En la imagen, fotografía de la entrada de la mezquita Shaykh Lutfallah en Isfahan. EFE/Archivo
Berlín,
30 - La ciudad alemana de Bayreuth recibió hoy con
satisfacción y orgullo la incorporación de su Ópera del Margrave a la
lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
"Bayreuth puede estar orgullosa de formar parte del ilustre círculo
de sitios en Alemania patrimonio de la humanidad", declaró la alcaldesa
de esta ciudad bávara, Brigitte Merk-Erbe, en un comunicado, poco
después de conocerse la noticia.
Según la alcaldesa, "de aquí en adelante, el mundo relacionará
Bayreuth, además de con Richard Wagner y su festival de ópera, con la
Ópera de Margrave".
Agregó que valora el título de Patrimonio Mundial de la Unesco no
sólo desde la perspectiva turística, sino que lo asume también como un
compromiso de velar por la preservación de este teatro de la ópera.
"Esta decisión supone un hito esencial para el buen futuro de Bayreuth", dijo.
En tanto, el ministro de Cultura de Baviera, el liberal Wolfgang
Heubisch, y el de Finanzas, el socialcristiano Markus Söder, calificaron
en un comunicado conjunto la Ópera del Margrave de "joya y uno de los
ejemplos mejor conservados del arte arquitectónico barroco".
"La incorporación de este extraordinario monumento arquitectónico en
la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco constituye al mismo tiempo
un compromiso de una gestión responsable del patrimonio mundial ante
toda la comunidad de naciones", dijo Heubisch.
Baviera continuará esforzándose por preservar y cuidar sus bienes
culturales, señaló Söder, quien agregó que "sólo en los próximos cuatro
años, se destinarán unos 19 millones de euros a restaurar la Ópera del
Margrave".
El edificio fue construido entre 1746 y 1750 por encargo de los
margraves Federico y Guillermina de Brandeburgo-Kulmbach y todavía se
conserva en su forma original.
Alemania suma así un sitio más a los 37 en el país, siete de ellos en
Baviera, que forman parte de la lista de Patrimonio Mundial de la
Unesco.
Fragmento de la capa de San Valero,
del siglo XII y elaborada en seda y oro, una de las piezas que se
exhiben en la muestra "A la luz de la seda. Tejidos Nazaríes en España",
que pone de relieve la importancia de los tejidos e indumentarias
realizados en la España musulmana y, especialmente, en el reino nazarí
de Granada. EFE
Madrid,
28 - El Museo Lázaro Galdiano y el Museo de la Alhambra se
han unido para poner de relieve la importancia de los tejidos e
indumentarias de la España musulmana y, especialmente, del reino nazarí
de Granada.
Bajo el título de "A la luz de la seda. Tejidos Nazaríes en España",
se han organizado dos exposiciones, una en la sede del Museo Lázaro
Galdiano, en Madrid, y otra en el Museo de La Alhambra, en Granada, en
las que se muestran los tesoros que cada una de ellas guarda en sus
colecciones.
Un gran monitor situado en ambas exposiciones muestra imágenes en
gigapixeles de los tejidos hispanomusulmanes de las instituciones
participantes, conectando así las dos muestras.
Además, en el monitor se podrá contemplar el documental "El Lampás y
las pervivencias Andalusíes en Fez", dedicado al único telar
hispanoárabe que se conserva en el mundo.
El monitor muestra asimismo un gran mapa en el que se pueden
localizar todos los restos textiles de este periodo en una treintena de
instituciones de nuestro país, que suman un total de 300 piezas.
El proyecto se completa con un catálogo razonado de las colecciones
de tejidos textiles de los museos mencionados y de las obras del
Instituto Gómez Moreno.
Documentar fielmente y sacar a la luz una parte extraordinaria del
patrimonio oculto de nuestro país: la seda de los talleres reales del
Reino nazarí de Granada, es el objetivo principal de este trabajo, en
opinión de Amparo López, conservadora de la Fundación Lázaro Galdiano.
Imagen perteneciente a la
exposición "A la luz de la seda. Tejidos Nazaríes en España". La
exposición se reparte entre el Museo Lázaro Galdiano de Madrid y el
Museo de la Alhambra de Granada.
A pesar de su importancia, esta parte de nuestro patrimonio "es poco
conocida e insuficientemente valorada", según la conservadora, quien
destacó que por primera vez se puede contemplar en su totalidad la
colección del Lázaro Galdiano, formada por 54 piezas que, por su
delicadeza, no pueden estar mucho tiempo expuestas a la luz.
Pese a haber sufrido múltiples avatares, los tejidos han conseguido
conservarse hasta nuestros días. La Alhambra fue el centro productor por
excelencia y referente en la creación de estas bellas creaciones, que
gozaron de gran difusión en la época "y que son unas auténticas
maravillas", consideró Amparo López.
Uno de los tejidos más antiguos de los que se exhiben es un fragmento
de la capa de San Valero, del siglo XIII, confeccionada con seda y
oropel.
El recorrido por la exposición permite reconstruir la historia de lo
que antaño fueron suntuosas prendas que vistieron y adornaron a los
nobles y cortesanos del sultanato Nazarí, y que contribuyeron a crear
las lujosas estancias plenas de luz y colorido de palacios como la
Alhambra de Granada.
"Las sedas estaban presentes en todos los momentos del día y de la
vida de la España medieval, tanto para cristianos como para musulmanes,
vestían a las personas, organizaban y hacían confortables los espacios
donde se desarrollaba su vida, y les acompañaban también en su último
viaje", señaló Amparo López.
En estos tejidos, de gran belleza y vistosidad, aparecen complejos
juegos de lacerías, escenas de animales afrontados y atauriques que
formaban una maraña multicolor.
Además de crear imágenes hermosas, las telas mostraban inscripciones cargadas de deseos de felicidad, prosperidad y clemencia.
Peregrinos cristianos visitando
la Basílica de la Natividad, el lugar donde la tradición afirma que
nació Jesucristo, en la localidad palestina de Belén, el jueves 28 de
junio. La Basílica ha sido declarada patrimonio mundial de la UNESCO.
Por Musa Al Shaer
La Basílica de la Natividad de Belén, situada en Cisjordania, entró en el
Patrimonio Mundial de la UNESCO, pese a las objeciones del Estado de
Israel, tras una elección realizada este viernes en Rusia. Poco después de anunciarse esta decisión, la Autoridad Palestina
saludó esta decisión, considerando que constituía una "victoria de la
justicia".
La candidatura del Camino de las Peregrinaciones y de este templo de
Belén, situado en el lugar donde, según la tradición cristiana, nació
Jesús, pasó así el examen del Comité de Patrimonio Mundial de la
organización de la ONU, reunido en San Petersburgo, con 13 votos a
favor, seis en contra y dos abstenciones.
La Basílica de la Natividad, que data del siglo IV, es una de las
iglesias más antiguas de la cristiandad. Su inclusión en la lista de la
UNESCO le permitirá obtener ayudas para su restauración.
Era la primera vez que Palestina -que se convirtió en miembro de la
Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO) el 31 de octubre de 2011- solicitaba la inscripción de
un sitio en la lista del Patrimonio de la Humanidad.
Sin embargo, los expertos del Consejo Internacional de los Monumentos
y Lugares, que evalúan previamente las candidaturas, habían emitido una
opinión negativa, estimando que los palestinos no llevaron a cabo una
evaluación detallada y completa de las amenazas que sufre el lugar.
En cambio, el vicealcalde de Belén, George Saade, había considerado
importante "que los turistas recorran este circuito y visiten Belén como
una ciudad palestina", aludiendo así al control que ejerce el Estado de
Israel sobre el turismo en Tierra Santa.
Este viernes, tras darse a conocer la decisión de la UNESCO, el
portavoz de Mahmud Abas, presidente de la Autoridad Palestina, afirmó
que "este reconocimiento global de los derechos del pueblo palestino
constituye una victoria para nuestra causa y para la justicia".
Según el delegado palestino en San Petersburgo, la inclusión es "un
testimonio del hecho de que el mundo entero está decidido (...) a
asegurarse de que se logre crear un estado palestino dentro de las
fronteras de 1967 con capital en Jerusalén Oriental".
Por su parte, el embajador estadounidense ante la organización, David
Killion, afirmó en un comunicado difundido en París, que su país estaba
"profundamente decepcionado", agregando que, en principio, el
procedimiento de urgencia sólo debe usarse en caso de riesgo de
destrucción inminente.
El carácter "urgente" de la decisión también fue criticado por
Israel, que había propuesto apoyar en el futuro otra petición de
inscripción. No obstante, esta propuesta parecía contar con pocas
posibilidades de concretarse a corto plazo, dado el actual estancamiento
del proceso de paz.
Además, Netanyahu recalcó que "la basílica santificada por la
cristiandad sirvió antaño de base a terroristas palestinos",
refiriéndose a lo ocurrido en 2002, durante la segunda Intifada, cuando
el ejército israelí asedió durante 40 días la Basílica, donde se había
atrincherado un grupo de palestinos armados.
El delegado israelí consideró "irresponsable (...) cancelar como por arte de magia el statu quo que ha organizado la administración de la
Iglesia de la Natividad durante 500 años".
La Iglesia Ortodoxa Griega, la Iglesia Apostólica Armenia y el
Patriarcado latino (católico) de Jerusalén, que administran actualmente
la Basílica, habían aprobado con poco entusiasmo la petición de la
Autoridad Palestina a la UNESCO.
La UNESCO también anunció el jueves, entre otras, la inscripción en
el Patrimonio Mundial de cuatro cuevas del sitio de evolución humana del
Monte Carmelo", "el único en el que se han hallado vestigios de fósiles
del hombre de Neanderthal", ubicado en el actual Estado de Israel.
Imagen difundida por la revista
Science y la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) de
unos fragmentos de cerámica hallados en la Cueva de Xianrendong, en la
provincia china de Jiangxi, aproximadamente 2.000 años más antiguos que
los hallados hasta el momento.
Unos
pedazos de cerámica, aproximadamente 2.000 años más antiguos que los
hallados hasta el momento, fueron encontrados en el este de China, según
un estudio publicado el jueves por la revista estadounidense Science.
Se estima que estos pedazos de cerámica, hallados en una caverna de
la provincia de Jiangxi, podrían haber servido de utensilios de cocina
utilizados por una población de cazadores recolectores nómadas de hace
unos 20.000 años, es decir, en la época de la última glaciación.
Los objetos tienen marcas de cocción.
Según los investigadores que hicieron el análisis de carbono, estos
objetos podrían ser los más antiguos de este tipo jamás hallados en
China, Japón y el extremo oriente ruso.
El estudio fue realizado por unos investigadores de la Universidad de
Pekín, las universidades de Harvard y Boston y la universidad Eberhard
Karls en Alemania.
Gideon Shelach, profesor de la Universidad Hebraica de Jerusalén,
observó que la vajilla podría haber aparecido antes de la agricultura.
"La escasez de recursos condujo a estas poblaciones a desarrollar nuevos
medios de conservación de los alimentos", explicó.
El
Tak'Alik A'Baj, en Guatemala, al inicio del solsticio de junio, que
culmina en diciembre junto con el B'aktun 13. Unos arqueológos
guatemaltecos y estadounidenses anunciaron el jueves el hallazgo del
bloque de una escalinata cuyos glifos hacen referencia al B'aktun 13, o
cambio de era maya, en el sitio arqueológico La Corona (Sak Nikte'), en
San Adrés Petén, en Guatemala.
Por Johan Ordóñez
Unos
arqueológos guatemaltecos y estadounidenses anunciaron el jueves el
hallazgo del bloque de una escalinata cuyos glifos hacen referencia al
B'aktun 13, o cambio de era maya, en el sitio arqueológico La Corona
(Sak Nikte'), en San Adrés Petén, a unos 600 kilómetros al norte de
Guatemala.
El bloque, cuyo descubrimiento se produjo en abril pasado, forma
parte de la escalinata de un edificio, "posiblemente de una casa", según
los resultados de las investigaciones.
"Es una piedra que fue tallada para conmemorar la visita del rey de
Kalakmul a La Corona, el 29 de febrero del año 696. Esta antigua
escalinata en su forma original fue alguna vez uno de los registros
históricos más detallados de la antigua civilización maya", afirmó el
arqueólogo estadounidense David Stuart.
Este texto incluye una referencia al B'aktun 13, el fin de una era de
5.125 años, según los mayas, y al inicio de una nueva el 21 de
diciembre de 2012. En torno a esta fecha se han desatado variadas
especulaciones sobre eventos cósmicos, catástrofes o cambios políticos y
sociales que podrían afectar a la humanidad.
Sin embargo, aclaró Stuart, "los mayas no hicieron ninguna profecía
sobre el 2012. Ellos escribían sobre los acontecimientos de su propia
historia. Era un concepto que usaba la estructura del tiempo como forma
de situar la historia real en un marco cósmico más grande".
En las investigaciones que se realizan en el sitio arqueológico Sak
Nikte' (La Corona), participan estudiantes de universidades de Guatemala
y Estados Unidos.
Guatemala, considerada la cuna de la civilización maya, ha preparado
una serie de actividades para promover su cultura y sitios
arqueológicos, de cara al B'aktun 13.
Encontraron 150 páginas de su puño y letra, que incluyen un guión inspirado en la vida de Nijinsky.
El genio. Chaplin en una escena de su película “La quimera del oro”.
Por Bolonia - Agencias
Si alguna otra vez, además de cuando Gatica abrazó a Perón, tuvo
sentido aquello de “Dos potencias se saludan” fue un día de 1917,
cuando Charles Chaplin y el bailarín ruso Vaclav Nijinsky se conocieron
en Los Angeles. Uno, el director-actor-guionista más importante de la
época y uno de los más importantes de la historia del cine. El otro, el
más legendario de los legendarios bailarines rusos de todos los tiempos.
No sabemos qué le pasó a Nijinsky –aunque dicen que le dijo al inglés
“Usted es un bailarín nato”–. Desde ayer estamos seguros de lo que le
pasó a Chaplin: el ruso lo impresionó tanto que, 20 años después,
decidió hacer una película inspirada en él.
El anuncio lo hizo
con bombos y platillos la gente de la Filmoteca de Bolonia, que
encontró, entre otros –suman 150 páginas– los manuscritos del guión,
luego de diez años de investigación.
Para esta película inspirada
en el bailarín, Chaplin escribió cosas como esta: “El tema principal de
este guión es el hecho de que la carrera no es la realización de los
deseos del hombre, sino sólo un camino que lo conduce a su destino”.
Entre
las líneas que definirían a su personaje, Chaplin esbozó: “El gran
genio del ballet ruso era una persona simple, y tímida, que se expresaba
con dificultad y de orígenes humildes. Era hijo de un pobre zapatero
que no pudo darle la educación que habría querido”.
Los
personajes, aunque se inspiren en personas, no necesariamente respetan
sus biografías. Nijinsky no era hijo de un zapatero: era el vástago de
cuatro generaciones de bailarines caucasianos. Pero seguramente hubiera
estado de acuerdo con el objetivo que se proponía Chaplin en su
película: “Mostrar el genio de un bailarín a través de la danza. Mostrar
su sentido de justicia, su lealtad ante un anciano miembro de la
compañía que ha empezado a beber porque es demasiado viejo para bailar”.
Vemos,
así, cuáles eran las intenciones de Chaplin. Por algún motivo, no llegó
a realizar la película durante su larga y exitosa vida (murió a los 88,
en 1977). La de Nijinsky no fue tan larga ni, al final, tan exitosa.
Claro que al final la vida de nadie es exitosa, no hay otro final que la
muerte, pero estamos hablando de los 30 años anteriores a ese lugar
común. Nijinsky, famoso por su virtuosismo –era el único hombre capaz de
bailar en puntas de pie en su época– tuvo un derrotero complicado, que
incluye amores tormentosos y choques con la Historia: a la pasión que lo
unió a Diaghilev, el principal asistente de los Teatros Imperiales
rusos, lo siguió un matrimonio con una bailarina celebrado en Buenos
Aires. Y la prisión en Budapest y en Viena durante la Primera Guerra
Mundial, que agravó sus problemas psíquicos: el pobre se la pasó, desde
1919 hasta 1950, de sanatorio en sanatorio.
Volviendo a Chaplin, el hallazgo italiano es el fruto de una investigación con motivo del 60 aniversario de Candilejas
, una de sus películas más famosas. El manuscrito de Nijinsky no fue lo
único que encontraron en Bolonia. Cecilia Cenciarelli, responsable de
la investigación de estos archivos, contó al diario italiano La
República que hallaron 150 páginas manuscritas e inéditas de “Carlitos”,
con bocetos de lo luego sería Candilejas.
Y negativos varios que incluyen escenas de la película.
Otro
hallazgo fueron cuatro fotografías en las que se ve a Charles Chaplin
junto al mítico actor y guionista estadounidense Buster Keaton
(1895-1966).
En el Museo Nacional de Arte Decorativo, a partir de la semana próxima, será exhibido Meraviglie dalle Marche,
un excepcional conjunto de cuarenta y dos pinturas de los siglos XIV al
XIX procedente de la Pinacoteca de Ancona, en el centro de Italia.
En
1884, el artista Francesco Podesti fundó en Italia la pinacoteca que
lleva su nombre, a la cual donó bocetos y dibujos de su propia
colección. Fue el primer paso de una larga historia que hizo posible la
llegada a Buenos Aires de Meraviglie dalle Marche. Seiscientos años de pintura italiana, un panorama del arte italiano que va del siglo XIV al XIX.
Rafael Sanzio se cuenta entre los artistas cuyas obras
presentará la semana próxima el Museo Nacional de Arte Decorativo
mientras el Palacio Bosdari, sede de la Pinacoteca Francesco Podesti
desde 1973 en la ciudad de Ancona, permanece cerrado en forma temporaria
para ser restaurado. La muestra, que acaba de exhibirse en Roma -en el
espacio del Brazo de Carlomagno, en la columnata de Bernini que rodea la
Basílica de San Pedro-, se complementa con pinturas procedentes de
otros museos de la región de Las Marcas, en el centro de Italia. Esta
antigua frontera del Imperio romano, hecho al que debe su nombre,
resulta notable no sólo por los tesoros artísticos que guarda sino
también por la enorme contribución que realizó a la historia del arte.
Allí nacieron algunos artistas que jugaron un
importante rol en el desarrollo del arte italiano, como Rafael Sanzio,
Andrea Lilli y Podesti. El más destacado de ellos es Sanzio, nacido en
Urbino en 1483, que trabajó en Florencia y en Roma, donde murió en 1520.
Su obra no sólo influyó en su época sino que continúa siendo relevante y
vigente también en nuestros días. Las pinturas que produjo durante la
primera década del siglo XVI concretan búsquedas destinadas a restaurar
los ideales clásicos que caracterizaron el Renacimiento. Las de los años
posteriores que se cierran con su muerte, a fines de la segunda década,
inauguraron un lenguaje que sería fundamental a lo largo del siglo.
En esta ligera mención debemos incluir también a
Federico Barocci, quien supo interpretar las exigencias de la
Contrarreforma; a los hermanos Taddeo y Federico Zuccari, que tuvieron
una notable actuación en Florencia y Roma, y a Carlo Maratta, marchigiano originario de Camerino, que se destacó en Roma, el escenario más importante del arte barroco.
El interés del arte del siglo XV en las formas del
pasado y en la nueva imagen de la realidad fue el resultado de un
proceso que comenzó mucho tiempo antes, tal como lo demuestran las obras
del último arte medieval, el llamado gótico internacional. Esto puede
verse en obras como la Coronación de la Virgen de Olivuccio de Ciccarelo (c. 1388-1438) o en la tabla de Paolo Veneziano (c. 1300-1358/1362) dedicada a Historias de la vida de la Virgen
, cuyas escenas hacen patente el interés por una nueva forma de
representar lo real. La presencia en Las Marcas de este último artista,
oriundo de Venecia -entonces cabecera de un enorme emporio comercial-,
evidencia las relaciones culturales y económicas existentes con esa
ciudad, algo que también podemos sostener en el caso de Carlo Crivelli
(1430/35-1495), quien a partir de 1468 trabajó en distintas ciudades de
la región. Sus obras, como la pequeña Virgen con el Niño
pintada alrededor de 1480, muestra el gusto por el detalle realista
minucioso que a veces lo acerca por su carácter a las miniaturas
medievales.
Virgen con el Niño, Carlo Crivelli, circa 1480, témpera sobre tabla. Foto: GENTILEZA ARTIFEX
Pietro Vannucci (c. 1450-1523), llamado Perugino, fue
un destacado artista de la segunda mitad del siglo XV en cuyo taller
trabajó Rafael. Fue autor de un gran cuadro de altar, Pala di Fano
, que representa una predela en donde trabajaron ambos. Pintó escenas
en las que aparece una cuidada representación arquitectónica, así como
figuras que se insertan adecuadamente en ese espacio, creado a
conciencia, que es uno de los logros del arte del Renacimiento.
Algunos años más tarde Rafael pintó Santa Catalina
-pequeña pintura que fuera parte de un altar doméstico-, donde revela
su especial interés en la figura humana y su representación realista,
que se apoya en una atenta observación de proporciones, sombras y gestos
que serán perfeccionados en sus obras posteriores. Este interés por la
figura es el que generó un tipo de retrato como el de Francesco Arsilli
de Sebastiano del Piombo, que despliega una tipología que el mismo
Rafael desarrolló, junto a influencias de Miguel Ángel claramente
visibles en el dibujo de las manos del retratado.
El siglo XVI fue el de las grandes exploraciones
geográficas que ampliaron el horizonte europeo, tiempo de cambios en la
ciencia y en los ambientes religiosos cristianos. El mundo del arte se
caracterizó por la experimentación y la manipulación de los conceptos
aceptados, un tiempo en que las reglas clásicas fueron quebradas
deliberadamente para lograr resultados que muchas veces eran causa de
discusión, tal como puede verse en las obras de Lorenzo Lotto
(1480-1556) -otro artista del mundo véneto que también se aquerenció en
Las Marcas- que, en su composición Virgen con el Niño y santos abandona la tradicional fórmula de la sacra conversazione
típica del siglo anterior para crear un clima especial entre los santos
que se reúnen frente al alto trono de la Madonna; o también en el caso
de Tiziano (1480/85-1576), el gran artista veneciano, quien quiebra las
simetría en su Resurrección pintada como parte de un estandarte encargado por la cofradía del Corpus Domini de Urbino, ciudad marchigiana
marcada por una gran tradición artística por la corte de Federico de
Montefeltro en la segunda mitad del siglo XV. Esta situación, trabajada
con masas dinámicas y riqueza de color, se hace presente también en La Virgen con el Niño y los santos Judas y Simón
de Federico Barocci (c. 1535-1612), otro artista local que trascendió
el panorama regional y elaboró un lenguaje muy personal que, además, fue
altamente influyente no sólo en Las Marcas sino en toda la península.
Santa Catalina de Alejandría, Rafael Sanzio, 1500-1503, óleo sobre tabla. Foto: LA NACIÓN
Sin embargo, vale la pena señalar aquí de modo especial
las obras de Andrea Lilli (c. 1560-después de 1631), que trabajó en
Roma para el papa Sixto V y que conservó sus formas manieristas -que ya
eran tardías- cuando regresó a Las Marcas. Eso puede apreciarse en los
fragmentos que quedaron de su pintura dedicada a san Nicolás de
Tolentino y, muy especialmente, en su cuadro de altar Cuatro santos en éxtasis , donde figuras alargadas se mueven y gesticulan en un espacio poco profundo y extraño.
Frente a situaciones como ésta, la Iglesia
contrarreformista apelará a obras que planteen un mensaje claro, directo
y que no presente problemas para el observador, algo que se puede ver
claramente en Virgen con el Niño en gloria y ángeles , una
reposada composición de los hermanos Taddeo y Federico Zuccari
(1529-1566 y 1540-1609, respectivamente), dedicada al gran tema de la
época que fue celebrar las virtudes de la Virgen María, o en la delicada
Sagrada Familia con san Juan niño , que Cristoforo Roncalli, llamado Pomarancio (c. 1553-1626), realizó en 1609.
En el ambiente católico romano, esta exigencia encontró
una renovada respuesta en las obras de Michelangelo Merisi da
Caravaggio, artista que en los diez años anteriores a su muerte,
ocurrida en 1610, había sabido canalizar este llamado apelando a la
sensibilidad del observador mediante imágenes de gran naturalismo como
la que aquí nos presenta un ignoto artista que, para algunos expertos,
posiblemente copia un original perdido del propio Caravaggio.
En Cristo a la columna el discurso despliega
no sólo grandes contrastes de luces y sombras, sino también la
exaltación de ciertos colores en un mensaje directo que se despliega a
pocos centímetros del observador, fórmula que muy pronto siguieron otros
artistas como Orazio Gentileschi (1563-1639) en su Virgen del Rosario o Giovan Francesco Guerrieri (1589-1656/1659?), aquí presente con Magdalena penitente , versión renovada de una obra que había pintado en Roma en 1611.
La forma expresiva de Caravaggio, junto a las
soluciones más idealizadas de Annibale Carracci, fue fundamental en la
evolución de la pintura del Barroco romano, que concibió composiciones
de gran dinamismo y color, caracterizadas por abordar temas nuevos como
fueron aquellos donde figuran santos en éxtasis, que son testigos de una
aparición, que sufren un martirio o que son glorificados en escenas
cargadas de luces especiales, nubes en profusión y ángeles que vuelan,
entre otros motivos sorprendentes.
Eso es lo que presentan artistas como Guercino, tal
como se conocía a Francesco Barbieri (1591-1666), que aquí llena de luz
celestial el ambiente donde santa Palacia -mártir de Ancona- recibe un
mensaje divino, o como Carlo Maratta (1625-1713), otro marchigiano
de relevante actuación en Roma, en su emotiva representación de santa
Francisca Romana y el ángel, y más aún en la pintura de altar Virgen con el Niño y santos , composiciones que están además cargadas de teatralidad y dinamismo.
Pero estas condiciones parecen acentuarse en el Tránsito de san José de Luca Giordano (1632-1705) y mucho más en San Nicolás de Bari en gloria de Mattia Preti (1613-1699), il Cavaliere Calabrese
como era llamado, artistas que jugaron un papel fundamental en la
transmisión de los ideales del Barroco en Nápoles y el sur de Italia.
No obstante, desde la península los ideales del Barroco
llegaron a toda Europa, tal como puede verse en el tapiz realizado en
manufactura flamenca a partir de un dibujo preparado por Rubens, quien
había permanecido ocho años en Italia, de 1600 a 1608. Hacia el fin de
su estadía realizó también una Adoración de los pastores para una capilla de la iglesia de San Felipe Neri en Fermo, hoy conservada en la Galería Cívica local.
San Nicolás de Bari en la gloria, Mattia Preti, 1654-1655, óleo sobre tela. Foto: LA NACIÓN
En ese ámbito, Francesco Solimena (1657-1747), llamado
Abate Ciccio, fue uno de los exponentes más importantes del Barroco,
formado con las enseñanzas de Luca Giordano y Mattia Preti, a quienes
había conocido cuando se trasladó a Roma. Allí, estuvo en contacto con
artistas vinculados a la Academia de San Lucas, que había fundado
Federico Zuccari en 1593 y que ahora ordenaba gran parte de la actividad
artística. Su pintura Eneas y Dido se adentran en la gruta , que toma un episodio de la Eneida , despliega los múltiples recursos que empleó el último Barroco.
Los círculos de la cultura oficial aplauden estas obras
con argumentos provistos por la literatura universal, a los que muchas
veces parangonan con los religiosos. Impulsado por el consumo motivado
por la Iglesia e instituciones de tipo religioso, como cofradías y
congregaciones, la demanda de temas sacros constituyó el mayor número de
los encargos que los artistas recibían.
Si bien con el advenimiento de nuevos esquemas de
pensamiento que modelaron la sociedad moderna se hicieron frecuentes
obras de diferentes campos temáticos, la obra de corte religioso no
desapareció. Eso puede verse en las obras de Nicola Bertuzzi
(1710-1777), natural de Ancona, que trata dos temas del Antiguo
Testamento como Rebeca en el pozo y José vendido por sus hermanos , dos composiciones que ahora se asimilan a la pintura de costumbres.
Ya en el siglo XIX, las obras del citado Francesco
Podesti (1800-1895) mostraron interés por diferentes cuestiones, tal
como lo demuestran los cuadros que se verán en una sección especial de
la exposición.
La pintura de historia, uno de los grandes temas que la Academia consagraba, está presente en su Etéodes y Polínice y también en Angélica liberada por Ruggero ; también le interesan algunos aspectos etnográficos, como puede apreciarse en Razas humanas , sin dejar de lado pinturas de índole religiosa, como Piedad , una obra elaborada a partir de un dibujo de Miguel Ángel.
La obra más célebre de Francesco Podesti es, sin duda,
la que realizó para decorar la Sala de la Inmaculada Concepción en el
Palacio Vaticano, contigua a las estancias que había pintado Rafael,
otro marchigiano como él.
Milagro en el Palacio Errázuriz
"De Las Marcas" porque las obras proceden precisamente
de museos, iglesias y colecciones de esa prolífica región del Adriático.
Se me disculpará la analogía anatómica, muy poco académica sin duda,
pero, dentro de la caleidoscópica diversidad que despliega la bota
italiana, siempre he visto la silueta costera de Las Marcas como la
imagen de los músculos gemelos de una pantorrilla que permanentemente ha
impulsado la marcha y convocado a la acción.
Así, si bien esta selección incluye algunas pinturas de
autores que nacieron y trabajaron fuera de Le Marche -Paolo Veneziano,
Tiziano, Il Guercino, Del Piombo, etc.-, la gran mayoría corresponde a
artistas oriundos de la región, como fueron el tardogótico Olivuccio da
Ciccarello, los hermanos Zuccari, Barocci y el mismo Rafael Sanzio;
Giovan Battista Salvi, más conocido con el alias de su lugar natal,
Sassoferrato; Carlo Maratta, Lilli, Podesti y varios más, o pintores
ilustres que trabajaron o se afincaron en esa zona, como los venecianos
Carlo Crivelli y Lorenzo Lotto, el pisano Gentileschi o Melozzo da
Forlì.
Para el museo que dirijo, esta exposición es una fiesta
o más bien -tomando en cuenta la iconografía religiosa de gran parte de
las obras y las esforzadas gestiones para concretarla en tiempo y
forma- supone un milagro. En todo caso, las meraviglie que
podremos disfrutar hasta fines de septiembre continúan la serie de
muestras internacionales presentadas en nuestras salas, como fueron las
antológicas de Dalí y Picasso en 1986, los dibujos de Ingres (1987), los
tesoros antiguos del Kremlin (1988) y de diez museos de Macedonia
(1996), la retrospectiva de Antoni Tàpies (1992), los bronces antiguos
de China (2004), las esculturas de Rodin de la colección Slim (2008) o
las de Houdon del Museo del Louvre (2008). Continuidad de un desfile de
hitos del arte universal que han llegado, llegan y -ojalá- seguirán
llegando a nuestro Museo Nacional de Arte Decorativo como embajadas
capaces de ampliar el conocimiento, agitar las conciencias y alimentar
el espíritu..
Una muestra de dos mundos
Angélica liberada por Ruggero, Francesco Podesti, 1861-1870, óleo sobre tela.
Por María Pimentel / Para LA NACIÓN
Nada más agradable que revelar lo insólito, nada menos común que la exposición Meraviglie dalle Marche. Seiscientos años de pintura italiana
, que llega a la Argentina procedente del Brazo de Carlomagno en el
Vaticano. La muestra ha sido organizada por Artifex, con el apoyo de
Regione Marche, la embajada de Italia y el patrocinio de Hope Funds,
compañía privada de inversiones presidida por Enrique Blaksley, que
inicia de esta forma su acción en el mundo del arte.
Dedicada a la logística de grandes exposiciones y a la
difusión del arte italiano en el mundo, la empresa Artifex se instala a
partir de esta muestra en la Argentina para desarrollar actividades en
la región. El debut es la muestra consagrada a las obras procedentes de
la Pinacoteca de Ancona, que abre sus puertas la semana próxima en el
MNAD. Decir arte italiano del Renacimiento es pensar en Urbino, cuya
producción sería celebrada en toda Europa. De Urbino proceden, basta
como ejemplo, dos maestros de la talla de Bramante y Rafael.
Urbino es una región de suaves colinas a la que el
Adriático regala sus cambiantes azules, con acantilados y grutas
profundas. Resulta imposible no asociar el bello y variado paisaje dalle Marche
a la delicada perfección que reúne esta exposición en la que podrá
apreciarse al incomparable Rafael con la riqueza de un colorido que
estudiosos del arte señalan asimilado de Sebastiano del Piombo. Integran
esta excepcional muestra Federico Barocci, calificado padre de la
pintura barroca; Tiziano, con su gusto por el color y su habilidad en la
estructura de la composición, Andrea Lilli, Paolo Veneciano, Tadeo y
Federico Zuccari y Guercino, entre otros. Del Vaticano a Buenos Aires
PorElisabetta Piqué / LA NACIÓN
Menos
mal que la Pinacoteca de Ancona, la ciudad "capital" de la región de
Las Marcas, debió cerrar por importantes trabajos de reestructuración. Y
menos mal que a alguien se le ocurrió que durante ese tiempo, en vez de
quedar a oscuras, guardadas en sótanos, las obras que se exhiben allí
salieran al mundo, con una muestra extraordinaria que pudo contemplarse
primero en el Vaticano -destino de miles de turistas y peregrinos de
todo el planeta- y, ahora, en la Argentina.
De hecho, no es normal poder admirar tantos tesoros del
arte italiano, todos provenientes de diversos museos de la región de
Las Marcas (que se sumaron a la idea de salir hacia el mundo), juntos,
en una muestra. Rafael, Crivelli, Lotto, Sebastiano del Piombo, Guido
Reni, Guercino, Maratta, Rubens, Tiziano, Melozzo da Forlì, Sassoferrato
y Mattia Preti son algunos de los nombres que hablan por sí solos. La
selección de capolavori va desde el final del siglo XIV hasta
principios del XIX y resulta excepcional porque reúne en el mismo
espacio obras maravillosas. En la inauguración que tuvo lugar a principios de mayo
en el Vaticano en el Brazo de Carlomagno -un espacio más que sugestivo
que se levanta justo en la parte izquierda de la famosa columnata de
Bernini de la Plaza de San Pedro-, se recordó el fuerte vínculo de Las
Marcas con nuestro país. "Se estima que en la Argentina vive un millón y
medio de habitantes que es descendiente de emigrantes de Las Marcas, la
misma cantidad de habitantes de nuestra región", dijo el presidente de
Las Marcas, Gian Mario Spacca, que consideró la muestra un regalo para
todos ellos. Entre los capolavori , que son muchos, hay uno
de Carlo Crivelli muy pequeño, de apenas 21 centímetros por 15, que por
sí solo valdría una exhibición. Una encantadora Virgen con Niño
realizada en 1480 seduce por la delicadeza de la Virgen que juega con
el piecito de su bebé, en una tela con detalles refinadísimos como la
capa y la corona de María, que ostenta, además, un paisaje en el fondo,
con colinas y caminos en los que se asoman jardineros vestidos con
trajes orientales, que parece salido de un sueño. Ficha. Meraviglie dalle Marche. Seiscientos años de pintura italiana en el Museo Nacional de Arte Decorativo (Av. del Libertador 1902), del 7 de julio al 30 de septiembre.
Un centro islámico y una
mezquita de Tombuctú, el 2 de mayo de 2010. Tombuctú y la Tumba de los
Askia (norte de Malí), controladas por los islamistas, fueron inscritas
en la lista del patrimonio mundial en peligro a petición del Gobierno
malí, indicó este jueves la UNESCO.
Por Habib Kouyate
Tombuctú
y la Tumba de los Askia (norte de Malí), controladas por los
islamistas, fueron inscritas en la lista del patrimonio mundial en
peligro a petición del Gobierno malí, indicó este jueves la Organización
de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
El Comité del Patrimonio Mundial, reunido en San Petersburgo (Rusia),
"aceptó la solicitud del Gobierno de Malí de inscribir a Tombuctú, así
como a la Tumba de los Askia en la Lista del patrimonio mundial en
peligro de la UNESCO", señala un comunicado.
Las ciudades de Tombuctú y Gao están ocupadas por los islamistas.
Tombuctú fue fundada entre los siglos XI y XII por tribus tuaregs.
Fue un gran centro intelectual del islam y una antigua metrópolis
mercantil próspera gracias a las caravanas. Sus tres grandes mezquitas,
pero sobre todo decenas de miles de manuscritos -algunos de los cuales
datan de la era anterior al islam- son un testimonio de su antiguo
esplendor y de su edad de oro en el siglo XVI.
La Tumba de los Askia, edificada en 1495 en la región de Gao, incluye un sepulcro piramidal y una mezquita.
Entre fines de marzo y comienzos de abril, las ciudades y regiones
administrativas del norte de Malí (Tombuctú, Kidal y Gao) cayeron en
manos de grupos armados islamistas. La situación se agravó con un golpe
de Estado que, el 22 de marzo, derrocó al presidente Amadou Toumani
Touré.
El simbólico Big Ben de Londres,
ubicado al lado del Parlamento británico, será rebautizado como Torre
Isabel para conmemorar los 60 años en el trono de la reina, informó el
martes un funcionario parlamentario. En la imagen, El Big Ben junto a
unas banderas el 26 de junio de 2012. REUTERS/Paul Hackett.
LONDRES - El simbólico Big Ben de Londres, ubicado al lado del
Parlamento británico, será rebautizado como Torre Isabel para conmemorar
los 60 años en el trono de la reina, informó el martes un funcionario
parlamentario. El anuncio se produjo tras los cuatro días de festejos
este mes para celebrar el Jubileo de Diamante de la reina, de 86 años,
el segundo de un monarca británico."La comisión (parlamentaria) de la Cámara de los
Comunes dio la bienvenida a la propuesta de cambiar el nombre a la torre
del reloj en reconocimiento del Jubileo de Diamante de su majestad la
reina, y se encargará de que esta decisión se implemente de manera
adecuada", dijo un portavoz. La torre de 96 metros de altura, de estilo neogótico,
tiene un reloj en cada una de sus cuatro caras y fue terminada en 1859.
El nombre Big Ben se debe a la gran campana de su interior, que emite
las famosas campanadas que se escuchan por el distrito gubernamental de
Whitehall, en Londres."Creo que es un tributo apropiado para la reina y el
servicio que ha prestado a nuestro país en este año de jubileo", dijo un
portavoz citando al primer ministro David Cameron.
Leonardo
da Vinci está enfermo y nadie sabe si volverá a recibir visitas. En la
imagen, el famoso autorretrato de Da Vinci en Roma el 26 de junio de
2012. REUTERS/Handout
ROMA - Leonardo da Vinci está enfermo y nadie sabe si volverá a recibir visitas.
Varios expertos en arte y restauración han finalizado
recientemente semanas de pruebas sobre el famoso autorretrato de uno de
los grandes genios de la historia, realizado a principios del siglo XVI,
cuando tenía más de 60 años.
Y el diagnóstico es decididamente desalentador.
Los estudios no invasivos confirmaron los peores
temores de los expertos: el dibujo está seriamente dañado y deteriorado
y, siendo positivos, cualquier restauración sería delicada y de gran
riesgo.
"Creo que tenemos que pensarlo mucho antes de hacer
algo con este rostro tan familiar", dijo Jane Roberts, Bibliotecaria
Real y Conservadora de la Sala de Imprenta del Castillo de Windsor.
"Pero creo que podemos decir bastante más sobre el si
realizamos las preguntas adecuadas", dijo en una rueda de prensa en
Roma.
El pequeño retrato del maestro de Renacimiento, que
mide 33,5 por 21,6 centímetros, muestra a un Leonardo pensativo, con
grandes ojos, cejas pobladas y una larga barba.
El autorretrato, hecho con tiza roja sobre papel, sufre rojeces y manchas que no deberían estar ahí.
El dibujo fue adquirido por el rey Carlos Alberto de
Saboya en 1839 y estuvo bien conservado en la Biblioteca Real unos 100
años. Pero en 1929 fue colocado en la pared, exponiéndolo a la luz del
sol.
El diseño, que se guarda en una cámara en Turín, se
mostró de forma excepcional durante dos meses el año pasado por las
celebraciones del 150 aniversario de la unificación de Italia.
Pero los expertos en arte dicen que cualquier otra
exhibición debería limitarse a cortos períodos de tiempo y a un número
limitado de visitantes, ya que, como cualquier otro anciano enfermo,
Leonardo necesitará lo que los expertos denominan "largos períodos de
descanso".
Vista exterior del Museo de Arte Reina Sofía, en Madrid. EFE/Archivo
Madrid,
27 - La Colección permanente ha sido uno de los principales
atractivos del Museo Reina Sofía durante la temporada expositiva que
ahora finaliza, en la que se han mantenido el número de visitantes
respecto al pasado año.
Durante este periodo se integró al discurso de la colección el arte
poético de los años 60 y 70, lo que supuso la reorganización del tercer
tramo del recorrido diseñado por Manuel Borja-Villel, director del
museo, quien hoy avanzó la programación para la temporada de septiembre
2012-junio 2013.
Con exposiciones dedicadas, entre otros, a Dalí, Cristina Iglesias o a
la Colección de Patricia Phelps de Cisneros, así como la que organizará
el Reina Sofía para conmemorar el 75 aniversario del Guernica, de Pablo
Picasso, bajo el título "Encuentros con los años 30", el museo seguirá
también reorganizando su colección con la apertura del tramo que abarca
los años 80 y 90.
Otro de los objetivos planteados por Borja-Villel es avanzar en el
trabajo en red, "lo que haremos con mayor intensidad", dijo. Durante el
presente año, siete exposiciones del Reina Sofía han sido organizadas en
colaboración de otras instituciones, a cuyas sedes han viajado o
viajarán.
Ejemplos de ello son la dedicada a María Blanchard, que actualmente
se exhibe en la Fundación Botín de Santander y que en octubre vendrá,
ampliada, al Reina Sofía; la de Dalí, que en noviembre se mostrará en el
Centro Pompidou, de París, antes de su exhibición en abril en las salas
madrileñas.
También la que con motivo de la concesión del Premio Velázquez de las
Artes Plásticas mostrará en el Palacio Velázquez, de Madrid, y en la
Fundación Serralves de Oporto la obra de Cildo Meireles.
"El trabajo en red permite que los gastos se reduzcan a la mitad, lo
que nos permite mantener el nivel de actividades", comentó Manuel
Borja-Villel, quien desarrolla este programa tanto en Latinoamérica como
en Europa y que tiene la intención de ampliarlo a Asia, "en concreto
estamos empezando a abrir puertas en Oriente Medio y en Hong Kong".
La idea de una museo que trabaja en un lugar determinado "no
funciona, ya que no puede competir". El director planteó que "si te
quedas aislado desapareces" y que el trabajo "con franquicias" es
contraproducente, ya que "el relato cada día es más débil".
Por ello, lo importante es trabajar en red, "donde -subrayó- lo importante son los relatos en una estructura supranacional".
En cuanto a los presupuestos con los que cuenta el Reina Sofía,
Manuel Borja-Villel reconoció que, como en otras instituciones, existe
inquietud pero que la intención es "generar cuantos más recursos
propios, a través de patrocinios directos y de itinerancias. Además
estamos estudiando para crear una sociedad mercantil".
Tras la aprobación el pasado septiembre de la Ley del Reina Sofía,
que ofrece herramientas al museo para tener mayor agilidad y eficacia y
para generar recursos propios, "el museo se encuentra en proceso de
cambio".
El hallazgo. La nave, como fue encontrada en la excavación en 2008
Bajo tierra, como lo encontraron, aunque en otro lugar. Así yace ahora el llamado galeón, en realidad un navío mercante, que apareció en diciembre de 2008 cuando excavaban los cimientos para construir una torre en el Dique 1 de Puerto Madero.
Había
estado más de 200 años bajo el lecho del Río de la Plata: finalmente
los restos del barco español del siglo XVIII fueron trasladados en 2010 a
la Barraca Peña, frente al Riachuelo, en La Boca, y allí enterrados
nuevamente para que puedan seguir conservados en las mismas condiciones
en las que lo encontraron. Mientras, se lo monitorea con sensores que
permiten saber tanto la temperatura como la humedad de la madera del
casco de la nave, que tenía 28 metros de largo.
Según se
investiga, la nave venía de la península ibérica hacia Buenos Aires,
probablemente con mercaderías de contrabando, y habría quedado encallada
tras una fuerte tormenta. Además de cañones, dentro hallaron monedas,
cerámicas, vasijas, pipas, clavos, sogas, un espejo y llaves, que se
encuentran dentro de un proyecto de investigación de arqueología, muy
poco común para el Estado porteño.
En pleno Casco Histórico, datan del siglo XVII. Fue en una
excavación realizada por arqueólogos e historiadores en el patio central
de la casona del Virrey. Encontraron cerámicas, monedas y amuletos
contra el mal de ojo traídos por los esclavos.
Parte de las excavaciones.
Por Silvia Gómez
Debajo del piso de la casa que alguna vez habitó el Virrey Liniers, un grupo de arqueólogos e historiadores hallaron miles de objetos que retratan la vida doméstica
de la Buenos Aires de los siglos XVII y XVIII. La casa es hoy sede de
la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico de la Ciudad,
dependiente del Ministerio de Cultura porteño, y los trabajos de
excavación se realizan en el patio central. El Virrey Liniers se
instaló en la casa –Venezuela 469– cuando concluyeron las Invasiones
Inglesas. Allí vivió seis años y la residencia pertenecía a la familia
Sarratea, quienes participaban de los movimientos para emancipar al
país. Era una mansión que con los años se fue transformando, pero que
básicamente se construyó sobre otras viviendas preexistentes, de los
Siglos XVII y XVIII. Los restos de aquellas casas y sus utensilios
quedaron enterrados y, pese a la humedad y al ácido suelo porteño, se conservaron para salir a la luz más de dos siglos después. Las
excavaciones estuvieron dirigidas por el arqueólogo Daniel Schávelzon.
“Sabíamos que la casa había sido muy alterada y lo confirmamos con los
cimientos que hallamos: debajo de la casa que habitó el Virrey hubo otra
casa, que a su vez estaba encima de otra construida en el Siglo XVII”,
detalló Schávelzon. Y la cantidad de objetos hallados es también una
particularidad: “Es llamativa, es muy abundante. Descubrimos además un
tipo de pozo para enterrar la basura que también es atípico. Son
agujeros de dos metros de diámetro y poco profundos”. Justamente en los pozos de basura es que hallaron, entre otras cosas: dedales de cobre
–muy similares a los que se encontraron en la excavación del Zanjón de
Granados–, fragmentos de tinajas, tejas, una tijera despabiladora de
bronce –que da cuenta de la categoría de la mansión–, cascabeles, el
pico de una botija de aceite de oliva, un plato de mayólica portuguesa,
una moneda de plata de Potosí y amuletos para curar el
mal de ojo, de origen africano. “Pudieron haber sido traídos por los
esclavos o tallados aquí. Incluso también por españoles, porque es un
mal del que aún hoy se sigue hablando. Lo cierto es que los objetos son
la prueba material de que algo sucedió y es lo que permite elaborar
interpretaciones históricas”, explicó Liliana Barela, directora de
Patrimonio y del Instituto Histórico porteño.
Otro objeto interesante, entre todos los cientos que fueron hallados, es un plato de mayólica portuguesa
, datado entre el 1600 y el 1650. Se trata de un tipo de cerámica con
esmalte a base de estaño que comenzó a producirse en Europa a partir de
la ocupación morisca del territorio español .
Schávelzon cuenta
que el amuleto, que es una mano cerrada, está tallado en piedra negra y
mide menos de un centímetro: “Se colocaba cerca del órgano enfermo y
cuando ‘chupaba’ la enfermedad se rompía y se tiraba”. Estiman que data del 1650 . Otro objeto interesante, entre todos los cientos que fueron hallados, es un plato de mayólica portuguesa
, datado entre el 1600 y el 1650. Se trata de un tipo de cerámica con
esmalte a base de estaño que comenzó a producirse en Europa a partir de
la ocupación morisca del territorio español . “Aquí no son
frecuentes los hallazgos de piezas de este tipo, con tan alto grado de
integridad y en un contexto tan bien definido”, contó el arqueólogo
Ricardo Orsini, quien también trabajó en la excavación.
Una tijera despabiladora de
bronce –que da cuenta de la categoría de la mansión.
Todos los objetos hallados, las excavaciones in situ y en pocos meses más el tesoro hallado en el Galeón de Puerto Madero (Ver Monitoreado...),
se pueden ver en Venezuela 469. Allí además funciona un laboratorio de
arqueología urbana que es en donde se recuperan todas las cosas halladas
en diferentes excavaciones que se hacen en la Ciudad. Las visitas se
pueden hacer de lunes a viernes de 12 a 18.
En las fotografías de Horacio Coppola, ubicadas en
la vanguardia del siglo XX, hay una rara conjunción de poesía y estilo
documental, dice el autor de esta nota, en alguna medida, continuador de
su trabajo sobre la ciudad.
EL HOMBRE DEL SIGLO. Coppola a dos días de cumplir 105 años, en julio de 2011.
Por Facundo de Zuviría
Dieciocho de junio, 0.30 hs., muere en su casa, en paz, a los
105 años de edad, Horacio Coppola, el gran maestro de la fotografía
argentina, y uno de los más destacados del mundo. Un día gris y lluvioso
en Buenos Aires, la ciudad que inmortalizó con sus fotos en los años
treinta, lo despide para siempre. Su recuerdo y, sobre todo, sus
imágenes, permanecen afortunadamente con nosotros.
Conocí a
Coppola en los años ochenta, cuando los fotógrafos éramos pocos y la
fotografía no estaba para nada de moda. Entonces hicimos, junto con
Eduardo Grossman, una muestra consagrada a los grandes maestros de la
fotografía argentina, en el marco de aquellas Jornadas de Fotografía que
organizamos con otros colegas en 1988; fue a raíz de esta exposición
que tuve el honor de visitarlo en su departamento para elegir las fotos
que lo representarían.
Creo que fue ese el momento en que empecé a
darme cuenta de la dimensión de su obra: esas fotos, que había visto en
algún libro suyo, parecían tomadas sin mayor esfuerzo. Imágenes casi
abstractas que retrataban con total espontaneidad a Buenos Aires, eran
verdaderas obras maestras, creadas en 1931, producto de una mirada
moderna que buscaba en la trama urbana los elementos que habrían de
definir su propio lenguaje.
Horacio Coppola deja como legado
fundamental el conjunto de fotografías que hizo de Buenos Aires en 1931 y
1936, y que publicó en aquel célebre libro editado por la
Municipalidad, conmemorando el cuarto centenario de la ciudad ese mismo
año. Allí se conjugan las dos miradas del joven autor, sus primeras
tomas de carácter experimental y aquellas vistas urbanas que se
transformarían con los años en sus imágenes más celebradas.
Cuando Coppola comienza a fotografiar Buenos Aires, en 1929 –en ese año aparecen publicadas dos fotos suyas en el Evaristo Carriego
de Borges– lo hace con plena conciencia de trascendencia del hecho
fotográfico que protagoniza y muy a tono con el espíritu imperante en
las vanguardias artísticas y literarias porteñas. Luego vendrían dos
ensayos sobre la ciudad publicados en los números 4 y 5 de la revista
Sur, en 1931 y 1932. No se trataba de fotos que ilustraban un texto, no
eran accesorias de nada, eran imágenes presentadas como obras en sí
mismas, que integraban un discurso pleno de significado y contenido.
Coppola
toma la ciudad como el punto de apoyo sobre el cual comienza a
desarrollar su mirada, y los temas urbanos se vuelven objeto de sus
búsquedas formales: allí se expresa con soltura, con su moderna Leica de
35 mm., buscando en la austeridad del barrio una síntesis abarcadora de
aquella idea de la ciudad como continuación de la pampa, con el cielo
visto desde un patio, paredes blancas de casas modestas, y el horizonte
lejano en el fin de sus calles.
Esquina de Bartolomé Mitre y Montevideo.
Junto con este descubrimiento del barrio
–casi un suburbio–, fotografía la ciudad en expansión vertical, con sus
edificios céntricos, medianeras mudas, Riachuelo y puerto, y lo hace
desde puntos de toma no convencionales, forzando perspectivas, buscando
en unos pocos elementos la síntesis que definiese a Buenos Aires a
través de su propia fotografía. Con esta primera parte de su retrato
urbano, construye el alfabeto de su propio lenguaje.
Luego vendrán
los años en Europa, la Bauhaus, su encuentro con Grete Stern, Londres y
el regreso a la Argentina, en 1935. Es a partir de entonces que se
dedica con pasión a fotografiar la ciudad que nunca más dejaría, y lo
hace dueño de un lenguaje ya maduro: sus fotografías son más reflexivas,
prefiere las tomas abarcativas sobre las de detalles, se dedica a
fotografiar los lugares emblemáticos del paisaje urbano, y lo hace con
pleno dominio de la técnica –en muchos casos con su cámara de placas–
para editar, en 1936, lo que sería considerado, con toda justicia, como
uno de los libros fundamentales en la fotografía del siglo XX.
Podríamos
referirnos al resto de su obra, a sus fotos europeas, su trabajo sobre
las esculturas de Aleijadinho, sus libros sobre la calle Corrientes y la
ciudad de La Plata, las fotos de huacos, sus experimentaciones con el
color, pero nos desviaríamos de lo esencial, de estas fotos de Buenos
Aires que se han transformado en la memoria gráfica de la ciudad,
inmortalizada a través de su mirada.
Coppola fue para mí un
referente fundamental, mucho antes de que yo fuese consciente de ello.
Sus fotos, que integraban un acervo genérico que los fotógrafos ya
conocíamos, pasaron a formar parte de mi propio imaginario, y creo que
sin darme cuenta, a partir de esas imágenes, se me ocurrió fotografiar
Buenos Aires como un modo de apropiarme de ella y preservarla en el
tiempo: todo mi trabajo de los años ochenta tiene, visto en perspectiva y
aunque yo no lo supiese entonces, un aire “coppoliano”, que me acercó
definitivamente al maestro y me dio el privilegio de su generosa
amistad.
Por eso, cuando le propuse editar juntos un libro sobre
Buenos Aires, con sus fotos de los años treinta y las mías más actuales,
tomó la idea con entusiasmo y naturalidad, y me dejó elegir, entre
todos sus contactos, las imágenes que serían publicadas en 2006 por
Ediciones Lariviere. Fue un momento extraordinario en que recorrí
minuciosamente todo su trabajo, cuadernos de notas y contactos, a fin de
lograr una selección de ochenta fotografías que conjugara sus búsquedas
de 1931 con sus vistas tan perfectas de 1936 y lo representara
cabalmente: un gran privilegio por el cual le estaré siempre muy
agradecido.
1931. Una imagen de sus propios pasos, en Rivadavia entre Salguero y Medrano.
La desaparición de Coppola es también el adiós a una
época: se va el último maestro, el gran fotógrafo de Buenos Aires, y nos
quedan aquellas imágenes célebres que forman parte, hace rato, del
acervo cultural urbano, como la del Obelisco desde abajo y rodeado de
siluetas, la vista nocturna de la calle Corrientes con el edificio
Safico en primer plano, esa otra vista nocturna con automóviles, la
cornisa angular sobre la Diagonal Norte en fuga, las tomas picadas desde
el balcón de su casa en Corrientes 3060, aquella toma de la ciudad con
medianera y transatlántico, el misterio de La Boca y el Riachuelo, las
calles despobladas del barrio, un empedrado como definición mínima de lo
porteño… Todo nos lleva a añorar con nostalgia esa ciudad que ya no
existe y que quizás sólo existió en sus fotos, un tiempo pasado donde
Buenos Aires era un pueblo grande sobre la llanura y albergaba sueños de
futura grandeza. Más allá de la nostalgia, las imágenes perduran
inalterables en su pureza, perfectas, autónomas, con una poética que
trasciende su propio momento. Y lo que hace a estas fotografías tan
extraordinarias es esa rara conjunción de poesía y estilo documental en
imágenes profundas y de sutil geometría, ubicadas en la vanguardia del
siglo XX.
Afortunadamente, todo esto fue reconocido en vida,
Coppola fue homenajeado en múltiples ocasiones, declarado ciudadano
ilustre de Buenos Aires, sus imágenes han sido publicadas, reproducidas y
exhibidas en todo el país y en los más importantes museos y salas de
toda América y Europa, muchos libros incluyen sus fotos, y él llegó a
ver todo esto.
Tuvo una vida larga y fructífera. Junto con Grete
Stern fueron protagonistas de la vanguardia de los años treinta, formó
con ella una familia (y supo sobreponerse al tremendo golpe que fue la
temprana pérdida de su hijo Andrés, y mucho más tarde, de su hija
Silvia), hizo el retrato definitivo de aquella Buenos Aires
deslumbrante, editó sus propios libros, desarrolló un pensamiento
original en el campo de la fotografía, rodeado de sus alumnos del grupo
Imagema, y encontró finalmente en Raquel Palomeque, con quien pasó la
mitad de su vida, su compañera ideal: juntos compartieron conferencias,
amigos, viajes, trabajos, exposiciones, y fueron una pareja entrañable.
Creo
que Horacio Coppola tuvo una vida plena, conoció la felicidad y partió
en paz, dejándonos como legado sus extraordinarias fotografías, sus
libros, el clic de su mirada impreso para siempre en el tiempo. Para él,
nuestra gratitud y reconocimiento.
*Zuviria es coautor de “Buenos Aires [Coppola + Zuviria]”, Ediciones Lariviére. Fuente: Revista Ñ Clarín