En unos días comenzarán en el ex convento de Sant'Orsola, en Florencia, los trabajos de un grupo de expertos italianos que tratarán de verificar si los restos de Lisa Gherardini, una noble florentina nacida en 1479 y muerta en 1542, es la mujer que inspiró a Leonardo da Vinci para su pintura la Gioconda, una de las más célebres en la historia del arte. fanpage.it
Elisabetta Piqué - Corresponsal en Italia
ROMA.- Y ahora le llegó el turno a la Gioconda. El próximo 27 comenzará, en el ex convento de Sant'Orsola, en Florencia, la búsqueda de los restos de la mujer que se cree que fue la modelo que inspiró a Leonardo da Vinci (1452-1519) para La Gioconda , una de las pinturas más famosas y analizadas del mundo, que se exhibe en el Louvre. El objetivo es dar con sus restos óseos, quizá con su cráneo, así como con su adn, para obtener luego la reconstrucción de su fisonomía, anunció ayer, en una conferencia de prensa en Florencia, el Comité Nacional para la Valorización de los Bienes Históricos, Culturales y Ambientales, el mismo grupo que hace unos meses coordinó el controvertido hallazgo de los restos de Caravaggio. Siempre se tejieron hipótesis de lo más fantasiosas sobre la identidad de la Monna Lisa. Hubo quienes sostuvieron que se trataba de Isabella d'Este (que le había pedido insistentemente un retrato al maestro), de una amante de Giuliano de' Medici llamada Gualanda, de la madre de Leonardo o hasta del mismo Leonardo en versión femenina, en alusión a su presunta homosexualidad. Pero la mayoría de los expertos siempre sostuvo que la mujer de la admiradísima pintura del genial inventor toscano no era nadie más que Lisa Gherardini del Giocondo. Ya en el siglo XVI, de hecho, el ilustre escritor florentino Giorgio Vasari había revelado en Le Vite , su biografía de grandes artistas, que la dama de sonrisa enigmática del cuadro de Leonardo era Lisa Gherardini, alias Monna Lisa, una dama noble de Florencia, esposa de Francesco del Giocondo, un próspero comerciante de sedas que era muy amigo del padre de Leonardo, el escribano sor Piero. "Comenzó Leonardo a hacer para Francesco del Giocondo un retrato de Monna Lisa y después de sufrir por cuatro años lo dejó incompleto", escribió Vasari. Leonardo trabajó en la pintura de La Gioconda entre 1503 y 1506. Lo cierto es que al morir su esposo, en 1538, la Monna Lisa (1479-1542) se retiró en el convento de Sant'Orsola, que quedaba muy cerca de su casa. Allí murió, el 15 de julio de 1542, y también fue sepultada la Monna Lisa, tal como confirma un documento custodiado desde hace siglos en un archivo de Florencia. Será justamente debajo de los muros de este ex convento florentino donde se concentrarán los trabajos para hallar su sepulcro y, posiblemente, sus restos. Pero hay una hipótesis que podría hacer naufragar esta operación: según un diario británico, los restos de la Gioconda podrían haber terminado en un basural florentino en los años 80, durante las obras de reestructuración del ex convento, cuando se construyó un estacionamiento subterráneo justo donde se levantaba el claustro. Se trata de una hipótesis avalada por algunos técnicos florentinos: "Lo único que queda del convento de Sant'Orsola son las paredes externas y algunos arcos", dijo uno de ellos a la agencia de noticias ANSA. El convento de Sant'Orsola fue un sitio religioso hasta 1810, cuando fue transformado en una fábrica de tabaco; después, a principios del siglo pasado, funcionó como hospedaje de refugiados tanto durante la Primera como durante la Segunda Guerra Mundial, luego como aula universitaria, hasta que quedó abandonado. Ayer, al anunciarse el inicio de la búsqueda de los restos de la Gioconda, sin embargo, el historiador Silvano Vinceti desmintió tajantemente la versión británica del basural. "Se trata de una leyenda metropolitana para negar de inmediato: las obras jamás rozaron el área que debemos excavar ahora", afirmó Vinceti. Un georradar que estuvo analizando la zona en cuestión, en cambio, ya habría identificado una cripta debajo de una de las dos iglesias del ex convento de Sant'Orsola, también detalló Vinceti. De hallarse los restos de la Monna Lisa, serían sometidos a diversos análisis, incluso el del carbono 14 y el del adn, para confirmar datación e identidad. El adn sería comparado luego con el de los restos de los dos hijos de Lisa Gherardini, Bartolomeo y Piero del Giocondo, que están sepultados en la iglesia de la Santissima Annunziata, también en Florencia. "Sólo después podríamos remontarnos a la fisonomía de Lisa Gherardini y, quizás, aventurarnos en comparaciones con la pintura", indicó el antropólogo Francesco Mallegni, que rechazó en nombre de todo el equipo de investigación cualquier "gusto necrófilo" en este tipo de investigación. "La ciencia es ciencia, también lo es estudiar a los muertos, y en este caso se da la fascinación de un caso relacionado con el arte", concluyó Mallegni.
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