Les Luthiers y Barenboim provocaron admiración anoche en el Colón; Argerich se sumó en la segunda parte Foto: LA NACIÓN / Santiago Filipuzzi |
En este gran ciclo hubo varios hitos: el recital de piano que Argerich y Barenboim dieron juntos el martes pasado y, días antes, la función inaugural de sus presentaciones en la Argentina, con un programa para piano y orquesta que incluyó el Concierto N° 1 de Beethoven y varias de las más populares obras sinfónicas de Ravel. O las funciones en las que Barenboim y la orquesta abordaron fragmentos de Tristán e Isolda, con la participación de Peter Seiffert, Waltraud Meier, Ekaterina Gubanova y René Pape.
Sin
embargo, la actuación con Les Luthiers era una de las que mayor
expectativa provocaba por lo impensado de esa reunión. Incluso, llamó la
atención el programa elegido: La historia de un soldado, compuesta en
1917 por Igor Stravinski sobre la base de un texto de Charles Ferdinand
Ramuz, y El carnaval de los animales, suite de catorce movimientos
escrita en 1886 por Camille Saint-Saëns.
En
la historia que cuenta las desventuras del soldado José participaron
una orquesta de cámara integrada por siete instrumentos, Barenboim en la
dirección y tres de los Les Luthiers, Carlos López Puccio, encargado
de algunos relatos, Daniel Ravinovich, como el soldado, y Marcos
Mundstock alternando la voz de El Diablo, la Princesa y los relatos. Si
bien en las primeras escenas la acción se mantuvo en los cánones
habituales, a los pocos minutos los tres Luthiers comenzaron a hacer de
las suyas con algunos gags ante la atenta mirada del maestro
Barenboim.
En
cambio, para El carnaval de los animales -además de incluir a Martha
Argerich para entablar un diálogo de teclados con Barenboim (la obra
requiere dos pianos) y los Luthiers que faltaban, Carlos Núñez Cortés y
Jorge Maronna- el legendario grupo puso en escena todo su histrionismo,
con intervenciones breves y precisas, que hasta les dieron
participación a los pianistas. Y como no podía faltar, Johann Sebastian
Mastropiero (el mítico personaje de los espectáculos de Les Luthiers)
se hizo presente con comentarios desopilantes y destruyó con ácidas
críticas la obra de Saint-Saëns. Una noche para alquilar palcos y
plateas.
Ayer
al mediodía, los pianistas, la orquesta y Les Luthiers habían ajustado
los últimos detalles durante un ensayo abierto con público que se
convirtió en una función con todas las de la ley: primera parte,
intervalo, segunda parte, muchísimos aplausos y bises, en donde no faltó
un toque folklórico al estilo chalchalero con el gato "El explicado"
(pieza escrita por don Cantalicio Luna).
Les
Luthiers consiguió que tanto Argerich y Barenboim como los músicos de
la agrupación de cámara (aunque la mayoría no hablara castellano)
fueran cómplices de sus aventuras. Antes de comenzado el ensayo,
Barenboim debió pedir silencio a los plateistas que recién ingresaban
(situación que por la noche se repitió en la gala). Y lo hizo con una
humorada: "Silencio por favor. Y no olviden encender sus celulares, una
vez que todo esto termine"
Fuente: lanacion.com
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