LOS EDIFICIOS MÁS LINDOS Y LOS MÁS FEOS,
VOTADOS POR LA GENTE


Encuesta en Buenos Aires.  

Según el sondeo encargado por Clarín, los preferidos de los porteños son el Palacio de Aguas Corrientes, el Teatro Colón y el Palacio Barolo. En la otra punta, no gustan la Biblioteca Nacional, el Chateau Libertador y la Casa Rosada.


El Edificio Kavanagh

Por Miguel Jurado
Editor De Arq

Para los porteños, el edificio más lindo de Buenos Aires es el Palacio de Aguas Corrientes que se alza en Avenida Córdoba, entre Riobamba y Ayacucho. Y el más feo, la Biblioteca Nacional.
Paradojas de la arquitectura y el gusto de la gente, el primero es un enorme tanque de agua disfrazado de palacio francés. El segundo, una escultórica construcción de hormigón que asoma sobre la copa de los árboles como lo haría un enorme tanque de agua. Estos dos edificios encabezaron los rubros opuestos de la investigación que realizó Diario de Arquitectura, el opcional que publica Clarín todos los martes, para establecer la relación entre el gusto de la gente y el de los arquitectos.
Esta encuesta, que lleva el nombre de “Ciudad x Ciudad: Lo mejor y lo peor”, fue realizada especialmente por la consultora D’Alessio Irol en base a la opinión de más de 2 mil personas consultadas que dieron respuestas múltiples.
El Palacio de Aguas Corrientes encabezó el favoritismo de la gente con un aplastante 53,9 % de los votos. Atrás siguieron el Teatro Colón (con un nada desdeñable 44,5% de las opiniones), el Palacio Barolo, un ecléctico edificio de Avenida de Mayo que fue en su tiempo el más alto de la Argentina (40,6%), el Edificio Kavanagh de Plaza San Martín (25,3%) y el Malba, el museo de Eduardo Costantini en Palermo Chico (21,1%). Con 10 años de existencia, el Malba es el más joven entre los 10 edificios mejor rankeados por la encuesta. El Palacio de Aguas tiene 117 años; el Teatro Colón, 102; el Barolo 92 y el Kavanagh, 75. Este resultado se puede leer como un fuerte llamado de atención para la arquitectura contemporánea de la ciudad de Buenos Aires.
Para elegir qué edificios integraran la galería de los feos, la preferencia del público estuvo más dispersa. Encabezó el “disgusto” de la gente, la Biblioteca Nacional pero con un escaso 19 % de las opiniones. Después se colocó el Chateau Libertador, una torre inmensa llena de molduras y mansardas francesas que se levanta frente al Tiro Federal Argentino, en Nuñez. Feo con ganas, el Chateau sólo fue castigado por el 9 % de los encuestados. Apenas un poco más de lo que recibió la Casa Rosada (8%), el Teatro San Martín (7%) y el Chateau Madero (5%), primo hermano del de Libertador, pero en Puerto Madero. Dato curioso, la misma encuesta, establece que para la gente, el Teatro San Martín alcanza el puesto 16 entre los edificios más lindos de la Ciudad. Por otra parte, entre las preferencias de los arquitectos, está en el puesto 12.
El Palacio de Aguas Corrientes, que se vendría a confirmar como la “niña bonita” de Buenos Aires, se empezó a construir en 1887 en base a un diseño del ingeniero inglés John Bateman. El frente fue recubierto con 170 mil piezas de cerámica y 130 mil ladrillos vitrificados traídos de Inglaterra. Siete años después ya le daba agua a los escasos 500 mil pobladores de la Ciudad. El barrio más poblado era Balvanera y la zona de Callao y Córdoba, donde se construyó, era poco menos que un descampado.
Por su lado, la Biblioteca Nacional es una obra que consumió 30 años para verse terminada. Fue ganada por concurso en 1962 por Clorindo Testa (una especie de genio de la arquitectura argentina), junto a Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga. Para los arquitectos, el edificio es un emblema del brutalismo, movimiento arquitectónico que hacía furor en el mundo durante la convulsionada década de los 60. No por nada, la misma encuesta establece que la Biblioteca Nacional figura en el décimo puesto de la preferencia de los profesionales, con un 9,7% de los votos.
La encuesta de Diario de Arquitectura buscó establecer el gusto de la gente y el de los arquitectos pero, además, indagó sobre los lugares de la Ciudad que el público considera más agradables y cuáles ve como francamente desagradables. En estos rubros, también la opinión pública estuvo muy dispersa, pero quedó claro que el lugar que más le gusta a los porteños es el barrio más nuevo de la Ciudad: Puerto Madero (14%). Lejos quedaron los barrios tradicionales que forjaron la identidad de Buenos Aires y nutren las letras de los tangos. Recién en el sexto puesto aparece San Telmo, con un 7,2% de los votos.
Detrás de Puerto Madero, el lugar más fashion de la Capital, donde los departamentos se cotizan a US$ 4.000 el metro cuadrado, se encolumnaron otros lugares “paquetes” de Buenos Aires: los Bosques de Palermo (13,2%), el barrio de Palermo (10%), Recoleta (8%) y Plaza San Martín (8%). Parece que hoy, la mayoría de los porteños orienta su preferencia con los mismos criterios que los turistas.
Cuando se le preguntó a la gente que lugares de la Ciudad eran los más desagradables, se estableció una tendencia indiscutida: la mayoría eligió barrios en los que los centros de trasbordo entre colectivos y ferrocarril estropean todo . El peor rankeado fue Constitución, con el 13,4% de los votos. Lo siguieron Once (10,6%) y Retiro (6,9%). Después salieron desfavorecidos por el público lugares de la zona sur, la eterna promesa de la Ciudad.

Hay coincidencias con la opinión de arquitectos.  

Para ellos el número uno es el Kavanagh. Pero valoran varios igual que la gente.

No son pocos los que suponen que el gusto de los arquitectos vive alejado de las opiniones de la gente común. Sin embargo, otra cosa es lo que establece la encuesta “Ciudad x Ciudad: Lo mejor y lo peor”, la investigación que encargó Diario de Arquitectura (opcional de Clarín que aparece los martes) para conocer los edificios y los lugares que más gustan y que menos gustan entre la gente y los profesionales.
El edificio de Buenos Aires que prefieren los arquitectos es el Kavanagh, una emblemática torre de departamentos de lujo que se alza en Plaza San Martín. Para la gente, ese rascacielos es una de las cuatro construcciones más bonitas de la Ciudad. Lo mismo ocurre con el Palacio Barolo, la obra que el italiano Mario Palanti construyó en Avenida de Mayo hace 92 años. Los arquitectos lo eligieron en segundo lugar y el público en tercero. A su vez, la máxima beldad de Buenos Aires según la gente, el Palacio de Aguas Corrientes, de Avenida Córdoba 1950, también logró una buena nota entre los profesionales (tercero). Y algo similar ocurrió con el Teatro Colón: fue segundo para la gente y quinto para los arquitectos.
Tampoco hubo muchas diferencias entre público general y arquitectos a la hora de dictaminar qué edificio es el más feo de la Ciudad. Para los profesionales (y por abrumadora mayoría), el Chateau Libertador, una torre afrancesada que se levanta en Núñez, se lleva todos los silbidos . Fue elegido como el más feo por el 33 % de lo encuestados. Tal vez ese no parezca un porcentaje muy alto, pero la contundencia de ese fallo radica en que los cuatro edificios que le siguen en la desconsideración de los profesionales no juntan ni 20 puntos porcentuales sumado el resultado de todos.
En cuanto a los lugares más agradables de Buenos Aires, para los arquitectos pican en punta Puerto Madero (16,2%) con los Bosques de Palermo (13,9%) y Plaza San Martín (8,1%). Como dato distintivo, surge que los arquitectos valoran más que la gente común barrios tradicionales como San Telmo. En la encuesta profesional, figura en cuarto lugar, y entre el público, baja al sexto puesto.
La coincidencia es casi calcada a la hora de decidir qué lugares son los más desagradables de la ciudad. Entre los cinco que menos le gustan a los arquitectos figuran los mismos que para la gente: Constitución, Once, Retiro, Riachuelo y Plaza Miserere. Todos barrios estropeados por las estaciones de tren. Un mensaje para las autoridades.

Edificio Kavanagh


Fue el primer edificio de la Ciudad con aire acondicionado central. Se construyó en 1936, en sólo 14 meses. Y su diseño remite a la proa de un barco, mirando hacia el Río de la Plata. Tiene 120 metros de altura y 105 unidades. Su dueña, Corina Kavanagh, vivió allí, en una unidad de 700 m2.

Fuente: clain.com

2 comentarios:

  1. Por favor, demolamos ya Chateau!!! estamos todos de acuerdo!!!

    ResponderEliminar
  2. donde puedo encontrar mas info de este edificio? estoy parando en un alquiler temporario en recoleta y en buenos aires todavía no conseguí mas datos. que pasara con este chateau?

    ResponderEliminar