PATRIMONIO. En quechua, Machu Picchu, significa "montaña vieja". Foto EFE
El 24 de julio se cumplirá un siglo del descubrimiento científico de Machu Picchu por parte del arqueólogo estadounidense Hiram Bingham. Sin embargo, aún se ignora cómo se construyó esta maravilla, ni por qué se despobló a los pocos años.
Bingham, quien trabajaba en la Universidad de Yale, creyó haber encontrado Vilcabamba, la última capital del imperio incaico. En realidad, la ciudadela de Machu Picchu había sido construida entre 1438 y 1493 por el Inca Pachakutec como hacienda de la familia real, ya que la capital estaba en Cusco.
Era también un centro de culto y de observación astronómica. Todo ese territorio en plena selva de montaña, con una gran biodiversidad, está cargado de significado cultural sagrado.
Sus diversos sitios, complejos, monumentos y ciudadelas están entrelazados entre sí y con su entorno natural .
La parte urbana o santuario propiamente dicho está conformado por palacios y templos, viviendas y depósitos, pero sobre todo por edificios que cumplían funciones ceremoniales religiosas. Los edificios, las plazas y las plataformas están conectados entre sí mediante una red de callejuelas, mayormente en forma de escalinatas. Algunas están talladas sobre la roca.
Los más espectaculares son los mausoleos labrados en la roca. El trabajo de la montaña y de las grutas naturales, al pie del Huayna Picchu, es una pieza maestra de la arquitectura y la ingeniería.
Aún es una incógnita el proceso de edificación, así como la construcción de las terrazas agrícolas.
Se cree que la mano de obra fueron mitimaes , familias de pueblos conquistados por el imperio inca, y reasentados en otros lugares.
Pero el mayor misterio sigue siendo su declinación. Se cree que perdió prestigio en la guerra civil inca (1531-32), y que fue despoblándose cuando Manco Inca, en 1536, convocó a los nobles a la resistencia contra los españoles. Éstos convirtieron luego a la población residual en parte de la encomienda de Ollantaytambo. Hacia 1570 ya había religiosos, evangelizando. Luego, los españoles ignoraron la ciudadela, que quedó aislada y desierta, y envuelta en la vegetación del bosque nuboso.
Para los turistas, una meca
El año pasado, Machu Picchu recibió menos turistas, ya que el santuario estuvo cerrado durante tres meses por las lluvias de verano, que causaron un alud que bloqueó la vía férrea. Aún así, recibió 600.000 turistas. Otros 140.000 ingresaron por el Camino del Inca. Por el centenario, el sector turístico espera este año un 25% más de visitantes. Pero los funcionarios de Cultura están preocupados por el impacto que puede tener en el monumento, y han encargado un plan de manejo. Dentro de un mes estarán listos los estudios de capacidad de ingresos, realizados por un comité especial. “Se trata de auscultar sobre el número de visitantes que pueden ingresar diariamente, que bien pueden ser 2.500 o variar, siempre cuidando que no haya sobresaturación”, señaló Fernando Astete, director del Santuario Histórico Machu Picchu. Es probable que en algunas zonas se establezcan circuitos, de manera que los visitantes que ingresan por un lugar, no tengan que volver a pasar por allí para salir. “Debemos estar preparados para aumentar la cifra, adoptando medidas serias sin perjudicar a nadie”, prometió Astete. Entretanto, el riesgo inmediato son los propios festejos por el centenario.
Fuente: clarin.com
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