“San Juan Evangelista”, propiedad del museo español, se expone junto a otra obra del pintor renacentista.
Por Bárbara Alvarez Plá
Un único artista, y uno solo de sus cuadros, fueron ayer el
motivo de que funcionarios y personalidades del mundo del arte se
reunieran, al mediodía, en la sala Manierismo y Barroco del Museo
Nacional de Bellas Artes.
Los protagonistas: el pintor griego afincado en España, Doménikos Theotokópulos, más conocido como El Greco (1541-1614), y el esperado cuadro, su San Juan Evangelista
, un óleo sobre tela de 99 x 77 cm., que el artista pintó hacia 1605, y
que podrá verse en el museo, de forma gratuita, desde hoy y hasta el 2
de diciembre.
La obra representa al apóstol San Juan, que
caracterizado como un joven vestido con una túnica verde y un manto
rojizo, sostiene en su mano derecha un cáliz del que sale una serpiente,
imagen que se corresponde al episodio bíblico en el que el discípulo
favorito de Jesús, vuelve a Éfeso, tras su destierro en la isla de
Patmos, (durante el cual escribió el Apocalipsis), y sufre un intento de
asesinato: un sumo sacerdote del templo de Diana le da un brebaje
venenoso para beber, que es lo que en la iconografía se representa con
la imagen de la serpiente. El capítulo termina bien y Juan no bebe,
salvando así su vida.
La obra es importante ya que no pertenece a
ninguno de los famosos “Apostolados” del artista, que se conservan en el
Museo del Greco y en la Catedral de Toledo, y por ser de la época en
que su pintura es más extrema y expresiva.
En el evento estuvieron
presentes, además de una larga fila de medios, entre los que se
encontraba la telvisión española o el diario catalán La Vanguardia, el
embajador de España en Argentina, Román Oyarzún, el director del MNBA,
Guillermo Alonso y especialista en El Greco y el restaurador del Museo
del Prado, de donde procede la obra, Rafael Alonso, quienes fueron los
encargados de retirar la tela que cubría el cuadro y dejarlo a la vista
de todos. La obra comparte la pared con Jesús en el huerto de los olivos
, el óleo del mismo autor, que pertenece a la colección del MNBA, y
sala con otras obras religiosas de artistas españoles como Zurbarán o
Alonso Cano.
La obra llega desde Madrid y es la primera cesión
del convenio firmado hace tres años entre ambas pinacotecas. Según
explicó Guillermo Alonso “la idea es que de forma permanente y cada tres
meses, una obra del Prado nos acompañe”. Y añadió, “el acuerdo no se
limita a obras, esperamos que restauradores, técnicos y curadores de los
dos museos, viajen también”.
Oyarzún se refirió después al
acuerdo como “una aproximación entre los dos pueblos”, y afirmó que “va a
permitir a los argentinos disfrutar de obras del arte español, y a los
españoles disfrutar de obras del arte argentino”, aunque por problemas
que exceden al mundo del arte, España tendrá que esperar, (ver El arte argentino ...).
El restaurador del museo del Prado desde 1978, Rafael Alonso, contó que San Juan
llegó al Museo en 1928, como donación de un médico del hospital de San
Carlos de Madrid, hoy Museo Reina Sofía. “Es una sola figura, por eso
no puede compararse con las grandes composiciones del autor, pero es un
cuadro único y como toda su obra, sintetiza la cultura europea
mediterránea del siglo XVI”, señaló.
El cuadro, que forma parte
de la colección del museo madrileño, no está firmado, pero el
restaurador aseguró que no hay dudas sobre su autoría, “por la técnica,
pinceladas y colores inimitables, porque El Greco es inconfundible,
cuando intentan imitarlo, no lo consiguen”, aseguró, y finalizó: “Aquí
tienen una obra maestra de un genio de la pintura, y en un estado de
conservación excelente”.
Fuente: clarin.com
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