Por Guido Carelli Lynch
Mucho se ha especulado sobre cuál habría sido el destino de
Adolf Hitler y de buena parte de la humanidad si en 1906 el futuro líder
nazi hubiese conseguido entrar a la Academia de Bellas Artes de Viena.
Ese rechazo que lo volcó a la política no alcanzó para ahuyentar su
pasión por el arte. Hitler siguió pintando acuarelas, algunas de las
cuales fueron subastadas en los últimos años e incluso intervenidas por
otros artistas hasta alcanzar precios millonarios. Hitler fue también y
en cierto modo uno de los mecenas más activos del cruel Estado que
forjó.
El dictador compró obras por siete millones de marcos
durante las grandes muestras propagandísticas organizadas en la
denominada “Casa del Arte Alemán” de Munich entre 1937 y 1944. No era
una feria inocente: Hitler pretendía plasmar el ideal estético del
Tercer Reich y del arte contemporáneo de la época. El primer catálogo de
la Casa del Arte Alemán explicitaba que allí se expondrían “las mejores
obras de arte que Alemania tiene para ofrecer”. Otros jerarcas nazis
entendieron el mensaje y aportaron de su fortuna para adquirir obras
(Ver Coleccionistas...). La mayoría, sin embargo, eran ciudadanos
“comunes”. Los catálogos y archivos de la muestra están disponibles
ahora en Internet: www.gdk-research.de .
Durante décadas,
los registros quedaron olvidados en el Instituto Histórico de Munich.
Pocos investigadores habían manifestado interés en las inclinaciones
estéticas de los nazis, antes de que el Instituto Central para la
Historia del Arte y el Museo Histórico de Berlín crearan el GDK
Research. En el sitio (solamente en alemán) hay información sobre las 12.550 obras que allí se expusieron y sobre algunos de los compradores de las aproximadamente 6 mil piezas vendidas.
Luego
de la primera edición, Hitler no quedó conforme con la calidad de las
obras. “El Führer tiene un ataque de rabia”, escribió Goebbels en su
diario privado.
Los 600 mil visitantes que acudieron cada año a
la Casa del Arte Alemán contemplaban bustos y retratos del líder nazi,
iconografía del Tercer Reich, estatuas heroicas del escultor Arno Breker
–un protegido la élite nazi– pero también obras de contenido erótico, muy similares a las que encargaba la burguesía despolitizada del siglo XIX.
El
valor artístico de las muestras fue, en términos históricos, escaso.
Esto se debió fundamentalmente al éxodo masivo de los artistas que
escaparon del nazismo. “La estética era menos uniforme de lo que se
esperaba. Había mucha obra y demasiados artistas”, declararon los
investigadores Christian Fuhrmeister y Stephan Klingen al Spiegel.
Cada
uno de los seis catálogos de tapa roja –ahora disponibles en Internet–
cuentan una historia inédita del nazismo: revelan las verdaderas
aspiraciones de Hitler respecto del arte contemporáneo y lo lejos de la
realidad que quedaron.
COLECCIONISTAS
Adolf Hitler: Adquirió obra por 7 millones de marcos alemanes. Entre ellas, un busto de Benito Mussolini del escultor Adam Antes.
Albert Speer: El arquitecto oficial compró obra por 900 mil marcos. La más destacada es “El Imperio de Rübezahl”, el nombre de un duende folclórico alemán.
Joseph Goebbels: El ministro de propaganda compró obra por 1,2 millones. Entre ellas una Venus.
Joachim von Ribbentrop: El ministro de relaciones exteriores compró un gran busto de Federico II, rey de Prusia.
Adolf Hitler: Adquirió obra por 7 millones de marcos alemanes. Entre ellas, un busto de Benito Mussolini del escultor Adam Antes.
Albert Speer: El arquitecto oficial compró obra por 900 mil marcos. La más destacada es “El Imperio de Rübezahl”, el nombre de un duende folclórico alemán.
Joseph Goebbels: El ministro de propaganda compró obra por 1,2 millones. Entre ellas una Venus.
Joachim von Ribbentrop: El ministro de relaciones exteriores compró un gran busto de Federico II, rey de Prusia.
Fuente: clarin.com
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Después de dos años de trabajo, los creadores del
proyecto recuperaron 12.550 obras exhibidas en las muestras, de las
cuales sólo se conocía una pequeña parte por medio de reproducciones.
Fuente: lanacion.com
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En Munich
Un archivo digital reúne pinturas del nazismo
BERLIN (ANSA).- Un nuevo archivo virtual,
el GDK Research, ya está disponible en Internet para conocer las
grandes muestras propagandísticas anuales organizadas en la por entonces
llamada Casa del Arte Alemán, de Munich, durante el apogeo del Tercer
Reich.
El sitio www.gdk-research.de
documenta más de 12.000 obras y piezas. La flamante página es el
resultado de un cuidadoso trabajo de cooperación entre investigadores
del Instituto Central para la Historia del Arte y del Museo Histórico de
Berlín.
Además de las obras y los nombres de los artistas, el
archivo en la Web proporciona indicaciones sobre los compradores de las
obras en la muestra, que se pensaba como una gran feria de arte en la
ciudad considerada por Adolf Hitler como "la capital del movimiento"
nazi. Foto: GDK Research
El mayor mecenas del arte alemán en la época nazi fue el
propio Hitler que, según los historiadores, compró obras por siete
millones de marcos del Reich, seguido por Joseph Goebbels, con 1,2
millones de marcos y el arquitecto Albert Speer, con 900.000 marcos.
En las exposiciones que reseña la nueva página en
Internet, que se realizaron entre 1937 y 1944 en la Casa del Arte Alemán
(hoy simplemente llamada Casa del Arte), participaban en promedio cada
año unos 600.000 visitantes.
Se estima que los asistentes a las reuniones
propagandísticas del régimen alemán compraron alrededor de la mitad de
las obras exhibidas.
En el apogeo del nazismo, el edificio de Munich se
consideraba un "templo del arte nazi", rígidamente regulado por el
régimen de Hitler. Sin embargo, la propia construcción es más conocida y
valorada que las muestras que se realizaban en el interior.
DESTINO DESCONOCIDO
DESTINO DESCONOCIDO
En la actualidad, sólo se conoce el destino de
aproximadamente el diez por ciento de las obras, según el historiador
del arte Ralf Peters, y muchos de los compradores siguen siendo
anónimos. Foto: GDK Research
Los temas del arte nazi, "puro" según sus ideólogos, se
enfocaban sólo en ciertos temas, y en general no es un período bien
recordado en Alemania.
Pero más que abiertamente ideológico, aseguran algunos
historiadores, era particularmente escapista. "Mujeres desnudas, más
desnudos y ocasionalmente un soldado muerto", fue la síntesis del
período que realizó la historiadora del arte Iris Lauterbach.
Fuente: lanacion.com
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