Retocadas y copiadas con calidad, las imágenes del misionero Martín Gusinde se exhiben en Ushuaia
María Paula Zacharías
USHUAIA.- El pasado de los pueblos originarios fueguinos ha sido retratado por más de 40 fotógrafos desde mediados de 1800. Uno de los más prolíficos fue el misionero alemán Martín Gusinde, un antropólogo que pasó cuatro temporadas conviviendo con tribus yámanas, selknam y kawésqar para hacer un registro oral, escrito y visual de sus tradiciones entre 1918 y 1924. Sus 1200 fotos se conservan en Alemania, en el Instituto Anthropos, pero aquí, en la ciudad más austral del planeta, son íconos en las tiendas para turistas y se estudian en publicaciones académicas.
USHUAIA.- El pasado de los pueblos originarios fueguinos ha sido retratado por más de 40 fotógrafos desde mediados de 1800. Uno de los más prolíficos fue el misionero alemán Martín Gusinde, un antropólogo que pasó cuatro temporadas conviviendo con tribus yámanas, selknam y kawésqar para hacer un registro oral, escrito y visual de sus tradiciones entre 1918 y 1924. Sus 1200 fotos se conservan en Alemania, en el Instituto Anthropos, pero aquí, en la ciudad más austral del planeta, son íconos en las tiendas para turistas y se estudian en publicaciones académicas.
Casi
100 años después de que las imágenes fueron tomadas con cámaras
rudimentarias, abrió el viernes pasado una exposición que permite
disfrutarlas como arte en copias de calidad: El Espíritu de los Hombres
de Tierra del Fuego, junto con un coloquio para analizarlas desde la
arqueología, la antropología y la estética.
Xavier Barral es un
editor francés que alguna vez fue navegante y llegó a estas tierras. En
el Museo Gusinde, en Puerto Williams, quedó fascinado con su trabajo,
porque además de documental y humanista es estético. Treinta años más
tarde, reunió los fondos y un equipo de expertos para restaurar,
digitalizar y retocar cada negativo de placa de vidrio. Escanearon unas
600, de las que, con la curadora Christine Barthe, seleccionó 250 para
editar un libro de lujo y 147 para una muestra itinerante, que llegará a
Buenos Aires, al Centro Cultural Kirchner, y seguirá a Arlés, Francia, y
Kyoto, Japón.
Las
fotos vuelven a su tierra como nunca fueron vistas: con nitidez y
alteradas digitalmente para parecer sacadas con tecnología de hoy
(Barral guardó los escaneos originales también). Organizada por la
Municipalidad de Ushuaia, junto con la embajada de Francia, y con el
apoyo de la de Alemania, en la Casa de la Cultura, durante un mes,
estará abierta al público, con encuentros con miembros de los pueblos
originarios y visitas de escuelas. El libro de Barral está en librerías y
vale $ 1200. En el vernissage entregaron ejemplares a Víctor
Gabriel Vargas Filgueira, de la comunidad yagan, y a Rubén Maldonado,
selknam de Tolhuin. "Es emocionante", dijo Maldonado, con su álbum
familiar de recortes y fotos amarillentas.
En el coloquio
participaron los expertos argentinos y chilenos María Estela Mansur,
Marisol Palma, Dánae Fiore y Margarita Alvarado Pérez. Hoy disertarán
Ernesto Piana y Luis Orqueda. "Reflexionamos sobre el valor patrimonial
de las fotografías y los textos antiguos, y su peso identitario. Son
fundamentales para fomentar arraigo", dijo Mansur, coordinadora del
encuentro.
Ulen, el bufón masculino.Foto:Martin Gusinde / Anthropos Institut |
Las
fotos de Gusinde muestran a las comunidades en sus vidas cotidianas, en
sus ritos y tradiciones. Es notable su serie de retratos, en los que se
conjugan intimidad y dignidad. Los selknam, envueltos en pieles de
guanacos frente a sus chozas o desnudos y con el cuerpo pintado en la
nieve, durante la ceremonia del Hain. Pero a un cazador se le escapa
debajo del atuendo típico la cintura del pantalón occidental que lleva
debajo.Cuando llegó Gusinde, esas sociedades estaban
fragilizadas. Alvarado Pérez explicó que las imágenes pretenden ser
registro de un estado primigenio no contaminado, pero son posadas.
"Implican una negociación entre el fotógrafo y el fotografiado, ambos
con intereses, objetivos, conocimientos, valores y actitudes", señaló
Fiore. "Incluyen categorías visuales ideologizantes, a través de la
vestidura o el despojo. Arropan al fotografiado con elementos culturales
para connotarlos en un montaje de identidades visuales y étnicas. El
resultado es sublime o disminuyente: los caoneros condenados al
silencio, y los selknam exhibiendo su cultura con ideales de belleza y
nobleza", explicó Alvarado.Los investigadores llevan décadas
trabajando sobre copias de copias de contactos. "En un futuro estarán
las imágenes en Internet", prometió Piana ante un auditorio interesado.
"Para los pueblos originarios, son imágenes de sus familias. Me acerqué a
la comunidad yagan y señalaban «ésta es mi mamá, éste es mi bisabuelo»,
y se me caían las lágrimas. «Lo conozco a tu bisabuelo, hace casi 20
años que trabajo sobre estas fotos», le dije, y nos miramos con gran
respeto", comentó Fiore. Mansur puso el Centro de Patrimonio Documental
Antropológico Anne Chapman de la Universidad Nacional de Tierra del
Fuego, que dirige, a disposición para recibir el legado. Acá sabrán
valorarlo.
Fuente: lanacion.com
Fuente: lanacion.com
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