Por Mercedes Ezquiaga
El
Museo Nacional de Bellas Artes anunció la incorporación a su colección
de un conjunto de piezas donadas a la Argentina por el gobierno de
México, integrado por 51 estampas y una escultura de bronce de la
surrealista Leonora Carrington.
Este
conjunto de piezas fue realizado especialmente en 2010 en el marco del
proyecto “Estampas, Independencia y Revolución”, con motivo del
Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución
Mexicana, dos acontecimientos centrales en la historia del país azteca.
Una litografía de Francisco Castro Leñero, un fotograbado de Joy
Laville, una aguatinta de Andrés Gloria Vázquez y un huecograbado de
Boris Viskin son algunos de los papeles que se exhibieron hoy para la
prensa, aunque por ahora no serán expuestos al público debido a las
tareas de remodelación que lleva adelante el museo.
La donación quedó oficializada con un apretón de manos entre el
director del museo, Guillermo Alonso y el embajador de México, Francisco
del Río, quienes hablaron de “amistad fraternal” y “país amigo” en una
acotada ceremonia para la prensa.
Alonso se refirió a esta donación como un “evento extraordinario en
la vida del museo” y como “un momento destinado a trascender en su
historia institucional” mientras que el embajador mexicano, por su
parte, señaló el “orgullo de que el Bellas Artes sea depositario de este
acto creativo” de su país.
Las obras ofrecidas por el Museo Nacional de la Estampa de México
(MUNAE) -dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes- reflexionan
sobre la revolución y el bicentenario mexicanos, pero también sobre el
principio esencial que les dio origen: la lucha por la libertad.
Participan artistas de diversas generaciones desde Adolfo Mexiac y
Arturo García Bustos -vanguardistas de la primera mitad del siglo XX-
hasta Demián Flores y Alejandro Pérez Cruz, representantes de una
corriente plástica “transcultural”, por mencionar algunos.
Otros artistas que conforman la donación son Francisco Castro Leñero,
Cisco Jiménez, Boris Viskin, Rubén Maya, Andrés Vázquez Gloria, Luís
López Loza, Eloy Tarcisio, Helen Escobedo, Moriyama Terumi, Roger von
Gunten, Joy Lavilla, Manuel Felguerez, Alejandro Santiago, Luís Ricaurte
y Per Anderson.
Esta iniciativa hace hincapié en la capacidad expresiva de la estampa
para incidir en la sociedad, generar cambios, establecer vínculos y
estimular la reflexión, sin contar que siempre fue una disciplina
acompañada de un fuerte compromiso social.
Múltiples instituciones y talleres a lo largo de la geografía
mexicana colaboraron con el proyecto, produjeron las placas y realizaron
impresiones, trabajando directamente con los artistas.
Algunos de esos talleres de artes gráficas, son herederos de los
históricos talleres en los que hace más de cien años, se producían
grabados con dramáticas escenas de la Revolución, se criticaba al poder y
se forjaba igualmente, una estética definitoria de lo que sería el arte
moderno mexicano.
En total, se realizaron 100 carpetas de idénticas características,
cada una integrada por 51 estampas en tres formatos de obra que los
artistas eligieron (uno por cada artista seleccionado) numeradas y
firmadas, además del vaciado de la obra “Sculture/Vulturel” de
Carrington.
De las carpetas realizadas, aproximadamente la mitad se obsequiaron a
colecciones públicas internacionales de diversas naciones con las que
el Estado Mexicano mantiene relaciones diplomáticas, para promover y
difundir el arte mexicano.
Como culminación de este proyecto se realizaron en 2010 exposiciones
tanto en el Museo Nacional de la Estampa (MUNAE) como en las sedes donde
se produjo la obra artística.
Asimismo, el MUNAE organizó mesas de trabajo, conferencias y talleres
con la participación de los artistas convocados, investigadores y
críticos, que reflexionaron sobre el papel de la estampa en la
producción artística contemporánea.
Fuente: Télam
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