El edificio vanguardista de Barrio Parque se convertirá en residencia de artistas; el Nobel Pamuk, llegará en noviembre.
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En la planta alta convivirán las actividades culturales con un restaurante. Foto: LA NACION / Ricardo Pristupluk
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María Elena Polack
"Jorge Luis Borges solía decir
que Victoria Ocampo era valiente y hospitalaria; de alguna manera eso es la Argentina", recordó
Carolina Biquard, presidenta del Fondo Nacional de las Artes (FNA) al anunciar
que la casa de Barrio Parque de la fundadora de la revista Sur, puente cultural entre
América y Europa, se convertirá en poco tiempo más en residencia de escritores
del mundo y de nuestro país.
Caminando entre vidrieros y pintores que daban los últimos toques a la
casona que, con el diseño inicial de Le Corbusier, fue levantada por el
arquitecto Alejandro Bustillo, Biquard dejó flotando la posibilidad de que
Orhan Pamuk, el premio Nobel de Literatura 2006, que vendrá al país en
noviembre próximo, se convierta en el primer huésped del amplio dormitorio de Victoria
Ocampo.El escritor turco llegará a Buenos Aires invitado por el
designado director de la
Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, que recientemente ha
recorrido la casa de Rufino de Elizalde 2831, y que realiza gestiones para
establecer lazos con las casas de José Saramago, en Portugal, y la de
Marguerite Yourcenar, en Estados Unidos, que contribuyan al intercambio de
autores entre las tres instituciones.
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En la planta baja habrá muestras rotativas del acervo del FNA. Foto: LA NACIÓN / Ricardo Pristupluk |
Mientras se trabaja para terminar de
recuperar el segundo piso de esa casa de 702 metros cuadrados
cubiertos, cuyo segundo dormitorio es conocido como "el de Ortega y
Gasset", la planta baja estrenará hoy, a las 19, una exhibición inicial de
33 obras (pinturas, esculturas e instalaciones) del acervo del FNA. La muestra
fue curada por Gabriel Palumbo, que seleccionó a artistas y estilos argentinos
entre 1858 y 2015 para "mostrar la riqueza de la colección propia".El infierno de San Alfonso, de León Ferrari, se enfrenta al San Martín de la gloria, de
Daniel Santoro. Anversos,
de Diana Dowek, parece desafiar a Dominante
N° 8, de Ary Brizzi. Sugestión
de un círculo, un bronce de Enio Eiommi, interpela la instalación de
medidas variables sin título de Marina de Caro. Carreteras en la playa, lápiz
de Mauricio Rugendas, contrasta con su candor de junio de 1845 con Y mañana será un príncipe, el
sapo en técnica mixta de Luis Friesztav, que parece listo para recibir el beso
que ponga fin a su hechizo.Ubicada estratégicamente en el corredor cultural que une el
Malba con los museos nacionales de Arte Decorativo y de Arte Popular José
Hernández, en la zona más coqueta y exclusiva de Palermo, la casa de Victoria
Ocampo mantendrá su programa de actividades, entre las que se destaca un ciclo
de música de vanguardia a cargo de Marcelo Moguilevsky, y sumará un restaurante
en el espacio donde estaba el comedor familiar del primer piso.La vasta biblioteca de Raúl Castagnino que ocupa el
dormitorio de Victoria Ocampo será trasladada a la sede del FNA."La casa en sí misma es una obra de arte y es más que
una casa: es una época. Victoria Ocampo fue una gran gestora cultural, un
puente entre Europa y América", destacó Facundo Gómez Minujín,
vicepresidente del FNA y representante del Banco Central en ese directorio al
compartir un recorrido por las remozadas instalaciones junto con Biquard, con
Teresa Anchorena (Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes
Históricos), con el arquitecto Fabio Grementieri y con Palumbo."El patrimonio tiene que vivir", sumó Teresa
Anchorena al anticipar a LA
NACION que esta residencia será la primera en recibir la
declaración de "patrimonio racionalista" en el país y que su vecina
de enfrente, la réplica de la casa del general José de San Martín en Grand
Bourg, será "monumento histórico nacional".El cuarteto subió y bajó por la mítica escalera blanca, pero
no se dejó tentar con la posibilidad de hacer una remake de la foto de 1931, que registra la
fundación de la revista Sur.
En aquella imagen en blanco y negro, Victoria Ocampo aparece rodeada por
Francisco Romero, Eduardo Bullrich, Guillermo de Torre, Pedro Henríquez Ureña,
Eduardo Mallea, Norah Borges, Enrique Bullrich, Jorge Luis Borges, Oliverio
Girondo, Ramón Gómez de la Serna,
Ernest Ansermet, Nenona Padilla y María Rosa Oliver.También es distinta la actitud de los vecinos de la zona. Ya
no hay quienes se escandalicen, como en los años 20, porque el estilo
racionalista de Le Corbusier rompía con la fisonomía neoclásica francesa de los
palacetes circundantes. "Hay muchas personas del barrio que se acercan
para ver qué estamos haciendo y para preguntar cuándo se inaugura la exposición
del patrimonio artístico del FNA" , sostuvo Palumbo.Le Corbusier dio su aprobación final a la adaptación de
Bustillo en una visita que hizo a la casona en 1929. La casa familiar se cerró
en 1940, cuando murió el padre de Victoria Ocampo y ella decidió establecerse
en su palacete de San Isidro.Entre ese año y 2003, cuando el FNA adquirió la casa, tuvo
otros dueños y un inquilino particular que quizá por aquellos salones de
paredes blancas y amplios ventanales habrá comenzado a moldear un sueño que
cumplió hace pocos meses: el presidente Mauricio Macri.
Fuente: lanacion.com
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