Un nuevo tipo de diseño abierto desarrolló las tostadoras,
aspiradoras, pavas, vasijas y juguetes que se expondrán en la primera
Bienal de Diseño de Estambul.
Tecnologías avanzadas de producción, como la impresión 3D, permitieron a quienes usarán los objetos terminados tomar importantes decisiones de diseño al respecto.
"El modelo tradicional, por el cual diseñador y fabricante le imponen un producto terminado al mercado, ya no es relevante en muchos campos", dijo Joseph Grima, editor de Domus, la revista italiana de Arquitectura y Diseño. "Queremos explorar qué pasa cuando el proceso de diseño se hace abierto e inconcluso, en lugar de cerrado, y observar cómo transforma la cultura del diseño".
Ahora los objetos pueden hacerse a tal velocidad y con tanta precisión, que las especificaciones de cada uno pueden personalizarse y adoptar la forma o el estilo que elija su eventual usuario. Grima ha invitado a algunos de los diseñadores pioneros en el desarrollo de esas tecnologías a participar en "Adhocracy", un programa de exposiciones, talleres y performances a realizarse en el transcurso de la bienal, que se inaugurará el 13 de octubre.
Entre ellos se encuentran Thomas Lommée y Jesse Howard, que trabajan en Bruselas y Amsterdam, y Unfold, un grupo de diseño de Amberes, Bélgica, que fundaron Claire Warnier y Dries Verbruggen. Mientras tanto, Cyrus Kaburu, Norbert Okec y otros participantes en Maker Faire Africa, en Lagos, Nigeria; Nairobi, Kenia; y El Cairo, harán residencias en Estambul, donde colaborarán con diseñadores turcos.
"Adhocracy" no es el primer intento de explorar el impacto de las tecnologías de producción. El mismo tema se analizó en una exposición que presentó Domus en abril en Milán, y ahora se lo examina en "The Machine: Designing a New Industrial Revolution", que puede verse hasta el 7 de octubre en el Centro de Diseño C-mine de Genk, Bélgica. Pero "Adhocracy" es un emprendimiento de una ambición poco común, y podría hacer un aporte constructivo al debate sobre el cambiante papel del diseño.
Si tiene éxito, posicionará a la Bienal de Diseño de Estambul, que organiza la Fundación para la Cultura y las Artes de Estambul, como una dinámica adición al calendario global del diseño.
La nueva bienal llega en un momento especialmente activo del año para el diseño, dado que en septiembre y octubre siempre se realizan decenas de festivales de diseño en todo el mundo a pesar de los recortes del subsidio público a tales proyectos en muchos países.
Un elemento prometedor es que algunos eventos que tradicionalmente se han concentrado en arte o arquitectura ahora abordan el diseño de forma más reflexiva.
Entre ellos se encuentra Manifesta, la bienal itinerante de arte contemporáneo europeo que puede verse hasta el 30 de septiembre en Flandes. Comprende trabajos del Colectivo de Diseño Beehive, un grupo experimental de diseño estadounidense, y de la diseñadora de libros holandesa Irma Boom.
Otro ejemplo es la Bienal de Arquitectura de Venecia, que terminará el 25 de noviembre. Tradicionalmente se ha concentrado en la arquitectura y ha ignorado otros aspectos del diseño, con ocasionales excepciones, en su mayor parte sillas incómodas e inviables diseñadas por arquitectos.
Este año, sin embargo, el diseño está presente en la bienal de Venecia no como escenografía, sino mediante un agudo aporte a los temas en discusión. En otras palabras, se lo ha incluido por las mismas razones por las que se suele incluir el arte, tal como debe ser.
Tecnologías avanzadas de producción, como la impresión 3D, permitieron a quienes usarán los objetos terminados tomar importantes decisiones de diseño al respecto.
"El modelo tradicional, por el cual diseñador y fabricante le imponen un producto terminado al mercado, ya no es relevante en muchos campos", dijo Joseph Grima, editor de Domus, la revista italiana de Arquitectura y Diseño. "Queremos explorar qué pasa cuando el proceso de diseño se hace abierto e inconcluso, en lugar de cerrado, y observar cómo transforma la cultura del diseño".
Ahora los objetos pueden hacerse a tal velocidad y con tanta precisión, que las especificaciones de cada uno pueden personalizarse y adoptar la forma o el estilo que elija su eventual usuario. Grima ha invitado a algunos de los diseñadores pioneros en el desarrollo de esas tecnologías a participar en "Adhocracy", un programa de exposiciones, talleres y performances a realizarse en el transcurso de la bienal, que se inaugurará el 13 de octubre.
Entre ellos se encuentran Thomas Lommée y Jesse Howard, que trabajan en Bruselas y Amsterdam, y Unfold, un grupo de diseño de Amberes, Bélgica, que fundaron Claire Warnier y Dries Verbruggen. Mientras tanto, Cyrus Kaburu, Norbert Okec y otros participantes en Maker Faire Africa, en Lagos, Nigeria; Nairobi, Kenia; y El Cairo, harán residencias en Estambul, donde colaborarán con diseñadores turcos.
"Adhocracy" no es el primer intento de explorar el impacto de las tecnologías de producción. El mismo tema se analizó en una exposición que presentó Domus en abril en Milán, y ahora se lo examina en "The Machine: Designing a New Industrial Revolution", que puede verse hasta el 7 de octubre en el Centro de Diseño C-mine de Genk, Bélgica. Pero "Adhocracy" es un emprendimiento de una ambición poco común, y podría hacer un aporte constructivo al debate sobre el cambiante papel del diseño.
Si tiene éxito, posicionará a la Bienal de Diseño de Estambul, que organiza la Fundación para la Cultura y las Artes de Estambul, como una dinámica adición al calendario global del diseño.
La nueva bienal llega en un momento especialmente activo del año para el diseño, dado que en septiembre y octubre siempre se realizan decenas de festivales de diseño en todo el mundo a pesar de los recortes del subsidio público a tales proyectos en muchos países.
Un elemento prometedor es que algunos eventos que tradicionalmente se han concentrado en arte o arquitectura ahora abordan el diseño de forma más reflexiva.
Entre ellos se encuentra Manifesta, la bienal itinerante de arte contemporáneo europeo que puede verse hasta el 30 de septiembre en Flandes. Comprende trabajos del Colectivo de Diseño Beehive, un grupo experimental de diseño estadounidense, y de la diseñadora de libros holandesa Irma Boom.
Otro ejemplo es la Bienal de Arquitectura de Venecia, que terminará el 25 de noviembre. Tradicionalmente se ha concentrado en la arquitectura y ha ignorado otros aspectos del diseño, con ocasionales excepciones, en su mayor parte sillas incómodas e inviables diseñadas por arquitectos.
Este año, sin embargo, el diseño está presente en la bienal de Venecia no como escenografía, sino mediante un agudo aporte a los temas en discusión. En otras palabras, se lo ha incluido por las mismas razones por las que se suele incluir el arte, tal como debe ser.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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