Una pluma genial. Al borde de la locura. Esa parece ser la
regla. Al menos, es lo que se desprende de un estudio realizado por
investigadores del Instituto Karolinska y publicado por el Journal of
Psychiatric Research y que sostiene que las personas que tienen
profesiones creativas son más propensas a padecer enfermedades mentales.
El año pasado, el equipo de científicos suecos había demostrado
que entre las familias donde había casos de trastorno bipolar y
esquizofrenia también había un mayor número de artistas y científicos,
en comparación con la población en general.
Ahora, los
investigadores ampliaron sus estudios e incluyeron más diagnósticos
psiquiátricos como el trastorno esquizo-afectivo, la depresión, el
síndrome de ansiedad, el abuso de alcohol, la adicción a las drogas, el
autismo, el TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad),
la anorexia nerviosa y hasta el suicidio. Y confirmaron lo que habían
prbado antes.
El estudio, realizado durante 40 años, siguió a casi
1,2 millones de pacientes y sus familiares, identificados hasta el
grado de primos segundos, y es el más extenso puesto en marcha hasta el
momento.
Los resultados confirman las conclusiones del estudio
anterior: el trastorno bipolar es más frecuente entre personas con
profesiones artísticas o científicas como bailarines, investigadores,
fotógrafos y autores.
Por otra parte, según informó el instituto
sueco, determinaron que los escritores padecen con más frecuencia otras
enfermedades psiquiátricas (incluida la esquizofrenia, la depresión, el
síndrome de ansiedad y el abuso de sustancias) y son casi un 50 por
ciento más propensos a cometer suicidio que la población general.
La
lista de casos de escritores y artistas que sufrieron trastornos
mentales es amplia. La novelista Virginia Woolf, por poner un ejemplo,
sufría una depresión crónica y acabó suicidándose lanzándose al río.
Hans Christian Andersen, autor de El patito feo y La sirenita, también
padecía depresión, o Ernest Hemingway, que decidió acabar con su vida de
un tiro con una escopeta.
Los investigadores también observaron
que las profesiones creativas fueron más frecuentes entre los familiares
de pacientes con esquizofrenia, trastorno bipolar, anorexia nerviosa y,
en cierta medida, el autismo. Según Simon Kyaga, consultor en
psiquiatría y estudiante de doctorado en el Departamento de Servicios
Médicos de Epidemiología y Bioestadística, los resultados dan pie a
reconsiderar los enfoques sobre las enfermedades mentales.
"Si se
tiene en cuenta que ciertos fenómenos asociados con la enfermedad son
beneficiosos, se abre el camino para darle un nuevo enfoque al
tratamiento", aseguró el científico, investigador principal del trabajo.
"En ese caso, el médico y el paciente deben llegar a un acuerdo sobre
lo que se va a tratar, y a qué costo. En psiquiatría y en medicina en
general, tradicionalmente se veía a la enfermedad (mental) en términos
de blanco y negro y se esforzaban en tratar al paciente eliminando todo
lo negativo". Ahora, con estas nuevas conclusiones, el futuro de los
pacientes podría llegar a nuevos horizontes.
Po otra parte, el
especialista Beth Murphy dijo que es importante no idealizar a las
personas con problemas de salud mental, que con demasiada frecuencia son
presentados como "genios creativos".
El estudio fue financiado
por diferentes entidades como el Consejo de Investigación sueco, la
Fundación de Psiquiatría Sueca, la Fundación Bror Gadelius, el Centro de
Estocolmo para Investigación Psiquiátrica y el Consejo Sueco para la
Vida Laboral e Investigación Social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario