El sábado fue removida en la plaza que está detrás de la Rosada y la Ciudad dejó una guardia para que no se la lleven. En la Justicia buscarán frenar a la Nación, que quiere mudarla a Mar del Plata.
Acostado. La escultura está sobre una tarima de madera. Especialistas dicen que esa posición podría afectar seriamente una estructura que ya exhibe muestras de deterioro. |
Después del revuelo del sábado, el parque Colón, detrás de la
Casa Rosada, recuperó la calma. En cada uno de los accesos, un móvil de
la dirección de Tránsito de la Ciudad custodiaba los movimientos para
evitar que la estatua de Colón fuera trasladada. Del otro lado
de la reja, la figura de seis metros del navegante genovés seguía
recostada sobre la tarima en la que la habían dejado el día anterior. Y
había un agente de la Policía Federal y un gendarme que cumplían su
guardia. Tanto desde el Gobierno porteño como desde la ONG Basta de
Demoler anticiparon que hoy recurrirán a la Justicia para impedir que se lleven el monumento.
El
jefe de Gabinete del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en
declaraciones a Radio 10 catalogó de “increíble” el avance del Gobierno
nacional sobre la medida cautelar que suspendía por tres meses
“cualquier acto que implique el traslado del monumento”. Y apuntó que la
Nación “busca el conflicto por el conflicto mismo”. Desde el Gobierno,
al igual que el sábado, siguió el silencio oficial.
En marzo Clarín
anticipó en exclusiva las intenciones del Gobierno nacional de mudar
el monumento a Cristóbal Colón a Mar del Plata para reemplazarlo por
otro que homenajea a Juana Azurduy. El 31 de mayo intentaron
desmontar la estatua, pero funcionarios porteños y representantes de
ONGs lograron impedirlo y presentaron un amparo. A mediados de junio, la
jueza subrogante María Alejandra Biotti, del Juzgado Contencioso
Administrativo Federal N° 12, dictó la medida cautelar. ¿Qué dice? “El
Poder Ejecutivo Nacional deberá abstenerse de concretar cualquier acto
que implique el traslado. Ello, sin perjuicio de las medidas que pudiera
adoptar para la conservación y/o preservación del monumento”. En esa
línea fue la explicación que dio el sábado el ingeniero Juan Arriegue, a
cargo del operativo. Aseguró que se desmontaba la estatua para
restaurarla y que luego volvería a su lugar.
¿Era necesario
bajarla para repararla? “La información brindada por los responsables
del proyecto es fragmentaria y contradictoria. No tenemos acceso a la
evaluación ni se ha dado a conocer en qué consiste el proyecto, más allá
de la búsqueda constante de razones que justifiquen sacar ese
monumento”, respondió Marcelo Magadán, arquitecto especialista en
conservación de Monumentos Históricos, que había realizado una
inspección del de Colón en 2012. Y agregó: “Es una falacia que exista la
necesidad de desmontar la estatua para restaurarla. En este caso, el
desmonte se habrá de convertir en un nuevo y decisivo factor de
destrucción de la obra”.
María del Carmen Arias Usandivaras, abogada de Basta de Demoler, anticipó que hoy presentará denuncias penales en la Justicia Federal contra el Gobierno nacional y contra el porteño:
“Uno por hacer y otro por no impedir”, explicó. También hará una
presentación en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal N° 12. En
tanto Gerardo Gómez Coronado, defensor adjunto del Pueblo de la Ciudad,
dijo que además de acompañar la acción de las ONGs van a reiterar el
oficio para que el Gobierno de la Ciudad sea actor principal en este
conflicto, tal como establece el convenio firmado en 2007 para la
utilización del Parque Colón.
El monumento ahora corre más peligro, según los especialistas
“Todo movimiento entraña un riesgo para la obra. Más cuando esto
no parece necesario”, sostiene Marcelo Magadán, arquitecto especialista
en conservación y restauración que a principios de 2012 realizó un
estudio sobre este monumento a pedido de las autoridades nacionales. “A
la luz de las normas internacionales de conservación y manejo del
patrimonio cultural no hay un solo motivo que justifique desmontarla. Un
tema sobre el que ya se está hablando en distintos foros dedicados a la
especialidad”, sostiene.
El hecho de que permanezca recostada
también puede ser perjudicial para la obra. “Las fisuras que presentan
algunos bloques del monumento siguen las líneas naturales de las fallas
del material. Los escultores que trabajan con mármol saben que los
bloques tienen vetas y que hay un modo correcto de emplearlos para que
funcionen correctamente desde el punto de vista estructural”, explica. Y
agrega: “Ese bloque estaba preparado para que Colón esté parado. Que
haya soportado en posición vertical sin mayor problema estos 90 años es
una manera de comprobarlo. Esto, a pesar de que las piernas son más
angostas que el resto del cuerpo. Ahora lo acostaron, lo apoyaron sobre
su lado débil. Hay una fisura (irrelevante para posición vertical)
debajo de la capa y por encima de su pierna derecha, por la que podría
producirse una fractura con la obra acostada, ante vibraciones o
golpes”.
En función del diagnóstico que habían realizado, estima
que la reparación llevaría entre seis y ocho meses. Y luego habría que
volver a colocarla en su lugar, con el riesgo que este movimiento
implica.
Fuente: clarin.com
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