Cinco siglos después de construidas las mezquitas más importantes de Estambul, la ciudad sigue perteneciéndole a este contemporáneo a Miguel Angel que cambió el paisaje de Belgrado a La Meca.
El panorama del diseño y el arte contemporáneos de Turquía es
muy abundante, pero anhelaba conocer más sobre el trabajo de Sinan
(circa 1490-1588), el principal arquitecto e ingeniero civil del imperio
otomano. Sus empleadores, el sultán Solimán el Magnífico y sus
herederos, eran los hombres más poderosos del mundo.
Sinan
construyó unas trescientas estructuras en Europa oriental y Oriente
Medio. Las guías suelen compararlo con su contemporáneo Miguel Ángel,
pero éste hizo espectaculares aportes a unas pocas construcciones de
Roma y Florencia, mientras que Sinan tiene centenares de estructuras
monumentales desde Belgrado a La Meca a las que se sigue dando un uso
cotidiano.
"En San Pedro, en Roma, es la cúpula lo que atrae las
miradas", dijo hace poco Dogan Kuban, autor de muchos libros sobre
arquitectura islámica. "Las cúpulas bajas de Sinan, en cambio, con su
decoración de pintura abstracta, parecen flotar de forma mágica sobre
nuestras cabezas. En lugar de la estructura, se contempla el espacio".
Visité
más de una decena de sus construcciones en Estambul, que tiene casi
tres mil mezquitas, para ver cómo su experimentación con composiciones
geométricas complejas transformó gruesas paredes de piedra en columnas,
arcos y cúpulas y albanegas, y trompasmientras hacía la transición
vertical de los pisos cuadrados a los techos redondos de las mezquitas.
La
mezquita Sehzade de Edirnekapi se terminó en 1543, poco después de
comenzada la carrera de Sinan. En las paredes laterales exteriores de la
mezquita, Sinal organizó con inteligencia los contrafuertes de soporte
de la cúpula a la manera de columnatas. Para crear simetría, colocó
puertas en el centro. En el interior de la mezquita, sin embargo, las
puertas hicieron que los fieles se desplazaran desde el centro y no
desde la parte posterior. "Un espacio sagrado destinado a la oración y
la contemplación se convirtió en un pasaje", me dijo el guía, "un error
que nunca volvería a cometer".
Cerca de ahí se encuentra la
mezquita más importante de Sinan en Estambul. La mezquita Suleymaniye,
un encargo de Solimán para su propia tumba que se completó en 1588, es
uno de los monumentos más visibles de la ciudad. Sinan moduló la altura
de los cuatro minaretes, lo que aumentó la ilusión de que la mezquita
flota sobre la ciudad.
La mezquita Rustem Pasha está ubicada en
el activo mercado de especias de la ciudad. Sinan resolvió los problemas
de este lugar poco tranquilo mediante el recurso de elevar todo el
complejo por encima del nivel de la calle.
Una serena plaza flota
sobre el bullicio. En el interior, un brillante trabajo realizado con
mosaicos Iznik crea un jardín de tulipanes rojizos, turquesas y color
cobalto.
La mezquita Mihrimah Sultan II de Edirnekapi fue un
encargo de la hija de Solimán, Mihrimah. Las paredes, adornadas con
ventanas de vitrales y vidrio transparente, son una maravilla de la
construcción. Se decía que Sinan estaba enamorado de Mihrimah, pero como
ella estaba casada con el gran visir de Solimán, se contentó con hacer
la mezquita lo más luminosa posible para que reflejara su nombre, que
significa "sol y luna". El guía me dijo también que el día en que se
proclamaba un nuevo sultán, se daba muerte a sus hermanos para evitar
luchas de poder.
La mezquita Sokollu Pasha también es famosa por
sus magníficos mosaicos Iznik. Al acercarse a la construcción se aprecia
el impresionante panorama del amplio techo que protege la fuente de
abluciones y lo que parece una infinita repetición de cúpulas y arcadas.
Del
otro lado del Bósforo, del lado asiático, se encuentra la mezquita
Semsi Pasha, una versión en miniatura de enormes templos como la famosa
mezquita azul. Se trata de una vocación contenida y elegante del paraíso
en la tierra.
Tres horas al noroeste de Estambul se encuentra
Edirne, una ex capital del imperio otomano cerca de la frontera turca
con Bulgaria y Grecia y sede de la mezquita Selimiye de Sinan. La
mezquita, que tiene cuatro elegantes minaretes estilizados, corona el
centro de la ciudad. Sinan la consideraba su obra maestra. En 2011, la
Unesco declaró todo el complejo Patrimonio de la Humanidad.
La
mezquita, cuyas dimensiones son asombrosas la cúpula supera la de Hagia
Sophia de Estambul- aparece primero como un laberinto de esferas, conos
y cilindros revestidos de arenisca color miel o de plomo gris mate.
Pero
la complejidad de las paredes exteriores, que parecen impenetrables, se
disuelve en una serie de arcos y columnas de piedra que abrazan un
único espacio vasto y armonioso. Mientras caía la noche volvimos a la
ciudad que, 5 siglos después, sigue perteneciéndole a Sinan.
Fuente: clarin.com
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