Basilea
(Suiza), 13 - Hoteles llenos desde hace meses, coches de lujo
en cada rincón de la ciudad, restaurantes a rebosar, gente guapa y
mucho dinero. Basilea acoge desde mañana la 43 edición de Art Basel y es
estos días el reflejo más claro de que el mundo del arte vive de
espaldas a la crisis.
Visitar esta feria, la más importante de arte internacional del
mundo, sirve para darse cuenta de que los problemas de liquidez de los
bancos y la crisis de deuda en Europa no afectan a este sector, sino más
bien al contrario.
La 43 edición de esta cita bate todos los récords, con más de 300
galerías de 36 países, que presentan el trabajo de 2.500 artistas de los
siglos XX y XXI y que se frotan las manos, conscientes de que el arte
es hoy en día, como el franco suizo o como el oro, el valor refugio que
buscan los inversores para guardar su dinero.
"El arte es un refugio y, en los tiempos de crisis financiera como el
que se vive, el refugio del arte es un refugio seguro. Ha ocurrido en
Buenos Aires, está ocurriendo aquí.
Estas burbujas de compradores y de
liquidez que se respiran aquí no son algo muy coherente con lo que uno
lee en los periódicos", dice a Efe Orly Benzacar, una galerista
argentina que acude a Art Basel por quinta vez.
"Yo no soy experta en economía, pero lo que veo cuando hay crisis
económica es que hay un levantón del mercado del arte", agrega Benzacar,
que hace un gran sacrificio económico para poder estar en contacto con
los bolsillos más solventes del planeta.
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