Obras de gran dimensión, desde el jueves, en el Faena Arts Center.
El binomio “Los Carpinteros” y su arte crítico.
Exponen con el argentino Ameztoy.
Por Ana María Battistozzi
Un intenso contrapunto refuerza el vínculo de los dos proyectos
que se muestran desde el jueves en el Faena Art Center más allá de la
espectacularidad que comparten. Por un lado, en la sala Los Molinos del
primer piso del edificio de Puerto Madero, el binomio cubano Los
Carpinteros hace pie por primera vez en Buenos Aires con Avión, El Barrio y Alumbrado Público,
tres piezas monumentales y fuertes que dan cuenta de su reconocido
ingenio, su mirada crítica pero sobre todo de una aguda percepción del
curso de nuestra civilización.
Por otro lado, la sala Catedral de la planta baja ha sido invadida por los Paraísos desplegables
del artista argentino Manuel Ameztoy (1973), un bosque de maravillas
hecho de calados y transparencias en variaciones de color que se
superponen y expanden hasta abarcar 600 metros cuadrados. La obra es de
una sutileza pocas veces vista en la producción de nuestro país, al
menos a semejante escala.
Luego de la presentación de O bicho,
la gran telaraña tejida del brasileño Ernesto Neto que inauguró el
espacio en septiembre pasado, ésta es la segunda apuesta de la
institución por proyectos de envergadura que dialogan con el espacio.
Lo de ahora es un emplazamiento de piezas de gran tamaño. Tres
instalaciones que se vinculan entre sí y al mismo tiempo son
autosuficientes.
Así, Barrio es un montaje de casitas de
cartón; especie de módulos habitacionales modernistas apilados en un
equilibrio inestable (algo que a los porteños seguramente evocará el
precario crecimiento hacia arriba de la Villa 31). En tanto Alumbrado público
se presenta como una línea de luminarias de acero, similares a las de
las autopistas, cuyas bases se extienden y proliferan como raíces de
árboles. Ambas traducen la idea de un crecimiento urbano imparable, al
límite de lo surreal, en la línea de lo que gustan frecuentar estos
artistas. Todo eso contrasta con Avión, un Piper Comanche, a escala real atravesado por flechas de aborígenes amazónicos.
La obra, que fue presentada originalmente el año pasado en San Pablo, anima una situación bastante enigmática.
¿Un
avión derribado por flechas? El mito bíblico de David y Goliat
sobrevuela esa abrupta aparición. Y, sobre todo, la idea de que la
tecnología no siempre lo puede, algo que ha animado desde muy temprano
la obra del binomio cubano.
Tan temprano como desde comienzos de
los 90, cuando todavía eran tres –Marco Castillo, Dagoberto Rodríguez y
Alexandre Arrechea–, mucho antes de que este último se apartara del
grupo (en 2003) y cuando recién empezaban a hacerse conocidos. Hoy la
globalización ha convertido a Los Carpinteros en figuras de renombre
internacional; reparten su vida entre Madrid, Europa y su Cuba natal.
Nacidos a fines de los 60 y comienzos de los 70, representan la
generación que se crió y formó artísticamente en medio de la crisis más
severa que padeció Cuba, tras la caída del Muro y la Unión Soviética
durante los 80 y los 90.
El ingenio punzante del que hacen gala, su desparpajo y la sólida formación política que poseen tributa a esa circunstancia.
AIRES ENTRERRIANOS. La obra de Ameztoy, inspirada en los humedales. |
¿Cuál
es el encanto de ser civilizado? Pareciera ser la pregunta que
hilvana estos tres trabajos. Y de algún modo también conecta con la
reflexión que proponen los Paraísos de Ameztoy en la planta baja
del FAC, convertidos en un caleidoscopio que envuelve al visitante desde
perspectivas infinitas, de luz, espacio y color.
Esta obra
implicó un importante desafío en la ascendente trayectoria de Ameztoy.
“Fue una oportunidad de poner en práctica ideas a una escala mayor”,
comentaba ayer, confirmando por qué trabajos como éste son tan
infrecuentes en el arte argentino. La intervención se complementa con un
video de performances realizadas en los humedales de Entre Ríos, la gran fuente de inspiración para todo esto y donde trabaja desde 2006.
FICHA
Lugar: Faena Arts Center, Aimé Paine 1169.
Fecha: Del 17/5 a agosto.
Horario: De miércoles a domingos de 12 a 19.
Entrada: $25.
Revista Ñ Clarín
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