Universos visuales / Homenaje a un maestro
A un año de su muerte, Malba presentará el jueves 120 obras fundacionales de su larga carrera
A un año de su muerte, Malba presentará el jueves 120 obras fundacionales de su larga carrera
El efecto multiplicador de las placas de acrílico talladas, marca registrada de Polesello Foto: LA NACIÓN / Fernando Massobrio |
Por Celina Chatruc
/ La Nación
Parecía una estrella de Hollywood. Como un Al Pacino
criollo, a los 30 años Rogelio Polesello posaba para las revistas con
mirada seductora, recostado sobre un sillón inflable en el living de su
casa, o junto a dos modelos que asomaban entre coloridos objetos de
acrílico. Apenas una parte de la extensa producción de arte óptico que
lo hizo famoso a nivel internacional, y que ya integraba colecciones de
importantes museos como el MoMA y el Guggenheim de Nueva York.
Con
esas imágenes se encontraron Verónica Rossi y Josefina Barcia cuando
abrieron decenas de cajas en la casa de Belgrano donde el artista
trabajó hasta su muerte, el año pasado. El equipo enviado por el Malba
preparaba entonces la muestra antológica que el museo porteño inaugurará
pasado mañana, con las obras fundacionales de una carrera que abarcó
más de cinco décadas.
"A los 20 años ya era considerado un niño
prodigio por los principales críticos de la época", dice a LA NACION la
curadora Mercedes Casanegra en la primera sala del recorrido, que
sorprende con los trabajos menos conocidos de Polesello. Aquellas
témperas, tintas, óleos y monocopias con formas geométricas que realizó a
fines de la década de 1950, recién egresado de la Escuela Nacional de
Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Es evidente su admiración de
entonces por Victor Vasarely, padre del Op Art, a quien Jorge Romero
Brest dedicó una muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1958.
"Esa
época estuvo marcada por el furor del informalismo, el pasaje entre la
modernidad y la contemporaneidad. Pero estas obras ya son
contemporáneas", opina Casanegra mientras avanza hacia un imponente
mural nunca antes exhibido. Realizado entre 1960 y 61, Signos de arena permaneció hasta ahora en la casa de San Telmo del arquitecto Antonio Morello, radicado en Nueva York.
La audacia en el uso del color, otro de sus sellos Foto: LA NACIÓN / Fernando Massobrio |
"Mientras
colegas como Kenneth Kemble y Luis Wells integraban trapos o elementos
de metal en las obras, Polesello usó chapas como matrices para crear
tramas con la pintura", señala Victoria Giraudo, coordinadora ejecutiva
de curaduría del Malba, en el segundo sector de esta muestra destinada a
jerarquizar a uno de los principales artistas argentinos. En esa misma
línea, el museo fundado por Eduardo Costantini dedicó sus principales
salas a Víctor Grippo, Oscar Bony, Marta Minujín y Antonio Berni, entre
otras figuras clave.
Vestido de negro y con zapatillas deportivas
flúo, Agustín Pérez Rubio entra ahora como un torbellino y se disculpa
con acento español por su paso fugaz mientras supervisa los últimos
detalles de una producción que demandó casi tres años y que incluirá un
libro/catálogo de 400 páginas. El director artístico del Malba parece
entusiasmado con el legado que heredó de la gestión anterior, a cargo de
Marcelo Pacheco.
Los nervios irán in crescendo hasta horas
antes de la inauguración, cuando lleguen desde Bogotá las piezas que
completarán las 120 provenientes de colecciones privadas y de otros
museos como el Nacional de Bellas Artes (MNBA) y los de Arte Moderno
(Mamba) y Contemporáneo (Macba) de Buenos Aires. Y no cederán hasta el
cierre de la muestra, el 12 de octubre, ya que está prevista una
convocatoria similar a la lograda con las de Andy Warhol, Julio Le Parc y
Yayoi Kusama.
Una vez más, las redes sociales jugarán un papel
clave. Acompañadas por el hashtag #polesellojoven, seguramente se
viralizarán en segundos las imágenes de rostros deformados por los
acrílicos transparentes, creados por un hombre que consideró fundamental
la participación del espectador en su obra. Y que apeló a los efectos
ópticos para multiplicar los puntos de vista, sin discriminar técnicas
ni materiales. Desde tapices hasta anillos, tapas de revistas de tejido o
murales de gran escala en lugares públicos, Polesello exploró todos los
caminos que pudo guiado por su talento y una curiosidad insaciable, sin
abandonar jamás su primer amor: la pintura.
Detrás, la pintura: un amor que el artista nunca abandonó Foto: LA NACIÓN / Fernando Massobrio |
"A diferencia de Noé,
no le interesaba teorizar. Era un intuitivo absoluto", recuerda
Casanegra. Presente en casi todas las inauguraciones de sus colegas,
hasta sus últimos días mantuvo el interés por adaptarse a los nuevos
tiempos. A los 30 años ya parecía haber encontrado la fórmula del éxito,
luego de que el premio Esso y su participación en la Bienal de San
Pablo le abrieran las puertas de una carrera internacional. Entonces
llegó el acrílico, y "Pole" saltó al vacío.
El efecto "ojo de pez"
que encontró en el material importado lo llevó a realizar objetos que
dialogaran a su vez con otras obras. Una de sus lupas, colocadas sobre El matrimonio Arnolfini de Jan Van Eyck, suma una profundidad infinita al espejo pintado en el siglo XV por el pintor flamenco.
En
esos detalles se detuvo Casanegra al preparar esta exposición, que tuvo
en cuenta los deseos del propio artista. Por ejemplo al abrir un hueco
en la pared de la última sala, para que una de sus obras funcionara como
una ventana al exterior.
"Él concebía las placas de acrílicos
como arte, aunque después la gente las usara como puertas. En la
continuidad de su búsqueda artística abrió el concepto de obra", explica
la curadora, parada en el núcleo final de la muestra. Allí donde se
reúnen las piezas escultóricas de colores más vivos, y donde el reflejo
de su imagen parece reproducirse hasta el infinito.
Los lisérgicos
años 70 dejaron su huella en estas obras que Polesello realizó con su
hermano Osvaldo. Había pasado poco más de una década desde aquellas
témperas sobre papel inspiradas en Vasarely. El artista había madurado
y, sin embargo, parecía cada vez más joven.
Polesello joven
1958-1974
Inaugura: jueves 25 de junio a las 19, con entrada gratis
Cierra: 12 de octubre
Dónde: Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415)
Redes sociales
Imágenes
de la muestra se compartirán con el hashtag #polesellojoven. En
Instagram y Facebook ya se puede seguir el montaje día a día.
Fuente: lanacion.com
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