Mientras tanto
Por Juana Libedinsky /LA NACION
NUEVA
YORK.- De la película sólo se conocen los adelantos (se estrena recién
en una semana), pero lo que ya se sabe está despertando una pelea digna
de Montescos y Capuletos.
Anónimo, dirigida por Roland Emmerich ( Día de la Independencia
), se anuncia como un film sobre el bardo nacido en Stratford-upon-Avon
que desarrolla la idea de que un aristócrata que no quería manchar su
reputación con la poco respetable ocupación (para alguien de su estirpe)
de escribir poemas y obras de teatro, permitió a William Shakespeare
que se las adjudicara.Esta teoría revisionista circula desde hace tiempo, por lo que no debería levantar demasiada polvareda ahora. Tampoco debería exasperar a los académicos el hecho de que se la haya apropiado Hollywood, que es el reino de la fantasía.
El asunto clave es que el film vendrá acompañado por un documental que intenta probar que el Shakespeare que conocemos es un fraude, y por materiales de estudio para incorporar el tema en la escuela. Esto fue la gota que rebasó el vaso de los grandes especialistas en el autor, que están usando todos los medios de comunicación para contrarrestar el efecto que estiman provocará la película y sus "extras" para el aula.
¿Lo que más les preocupa? Las horas que (dicen) van a perder dedicando a desmentir las teorías "conspirativas" sobre la autoría de las obras de Shakespeare a las futuras generaciones de alumnos. Tiempo que podrían dedicar a algo más valioso, como analizar sus textos.
Para algunos se trata de una reacción exagerada (hasta el príncipe Carlos tomó cartas en el asunto) a una provocación ligada, en este caso, a un interés básicamente comercial. Pero sería interesante saber si Shakespeare, que escribió tantas comedias sobre errores de identidad y engaños, encontraría en todo esto algo de humor.
jil210@gmail.com
Fuente texto: lanacion.com
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