya, con el arpa, que le parecía tan dulce. Además, se escuchaba mucho la radio, las óperas que transmitían desde el Colón.
-¿Nunca la llevaron esos comienzos a treparse al piano?
-Lo intenté
varias veces, pero no hubo caso. Lograron sí hacerme estudiar bellas artes.
Mientras estaba allí, dibujaba y pintaba, pero después eso no se transformó en
creación. En cambio, la música quedó muy profundamente y tiene mucho que ver
ese comienzo con lo que hice después: ligar las palabras con la música. Yo
consumía mucho versito, mucha nursery rhyme en inglés. No creo que me contaran
cuentos, pero vale una cosa por la otra. Lo importante es que el chico reciba
ayuda de ese tipo de estímulos: el contacto humano de hacerle una broma,
cantarle un cantito, incitarlo a completar una canción... Ni ruidos ni pantalla
exclusivamente, aunque no tengo nada contra ellos.
-¿Cree que
esos primeros años la determinaron para siempre?
-Lo importante
en un ser humano es lo que mama en sus primerísimos años de vida o desde el
vientre materno, la calidad de lo que puede absorber en ese momento. Creo que
todo músico importante casi siempre ha salido de familias que, si no se
dedicaban a la música, lo estimularon mucho en ese sentido. Cuando uno entra en
la escuela primaria, ya va o equipado o desprovisto. De elementos culturales o
lo que sea, lo que su familia pueda dar. Y ni el nivel social ni el económico
tienen nada que ver con eso.
-Puede ser
una familia rica...
-... y
estúpida, cosa nada infrecuente. O puede ser una familia pobre de toda pobreza,
pero que no se pierde la fiesta con chacarera, baile en el patio de tierra, el
chico tocando la caja.
-Tuvo, así,
una infancia feliz.
-Fue una
infancia feliz y muy rica. También había enormes peleas, porque yo tenía un
montón de hermanos con los que podía canalizar todas las agresividades, las
bromas...
-¿Su familia
era de clase media?
-De clase
media. Había que trabajar y más tarde hubo que soportar una situación de
pobreza, porque esa condición de clase media se derrumbó con la muerte de mi
papá, cuando yo tenía 17 años. En mi primera juventud tuve que vivir con muy
poco. Tenía que trabajar, sí o sí. Lo que me gustaría decir, porque para mí es
muy importante, es que siempre viví, al principio con dificultades,
exclusivamente de los derechos de autor. Salvo alguna incursión, que no
considero para nada denigrante, en la publicidad. Todo dentro de la misma
tónica, nada de lo cual uno deba arrepentirse. Tengo la grata sensación de que
la gente me fue manteniendo. Es la mejor manera de hacer una fortuna, pequeña o
grande: no se explota a nadie, no se degrada a los demás, al contrario, cada cosa
que uno hace es una fuente de trabajo para un montón de gente.
-Sigamos con los momentos cruciales...
-Los viajes de
mi juventud. Primero a Estados Unidos, después a Europa. Yo no fui a la
universidad ni hice ningún estudio disciplinado, pero creo que para eso viajé.
Aprendí muchísimo yendo a los grandes conciertos, recorriendo museos y
muestras, con gente de una esfera especial.
-¿Qué le enseñó París?
-Cuando llegué
a París, no sólo fui a los conciertos. Conviví con los grandes cantantes y
autores. A mí me interesaba mucho Charles Trenet, que estaba cambiando la
canción europea. Y, detrás de él, sus hijitos: Georges Brassens, Jacques Brel,
Barbara, Aznavour...
-Muchas de las canciones que usted ha escrito se pueden leer como poesía. ¿Qué diferencia hay?
-Usted puede pensar que eso es poesía, pero la poesía, como género, es algo que se ejerce en total libertad. De ideas, de forma, de sensaciones, de hermetismo. En cambio, una canción tiene que ser más sencilla, más directa. Por eso digo que me pareció maravilloso llevar ese oficio a la canción, un género menos complicado en cuanto a su carga de profundidad.
-Usted volvió después de la caída de Perón, a fines de los 50. ¿Cómo fueron esos años?
-Si hablamos de
hitos en mi vida, ese es otro momento para señalar, porque entonces escribí la
mayoría de mis libros para chicos y empecé a hacer teatro para niños.
-¿Por qué pensó en los chicos?
-No sé, quizás porque era un género que me daba más posibilidad de juego. Quizás era algo muy viejo, algo que yo quería reconstruir. Algo que no está desvinculado del folclore, de lo hispanoamericano.
-Se fue del país como una promesa literaria y volvió como una cantante popular. ¿La entendieron enseguida?
-Bueno, cuando uno vuelve, vuelve a asumir su nadiedad. Siempre. Uno vuelve y no es nadie, de lo que hizo afuera no hubo nunca noticia.
-¿Y los puntos clavos?
-Hay uno que yo llevo desde mi nacimiento: la preocupación política. En mí pesó mucho toda esa parte tétrica del siglo: la guerra española, la Guerra Mundial, el régimen soviético, tan adorado por los intelectuales, que ahora lo niegan. Fue una carga permanente. Y después, al terminar el siglo, la desilusión total. Durante un largo momento juvenil, pensé: "Bueno, esto tiene que cambiar. Ya más gente no se puede matar, ya no puede durar mucho la desigualdad social, va a venir una sociedad un poco más pareja".
-Pero esta inquietud política que dice haber sufrido nunca la llevó a la militancia...
-No podía. En todo ese grupo de intelectuales había izquierda, derecha o peronismo, y yo no me sentía identificada con ninguno. Es aterradora la falta de capacidad de discusión que hubo en el país.
-¿Qué la hace querer a alguien?
-Hay personas que para mí son como angelotes, no tienen malicia. Yo los conservo como amigos aunque puedan ser despistados o no nos entendamos mucho. Hay otros, la mayoría, en los que privilegio la capacidad de diálogo, de escucharte, de retrucarte, de discutir. Y también hay un gremio desopilante, que frecuenté mucho: los artistas. Me gustan, me entretienen, pero además son, casi todos, gente muy generosa, más solidaria que...
-... que los políticos, por ejemplo.
-No lo sé, con políticos no trato.
¿Por qué la elegimos?
Emblema de libertad creativa, María Elena Walsh (1930-2011) dejó su sello en los más diversos espacios de la cultura argentina. Publicó poemas en La Nación y Sur, ahondó en el canto folklórico, intervino en la discusión pública. Ante todo, marcó un antes y después en la canción infantil, con un universo de historias y personajes aún hoy vigente.
Fuente texto: lanacion.com
Suscribirse a:
Entradas (Atom)