El actor, malagueño como el pintor, habló con Clarín sobre su gran desafío.
Cómo construyó al personaje, con rapada de cabeza incluida.
UN TESORO PRIVADO QUE PASA A SER PARTE DEL ACERVO PÚBLICO
Cazador cazado, de Duilio Pierri Obra representativa de este artista clave de los años 80, que ya integra el acervo del MNBA desde 1990 María Paula Zacharías
No saben bien cómo empezó, pero sí cómo terminó. La colección de arte contemporáneo argentino que Alberto Elía y Mario Robirosa amasaron a lo largo de casi 40 años llega a su fin como tesoro privado para convertirse en parte del acervo del Museo Nacional de Bellas Artes. Desde hoy, puede verse parte de sus 84 piezas, producidas entre los años 70 y mediados de los 2000, en la exposición "Una historia, una colección. Donación Elía/Robirosa"."Nosotros teníamos obras, pero no creíamos que era una colección. Fue Miguel Briante quien nos lo dijo, y al principio nos costó creerle", recuerda Robirosa. "Hace dos años, una tarde frente al mar, pensamos que era una buena idea donarlas al museo", dice Elía, también artista.Antes de asumirse como coleccionistas, fueron galeristas durante muchos años, y desde su recordado espacio de Uriburu y Las Heras impulsaron la carrera de artistas y acrecentaron su propio capital en obras. "No hacíamos canje por catálogos ni exposiciones. Comprábamos las obras al mismo precio en el que estaban a la venta al público", aclara Elía. El conjunto comenzó a formarse en 1977. "Las obras eran adquiridas directamente a los artistas, con quienes Elía y Robirosa establecían una relación muy cercana: se interesaban por sus vidas y sus procesos creativos. Luego, seleccionaban los trabajos que exhibirían en la galería y adquirían una o más piezas del artista, como modo de sellar el compromiso entre las dos partes que conformaban el proyecto artístico", cuenta en su texto el investigador Pablo De Monte, curador de la exposición junto con Florencia Galessio. "La galería se sostuvo en el tiempo porque no pagábamos alquiler. El local era nuestro", dice Elía. Hoy siguen trabajando como agentes culturales a través de la Fundación Elía Robirosa.Esta selección de pinturas y esculturas de artistas argentinos realizadas entre 1970 y los primeros años 2000 fueron cedidas en 2017, y algunas de las piezas ya se habían visto en estas salas en 2004. El núcleo mayor está enfocado en los años 80 y 90, pero elcorpus también abarca serigrafías eróticas de Minujín y dibujos y collages de Alberto Heredia, de los 70. Hay una gran pintura del joven desorbitado de Pablo Suárez, El sillón azul, de 1972, frente al de una pequeña ninfa de Alicia Carletti, Figura: Niña, de 1980. Otro gran lienzo es el de Jorge Pirozzi, que dialoga con las esculturas de Juan Paparella. Más acá en el tiempo están los grandes lienzos de Diego Perrotta, Germán Gargano, Jorge Pietra y Margarita De Koenigsberg, de los primeros 2000, y la pintura sobre escultura de Jorge Simes.
Los curadores realizaron una selección para exhibir según dos núcleos temáticos. El primero, el retorno a la pintura, está compuesto por artistas de los años 80: Juan José Cambre, Duilio Pierri, Jorge Pietra y Carletti, y esculturas de Paparella, Hernán Dompé y María Simón, además de las obras de Minujín y Heredia. Y los referentes, que influyeron y complementaron esta década signada por la vuelta a las prácticas artísticas tradicionales: Luis Felipe Noé, Pablo Suárez y Gabriel Messil."Elía y Robirosa, notables coleccionistas y galeristas, han construido durante medio siglo el círculo virtuoso entre ambas figuras, que encarnan con gran prestancia y generosidad", afirma el director del museo, Andrés Duprat. La resistencia de Elía a asumirse como coleccionista está en sintonía con el tiempo en que le tocó ser galerista, explica De Monte. "Un momento de grandes cambios, donde los límites del arte comenzaban a disolverse y los grandes relatos perdían su impulso. En esa época de finales y retornos, el objeto a coleccionar no estaba claro, y es por eso que Elía y Robirosa hicieron lo único que podían hacer, seguir su instinto para construir este conjunto particular de obras que hoy pertenecen al patrimonio del museo y que la institución llamará Colección Elía-Robirosa". Para agendar
Museo Nacional de Bellas Artes . Martes a viernes, de 11 a 20, y sábados y domingos, de 10 a 20. Entrada gratuita. Hasta el 17 de juni
Fuente: lanacion.com |
FACEBOK VOLVIÓ A CENSURAR UNA OBRA DE ARTE
Se trata esta vez de la imagen Desnudo con punto a rayas, del prestigioso fotógrafo francés Willy Ronis Facebook censuró ayer la fotografía de un desnudo de una exposición del Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo Español, situado en Valladolid, en la que se ven los pechos de una mujer mientras se quita la ropa. La imagen, tituladaDesnudo con punto a rayas (París, 1970), es de Willy Ronis (París, 1910-2009), considerado uno de los grandes fotógrafos humanistas de la historia, que se destacó por retratar la vida en la posguerra tanto en la capital francesa como en la Provenza, una región del sudeste de Francia.El propio Patio Herreriano lo confirmó en su cuenta de Twitter: "Sí, efectivamente han eliminado esta foto de #WillyRonis de nuestro último post en FB y no podemos publicar nuevos contenidos hasta el próximo lunes en esa red. Los algoritmos de @facebook no saben distinguir contenido inapropiado de una obra de arte".El caso de la censura de la imagen Desnudo con punto a rayas no es el primero que afecta a Facebook. El pasado diciembre, por ejemplo, una usuaria italiana, Laura Ghianda, denunció que los administradores de la red social habían censurado una publicación en su muro con la foto de la Venus de Willendorf, una escultura paleolítica datada entre el 25.000 y el 28.000 a.C. Hace solo un mes, en marzo, Facebook censuróLa libertad guiando al pueblo, el cuadro más famoso de Eugène Delacroix, por mostrar un pecho.Ronis se destacó por su mirada hacia lo cotidiano para elaborar microrrelatos a partir de personajes y de situaciones que tienen como marco la calle. Su obra testifica la actividad de un fotógrafo que se inscribe en la historia del siglo XX. Fue él, junto con otros fotógrafos -entre ellos, Robert Doisneau, Izis, André Kertész y Brassaï-, el responsable de esa imagen en blanco y negro, cándida y romántica del París de mediados del siglo XX.
Un maestro detrás de la lente
"Nací con un meticuloso gusto por la música. Durante mucho tiempo, hasta los 16 o 18 años, pensé que iba a ser compositor", recordaba el artista en una entrevista grabada en los últimos años de su vida. Su madre, profesora de piano, le inculcó la pasión por la música. Fue también quien le aconsejó visitar el Louvre. Admiraba a los pintores flamencos. De la descripción de lo cotidiano que observó en su pintura surgió la búsqueda del fotógrafo por los momentos triviales y fugaces de la vida diaria. Su padre era fotógrafo y dueño de un estudio de fotografía de retrato. A los 15 años le regaló su primera cámara y cuando enfermó de cáncer le pidió que se hiciera cargo de su negocio. El 14 julio de 1936 se lanzó a la calle para documentar el ascenso del frente popular en París.Las clases más desfavorecidas y desestabilizadas encontraron siempre un lugar en la mirada del autor. Cubrió, como encargos para distintas publicaciones, los conflictos de Citroën o Renault, y documentó, entre otros, a los trabajadores textiles de la Alsacia y a los mineros de Saint Étienne. También trabajó para la agencia Rapho, y entre sus mejores amigos se encontraban David Seymour y Robert Capa, fundadores de Magnum. Con ellos compartía la necesidad de reivindicar los derechos de autor del fotógrafo.La mayoría de sus imágenes están tomadas en la calle. Además, catalogaba cada uno de sus negativos, que iban acompañados de una pequeña narración donde explicaba los detalles de cada toma. Tocó múltiples géneros, entre ellos, el desnudo. Una de sus fotos más famosas, El desnudo provenzal, es la que tomó a su mujer, Mari Anne Lansiaux, cuando la sorprendió lavándose en su cabaña de Gordes, en Provenza.
Fuente: lanacion.com
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TERMINÓ LA RESTAURACIÓN DE UNA JOYA DEL ART NOUVEAU PORTEÑO
Y SE VIENE EL GRAN FESTEJO
Fachada. Desborda de arte en la Casa Calise, realizada por el arquitecto italiano Virginio Colombo en 1911.
Está en Hipólito Yrigoyen 2562. / Gentileza Iván Malesani |
Judith Savloff
La pareja, envuelta en un remolino ¿de pasión?, y los querubines, alegres entre las hojas de vid, estaban listos. Las al menos 35 esculturas del frente de la Casa Calise de Once –uno de los más decorados de Capital–, habían sido restauradas entre octubre y febrero. Pero ahora se sumaron estatuas y vitrales del interior, entre otras maravillas.La puesta en valor del edificio terminó. Y el miércoles 18 habrá un festejo, con recorridos guiados gratuitos, placaconmemorativa, músicos del barrio, ópera –con la reconocida soprano Haydeé Dabusti– y tango en vivo.
Los motivos sobran. “La Ciudad
recuperó una joya del Art Nouveau gracias
al consorcio y el apoyo de tres empresas, a través
de la Ley de Mecenazgo, además de instituciones,
entre ellas, la Federación de Comercio e Industria local, Fecoba. Es un ejemplo de
esfuerzo conjunto”, explica a Clarín Willy
Pastrana, presidente de la Asociación Art Nouveau Buenos Aires (ANNBA), motor
de la movida.
Hall. Con las figuras femeninas de mármol y uno de los vitrales restaurados. / AANBA |
Vitral. Uno de los recuperados, en la entrada de la Calise. / Gentileza AANBA |
La
obra que dirigió la arquitecta Elina Tassara, con Ricardo Fuentes y Christian
Le Monnier, contó con $4,1
millones. Sirvieron para arreglar las estatuas del italiano Ercole
Pasina, reemplazar piezas rotas, limpiar las paredes a fondo, iluminar con LEDs
y volver a darle brillo al Nautilus, el molusco
dibujado con hierro que cubre los portales. “En esta segunda fase se agregaron
dos vitrales circulares con
rostros femeninos, recuperados por el Fondo
Metropolitano de las Artes, y el principal, que divide al hall, y que fue rehecho según
el croquis original de la
antigua Casa Soler, entre otros trabajos”, agrega Horacio Elorriaga, secretario
de AANBA.
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El proyecto se completó pero falta. El apoderado de la Calise, Fernando Tuma Moreno, y fuentes de AANBA contaron a este diario que en la Casa funcionan viviendas privadas y una pensión. Y que en la planta baja quieren reabrir locales. “El dinero no alcanzó para una reparación integral. Se necesitará otra inversión”, dijo Pastrana. Y Tuma recordó que trabajan en un plan que incluiría un museo, como anticipó Clarín.
Querubines. Están por todo el frente de la Calise, incluso entre hojas de vid. Es que los Calise tenían viñedos
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Desde
afuera, la Calise, que ocupa unos 8.000 m2, evoca un palacio. Pero la familia
Calise, dueña de viñedos en Mendoza –de ahí el nombre del edificio y
las uvas de la fachada– se la encargó a Colombo para alquilar y encantar. No se equivocó. El 18, desde las
17, hay una fiesta para comprobarlo. En Hipólito Irigoyen 2562-78. Más información en la web de AANBA o su Facebook.
Mirá el video sobre el arquitecto Colombo de AANBA./
AANBA
Fuente: clarin.com
Fuente: clarin.com
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