En Palermo. La idea fue del Circulo Italiano en Buenos Aires. Al principio querían ubicarlo frente al río, pero ya había otra estatua de un prócer italiano. |
Esta ahí desde hace 114 años. Y eso generó que la plaza, que hasta ese momento se conocía como “De los Portones”, cambiara su nombre por el de “Italia”. La modificación se realizó por una ordenanza municipal del 25 de mayo de 1904, casi un mes antes de que la gran estatua ecuestre de Giuseppe Garibaldi quedara inaugurada oficialmente, marcando así un cambio importante en ese entorno del barrio de Palermo, que todavía tenía más de arrabal que de conglomerado urbano. Desde ese momento, la imagen victoriosa del “héroe de dos mundos”, del “guerrero infatigable”, como definían a Garibaldi, se integró a la Ciudad como referente porteño de la comunidad italiana.
La idea de hacer un monumento en homenaje a Giuseppe Garibaldi (nacido en 1807) surgió en el Círculo Italiano de Buenos Aires al otro día de su muerte, ocurrida el 2 de junio de 1882, en Italia, donde pasó sus últimos años. Desde ese mismo momento, a propuesta del diario La Prensa (hizo el primer aporte de 1.000 pesos), se inició una colecta para solventar el gasto. Seis meses más tarde, en enero de 1883, el Círculo informaba que la suma había llegado a los 250.000 pesos. La piedra fundamental se colocó el 6 de noviembre de 1898. El trabajo del escultor Eugenio Maccagnini (había sido el ganador del concurso internacional) duró cinco años. Su boceto se basaba en otra obra similar que él mismo había realizado en la ciudad de Brescia, en la región de Lombardía.
La ubicación del monumento había sido tema de discusión. En un primer momento se pensaba colocarlo en la zona del Paseo de Julio (hoy Leandro N. Alem). Pero como allí ya estaba la estatua de otro prócer italiano (Giuseppe Mazzini, desde 1878 en la plaza Roma) algunos alegaron que no podía ser. Decían que al llegar a Buenos Aires por vía fluvial, lo primero que se iba a ver eran los dos monumentos de figuras italianas y ninguno de un argentino. Así surgió lo de la plaza De los Portones. El lugar se llamaba así porque a unos metros (actual avenida Sarmiento) estaban los grandes portones de hierro de entrada al Parque 3 de Febrero. Se sacaron en 1907. También allí había una estación central de tranvías conocida como “Portones”.
El monumento tiene 5 metros de altura. Garibaldi, sable en mano, aparece montado sobre un caballo de briosa figura. Esos bronces fueron fundidos en Berlín. A los costados del pedestal hay dos figuras femeninas que representan a la Victoria y la Libertad. Y aparecen dos relieves en bronce con escenas representativas de la vida del homenajeado. En el acto de inauguración participaron unas 50 bandas de música y entre los oradores estuvieron Alfredo Palacios y el escritor Belisario Roldán. También hubo quejas: había gente que no quería el homenaje porque decían que Garibaldi había peleado contra la Argentina. Inclusive, en una batalla naval en el Río de la Plata, había sido capturado por las fuerzas de Guillermo Brown. El famoso almirante se negó a fusilarlo, como había ordenado Juan Manuel de Rosas, y lo dejó escapar. Cuentan que alegó: “Garibaldi es un valiente y no merece morir así”.
Quizá lo más curioso del monumento sea el cerco de cadenas que lo rodea. Están sostenidas por bronces que representan el fascio, símbolo de la autoridad republicana de la antigua Roma. Aquello era un haz de palos de olmo o abedul, colocados alrededor de un hacha y atados con tres tiras de cuero. El significado literal de la palabra fascio (deriva de fasces) es el del haz de varas de madera, pero en sentido figurado se la considera como liga. Luego, con los años, quedó asociada a la ideología autoritaria del Partido Nacional Fascista, formado en 1921 por Benito Mussolini. Sus seguidores tomaron la palabra como símbolo de pertenencia. Pero esa es otra historia.
Fuente: clarin.com