Leonardo pudo haber pintado a la misma modelo para
dos encargos distintos. La Mona Lisa Foundation, de Zurich, dice que es
un trabajo que Da Vinci dejó sin terminar. Hay polémica.
Una vez más –y no será la última– Leonardo Da Vinci y su Mona
Lisa son noticia: es que ayer, en Ginebra, se presentó una presunta
versión anterior de la obra más famosa del genio del Renacimiento. La
Gioconda revelada habría sido pintada entre diez y doce años antes que
la que está en el Museo del Louvre, lo que le da un aspecto más juvenil.
Fue
la Mona Lisa Foundation, con sede en Zurich, Suiza, la que hizo el
anuncio, a la vez que publicó un libro de 320 páginas en el que a través
de documentos históricos y de la opinión de expertos intenta avalar el
parentesco entre ambos cuadros. “Leonardo dejó sin terminar un retrato
anterior de Mona Lisa en el que está flanqueda por columnas”, sostuvo un
comunicado de la fundación que establecía que la investigación duró 35
años.
Esta versión fue pintada sobre un lienzo, a diferencia del
célebre retrato que está plasmado sobre madera. El título de la obra que
habría empezado a pintarse en 1503 es “Mona Lisa de Isleworth” en
referencia al lugar de residencia de Hugh Blaker, el coleccionista
inglés que “la descubrió” antes de la Primera Guerra Mundial. Años más
tarde el estadounidense Henry Pulitzer la compró y a la muerte de su
esposa, la obra fue adquirida por un consorcio privado que se mantiene
en el anonimato y que pidió la creación de la fundación suiza para que
analizara la evidencia histórica del vínculo entre los dos cuadros.
Como cada vez que hay novedades alrededor de la Mona Lisa, surgió la controversia.
Según
los investigadores de la fundación, Da Vinci habría pintado las dos
obras de la misma modelo para dos personas distintas, y en lugares
diferentes. En el caso de la Mona Lisa más joven, la fundación sostiene
que el genio florentino pintó el retrato de Lisa Gherardini a petición
de su marido, Francesco del Giocondo. La clásica habría sido pintada
para Giuliano de Medici, el mecenas.
Joe Mullins, un forense
especializado en imágenes que trabaja para el FBI, “rejuveneció” el
rostro del famoso cuadro y aseguró que “se trata de la misma persona”.
Otro argumento válido para la fundación es que Rafael pintó, en 1504, a
una mujer en la misma posición que la Gioconda y con un fondo similar a
la obra de 1503, justo después de visitar a Leonardo. Y no sería el
primer caso en que Da Vinci hizo dos versiones de un trabajo: lo mismo
ocurre con La Virgen de las Rocas.
Sin embargo, hay detractores:
el historiador del arte Martin Kemp, especializado en la obra de Da
Vinci, desestima la teoría, entre otras cosas porque “traduce mal
detalles sutiles del original, incluyendo el velo, el cabello y la
estructura de las manos”.
Desde París, el Museo del Louvre mantuvo el silencio.
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