La zona situada entre Libertador, Las Heras y Agüero es una de las más elegantes y exclusivas de la Ciudad.
Por Eduardo Parise
La primera definición que entrega el Diccionario de la Real
Academia Española es clara: “Porción de tierra rodeada de agua por todas
partes“. Sin embargo, la segunda acepción de isla es “una manzana, un
espacio urbano delimitado por calles“. Y esta es la aplicación que en la
jerga de Buenos Aires tiene una de las áreas de la ciudad más
destacadas en el barrio de Recoleta.
Es que “La isla”, como llaman
muchos a la zona delimitada por las avenidas Del Libertador y Las Heras
y las calles Agote y Agüero, no sólo tiene la particularidad de estar
trazada en un terreno elevado, sino que algunas de sus calles terminan
en bien decoradas escaleras, lo que convierte el lugar en un reducto
escapado de París, donde el ruido y el tránsito es mínimo.
La
historia dice que todo ese sector que tiene más de 80.000 metros
cuadrados de superficie, fue la quinta de la familia Hale-Pearson. El
jefe de esa familia había sido Samuel Brown Hale, un hombre nacido en
EE. UU. en 1804 y que, desde 1830, estaba radicado en el país. Conocido
ganadero y exportador, fue director del Banco de la Provincia de Buenos
Aires y hasta vicepresidente de la Sociedad Rural. Murió en 1888 y su
cuerpo quedó en la bóveda familiar del cementerio de la Recoleta.
Pero
hacia 1906, durante la segunda intendencia de Alberto Casares (su
nombre completo era Alberto Ildefonso Casares y Urioste Molina), se
decidió la compra de los terrenos de la Quinta Hale. La intención era
crear allí un barrio parque que debería incluir un mirador hacia el río.
Para esa urbanización se contrató a un especialista: el arquitecto
francés Joseph-Antoine Bouvard (1840-1920), quien había sido director
administrativo en el área de Arquitectura, Paseos y Forestación de
París. El proyecto era parte de un plan urbanístico para Buenos Aires.
Después, aquellas tierras se subdividieron y el lugar se empezó a llenar
de bellos edificios, rodeados de escaleras, monumentos y hermosas
balaustradas. En ese contexto y en uno de los lugares privilegiados de
esa loma, Carlos María Madero hizo construir entre 1914 y 1917 una
residencia de estilo inglés, cuyos autores fueron los arquitectos
británicos Walter Basset-Smith y Bertie Colcutt. Madero la ocuparía con
su esposa Sara Unzué y sus hijos hasta 1945, cuando fue comprada por el
gobierno inglés para sede de su embajada, algo que aún se mantiene. Se
la considera la embajada-residencia más lujosa que los británicos tienen
en el mundo.
La belleza de la “La isla” tiene otros puntos
destacados como la Plaza Mitre (con su espectacular barranca y el
monumento al ex presidente Bartolomé Mitre, obra de los italianos David
Calandra y Eduardo Rubino) y las calles Arjonilla, Guido, Luis Agote,
Gelly y Obes, Copérnico y Galileo, donde el espíritu parisino de Bouvard
parece estar a sus anchas.
También en esa misma área está el
impactante edificio de la Biblioteca Nacional, comenzado a construir en
1962 y terminado 30 años después. En ese terreno estuvo la residencia
que perteneció a Mariano Unzué, un palacio de estilo afrancesado,
expropiado por el Estado en los años 30. Hasta 1955 fue residencia
presidencial y allí, en 1952, murió Eva Perón. Por eso, el gobierno de
facto que derrocó al primer peronismo ordenó demolerlo. Del lado de
Avenida Del Libertador hoy está el monumento que recuerda a Evita. Pero
esa es otra historia.
Fuente: clarin.com
Esta zona es una de las mas lindas de Buenos Aires.
ResponderEliminarYo trabaje un tiempo para un delivery en Recoleta y recuerdo que amaba esas calles. Hay de todo, y lleno de turistas, no se en general, muy hermosa, la recomiendo para salir a pasear