Juan Antonio Pérez Simón emigró a México cuando tenía siete años. Sus padres eran campesinos españoles que buscaban un futuro mejor al otro lado del Atlántico. Hoy posee una colección de pintura con casi 1.500 obras maestras de las que se muestra una asombrosa selección en el Museo de Arte de San Diego (Estados Unidos). ‘De El Greco a Dalí. Grandes Maestros Españoles en la Colección Pérez Simón’ permanecerá en California hasta el 6 de noviembre.
Desde la pintura religiosa del Renacimiento hasta los maestros modernos, Pérez Simón ha conseguido reunir piezas muy valiosas de la Historia del Arte, entre las que se han seleccionado 64 para exhibirse estos días en el Museo de San Diego. Todas tienen en común que están firmadas por artistas españoles y que permanecieron prácticamente ocultas durante décadas. Buen ejemplo de ello es una monumental ‘Inmaculada Concepción’ de Murillo, pintada hacia 1670, y que viajó a México en el siglo XVII. En 1991 salió a la luz durante una subasta multimillonaria en la que Pérez Simón se hizo con ella.
"No compra cualquier cosa”. Tiene un gusto muy poderoso que le empuja a rechazar la mayoría de los cuadros que le ofrecen, y a perseguir los difíciles de encontrar". Así lo explica Véronique Gerard-Powell, una de las comisarias de una exposición coproducida junto con el Museo de Bellas Artes de Quebec, la Fundación Ciudad de México y el Museo Jacquemart-André de París. Gracias a esa pasión, se han conseguido reunir cuadros que ninguna colección pública fue capaz de conseguir.
Pérez Simón tiene 76 años y es socio de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, con quien comparte su atracción por el Arte. Fue su primera novia quien le inoculó esa pasión, y sus primeras compras fueron reproducciones de piezas que se exhiben en el Museo del Prado: ‘Las lágrimas de San Pedro’, de El Greco, y ‘Los borrachos’, de Velázquez. Cuando viajó a París por primera vez, en los años 60, dedicó varios días a visitar las interminables salas del Louvre. Después quiso ir a Arles, para respirar el mismo aire que Van Gogh. Durante los años 80, cuando su carrera empresarial comenzó a dar frutos generosos, decidió invertir en obras originales y diez años después ya era muy conocido en las casas de subastas de Londres, Nueva York y París.
Pérez Simón vive rodeado de sus cuadros. En un salón de su residencia mexicana luce el retrato de Doña María de Vallabriga y Rozas, pintado por Francisco de Goya en 1783; y en un pasillo cuelga un ‘Retrato de mujer’ de Julio Romero de Torres, que ahora puede verse también en San Diego. Él mismo ha contado que en el cuarto de baño de su casa cuelga un auténtico Picasso.
Ahora el público californiano está invitado a compartir algunas de esas maravillas que ya pudieron disfrutarse en París y Quebec, y que próximamente viajarán también a Japón. Una oportunidad única para comprender la grandeza de maestros de la talla de El Greco, Murillo, Goya, Picasso, Miró o Dalí.
Fuente texto: noticiasarteseleccion.com
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