Doscientas fotos, la mayoría en blanco y negro, dan cuenta del universo de una de las mejores fotógrafas del país.
Por Juan Carlos Antón - especial para Clarín
XVII Festival de la Luz: 130 muestras de 600 autores provenientes de 17 países.
Muestra: Sara Facio Fotografías
Lugar: Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, (Junín 1930).
Duración: Hasta el 26 de agosto
Horario: De lun. a vier. de 13 a 20; sáb. dom. y feriados de 12 a 21.
Entrada: Gratis.
Fuente: clarin.com
“Sara Facio me ha retratado infinidad de veces, muchas contra mi
voluntad, pero siempre me permitió reconocerme como querría ser. Quizá
se trate de una magia embellecedora, pero prefiero creer que Sara
sorprende con un indicio de lo mejor del retratado”, dice María Elena
Walsh, desde un texto, en la sala Cronopios del Centro Cultural
Recoleta. Allí, hasta el 26 de agosto, Sara Facio será homenajeada con
una muestra que reúne una selección de sus 200 mejores imágenes.
La
mayoría son retratos en blanco y negro de artistas, escritores y
músicos. Victoria Ocampo, Mario Vargas Llosa, Griselda Gambaro,
Alejandra Pizarnik, Olga Orozco y muchos más. Por supuesto, está Borges,
arrodillado ante los libros de la Biblioteca Nacional, y hay dos
grandes paredes dedicadas a Cortázar. En una se lo ve despreocupado; en
la otra está “esa” imagen, la del cigarrillo, con el ceño fruncido, sin
barba. “Es un clásico. A todos les gusta —dice Facio—, pero también hay algunas inéditas
. La idea fue poner algo nuevo para que la gente no se aburra. Es muy
gratificante saber que fotos que saqué hace cincuenta años siguen
teniendo vigencia. Esto dice que la foto apela a un sentimiento en el
espectador.” Cuenta Sara que cuando le propusieron hacer esta muestra
por primera vez dijo que no, pero que al saber que este año, el Festival
de la Luz, en el que se enmarca la exhibición, iba a estar dedicado
decidió participar, “mi única pasión es la fotografía —apunta— aunque me
gusta más hacer exposiciones de otros fotógrafos que de cosas mías.”
También hay en la sala pantallazos de la serie “Perón vuelve”. Se ve al
General recibiendo a Ricardo Balbín en la casa de Gaspar Campos, una
movilización que reclama “indulto” a los presos políticos y a jóvenes
peronistas que sostienen una foto de Perón y Evita vestidos de gala.
Toda la fiesta del 73 captada por Sara contrasta con la tristeza de los
funerales, simbolizada en un joven que lee desolado un diario cuya tapa
dice “Murió”. “Amo esta sala —dice la fotógrafa— acá hicimos junto con
Alicia D’Amico la primera exposición individual hace 25 años. Fue la
primera vez que pudimos exponer en Buenos Aires nuestras fotos, que
estuvieron prohibidas durante la dictadura”.
Al entrar, se ve la
sección “María Elena en privado”. Una vidriera guarda los recuerdos de
la poeta y cantautora fallecida en 2011. Hay fotos de ella donde se
muestra sonriente con Cecilia Roth y Fito Páez o Palito Ortega entre
otros. “Eran imágenes que la divertían o donde estaba con amigos
queridos. Incluí autorretratos que me sacaba con ella”. Parafraseando a
María Elena, en esas fotos se ven indicios de lo mejor de ambas mujeres,
que compartieron varios años como pareja. Por eso, Sara Facio Fotografías es, también, una muestra de amor.
La muestra que recoge el imaginario de los argentinos
Por Mercedes Pérez Bergliaffa - Especial para Clarín
Ojos grandes, duros, mirada fija: ése Julio Cortázar —el que nos observa desde la foto puesta ahí, sola, en la Cronopios— es el único que existe. El primero que viene a nuestras mentes cuando alguien dice: “Cortázar”. Entonces, cada vez que él – así transformado - aparece, acuden también Glenda, André, los Cronopios, los Famas y todos los conejitos vomitables del mundo.
Y pasa con esta imagen lo mismo que pasa con el conocido retrato del Che, sacado por Alberto Korda: se convirtieron en íconos. Son parte de nuestro imaginario, nos hacen a nosotros mismos.
Claro que ni la propia Sara Facio pudo imaginar el alcance que tendría su foto del escritor. Ocurrió que el retrato la sobrepasó a ella misma; excedió su destino de obra y de documento.
Hay otra foto, en la exhibición, que también es parte nuestra: “Los muchachos peronistas”. El grupo de jóvenes – de mirada triste, brillo perdido-, hacía guardia en los funerales de Perón. Con banderas colgando, dobladas, de un hombro, observan la cámara: se brindan.
La serie de retratos de Borges, otra de Neruda... Casi ninguna de las personas fotografiadas por Facio sigue viva hoy en día. Salvo a través de esta muestra, casi toda de retratos; entonces, allí están sus ojos. Ellos nos miran. Aún siguen teniendo mucho para decirnos. Acá, los muertos están, y nos cuentan cosas. Y esto significa mucho, porque, señores, estos no son muertos cualquiera, sino que explican nuestra identidad. Bienvenidos, entonces, a un viaje por el interior de uno mismo: la muestra de Sara Facio.
AgendaLa muestra que recoge el imaginario de los argentinos
Por Mercedes Pérez Bergliaffa - Especial para Clarín
Ojos grandes, duros, mirada fija: ése Julio Cortázar —el que nos observa desde la foto puesta ahí, sola, en la Cronopios— es el único que existe. El primero que viene a nuestras mentes cuando alguien dice: “Cortázar”. Entonces, cada vez que él – así transformado - aparece, acuden también Glenda, André, los Cronopios, los Famas y todos los conejitos vomitables del mundo.
Y pasa con esta imagen lo mismo que pasa con el conocido retrato del Che, sacado por Alberto Korda: se convirtieron en íconos. Son parte de nuestro imaginario, nos hacen a nosotros mismos.
Claro que ni la propia Sara Facio pudo imaginar el alcance que tendría su foto del escritor. Ocurrió que el retrato la sobrepasó a ella misma; excedió su destino de obra y de documento.
Hay otra foto, en la exhibición, que también es parte nuestra: “Los muchachos peronistas”. El grupo de jóvenes – de mirada triste, brillo perdido-, hacía guardia en los funerales de Perón. Con banderas colgando, dobladas, de un hombro, observan la cámara: se brindan.
La serie de retratos de Borges, otra de Neruda... Casi ninguna de las personas fotografiadas por Facio sigue viva hoy en día. Salvo a través de esta muestra, casi toda de retratos; entonces, allí están sus ojos. Ellos nos miran. Aún siguen teniendo mucho para decirnos. Acá, los muertos están, y nos cuentan cosas. Y esto significa mucho, porque, señores, estos no son muertos cualquiera, sino que explican nuestra identidad. Bienvenidos, entonces, a un viaje por el interior de uno mismo: la muestra de Sara Facio.
XVII Festival de la Luz: 130 muestras de 600 autores provenientes de 17 países.
Muestra: Sara Facio Fotografías
Lugar: Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, (Junín 1930).
Duración: Hasta el 26 de agosto
Horario: De lun. a vier. de 13 a 20; sáb. dom. y feriados de 12 a 21.
Entrada: Gratis.
Fuente: clarin.com
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