Diálogo con el Nobel de Literatura / Tras la polémica por su llegada al país
Vargas Llosa agradeció el apoyo de los escritores para que participe en la Feria del Libro y habló de su amor por la ciudad de Borges
Mario Vargas Llosa antes de recibir el Premio Don Quijote 2009 del Rey Juan Carlos I, en el Palacio de La Zarzuela, el 15 de abril de 2010
Vargas Llosa agradeció el apoyo de los escritores para que participe en la Feria del Libro y habló de su amor por la ciudad de Borges
Mario Vargas Llosa antes de recibir el Premio Don Quijote 2009 del Rey Juan Carlos I, en el Palacio de La Zarzuela, el 15 de abril de 2010
Juan Cruz
Para LA NACIÓN
Para LA NACIÓN
MADRID.- "Querría vivir algún tiempo en Buenos Aires", afirmó ayer Mario Vargas Llosa desde México, nada más descolgar el teléfono y saber que del otro lado quien le hablaba lo hacía en nombre de La Nacion.
No es la primera vez que el Nobel de Literatura expresa esa apetencia. Lo ha escrito al menos desde 1981, cuando visitó a Jorge Luis Borges, a quien le hizo una entrevista memorable, en la que ambos repasaron la historia argentina, con su sombra y con su gloria. El incidente generado porla propuesta de veto, levantada luego, de un grupo de intelectuales cercanos el Gobierno, para que no se escuchara su voz en la próxima Feria del Libro argentina no ha interrumpido aquel propósito: él querría vivir en Buenos Aires, algún día, algún tiempo.
El incidente le lastimó el ánimo, que ayer parecía bastante rehecho. Vargas Llosa dijo que estaba muy agradecido "a todos aquellos escritores que no están de acuerdo con mis posturas pero que han declarado su apoyo para que yo hable en la feria".
"Estimula que se ponga en su lugar ese derecho que tiene todo escritor a expresar lo que siente", dijo, para añadir que él apoya ese derecho "aunque esté en mi contra lo que diga el otro". Pero el autor de La verdad de las mentiras añadió: "¿A dónde vamos a llegar si tapamos la boca a aquellos con los que no estamos de acuerdo? Pues llegamos a la barbaridad".
Pasó de la incredulidad al estupor y luego a la gratitud hacia aquellos que lo apoyaron desde posiciones contrarias a su propio pensamiento. Ya había dicho que le agradecía a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que hubiera introducido cordura en las primitivas posiciones contrarias a su intervención. Y no niega que sus propósitos exclusivamente literarios en cuanto al contenido del discurso que le quisieron impedir se han roto, "básicamente porque sería un escamoteo a los que quisieran saber qué pienso también en el ámbito político". Vargas Llosa dijo que no sabe todavía qué va a decir, ni siquiera lo ha escrito ni va a escribirlo. "Hablaré con notas, no tendré un discurso escrito para la ocasión, pero imagino que alternaré lo que pienso de Buenos Aires y de la Argentina como ese gran país de literatura con la postura que mantengo acerca de muchas cosas."
Antes de su viaje a Buenos Aires, el premio Nobel de Literatura agradeció la oportunidad de decir lo siguiente: "Buenos Aires es, con París, la ciudad más literaria del mundo. Lo es para mí, lo es para muchos. Y me encantaría poder vivir una temporada en la Argentina. Escribir en los cafés de Buenos Aires, asistir a sus teatros, visitar sus librerías de viejo?".
"Allí (en la Argentina) tendré mucho gusto de volver a ver a mis amigos" y de agradecer "a todos los que no piensan como yo que hayan apoyado mi presencia". Y añadió: "Esta actitud me ha conmovido, sobre todo porque jamás entenderé que nadie, ningún escritor, pida que se ejerza censura alguna contra otro. Esto nos conduciría a una barbaridad con la que estoy resueltamente en contra".
En Buenos Aires revisitará, entre otras realidades o fantasmas, la huella de Jorge Luis Borges, que fue su interlocutor en una célebre entrevista de 1981, antes de que los militares dejaran el poder en la Argentina. Ahí recogió Vargas Llosa lo que el autor de Ficciones dijo acerca de los militares: "Pasarse la vida en los cuarteles y en los desfiles no capacita a nadie para gobernar". Y recogió también Vargas Llosa esta frase de Borges: "Los militares argentinos no han oído silbar una bala". "Como un general lo refutó citándose en ejemplo -escribe Vargas Llosa-, Borges rectificó: «Admito que el general Fulano de Tal sí ha oído silbar una bala»."
Dijo Vargas Llosa, en su artículo "Borges y los piqueteros" (de 2008): "Borges es una de las cosas más notables que le han pasado a la Argentina, a la lengua española, a la literatura, en el siglo XX. Y es seguro que esa particular forma de genialidad que fue la suya (?) hubiera sido imposible sin el entorno social y cultural de Buenos Aires, probablemente la ciudad más literaria del mundo, junto con París". Las dos capitales, prosigue el Nobel, "tienen encima, como segunda piel, una envoltura literaria de mitos, leyendas, fantasías, anécdotas, imágenes, que remiten a cuentos, poemas, novelas y autores y dan una dimensión entre fantástica y libresca de todo lo que contienen: cosas, casas, barrios, calles y personas".
Una combinación de su estupor reciente y su maravillada mirada ante Buenos Aires es posible que sea la base de ese discurso que ahora se espera de él en la ciudad de Borges.
No es la primera vez que el Nobel de Literatura expresa esa apetencia. Lo ha escrito al menos desde 1981, cuando visitó a Jorge Luis Borges, a quien le hizo una entrevista memorable, en la que ambos repasaron la historia argentina, con su sombra y con su gloria. El incidente generado porla propuesta de veto, levantada luego, de un grupo de intelectuales cercanos el Gobierno, para que no se escuchara su voz en la próxima Feria del Libro argentina no ha interrumpido aquel propósito: él querría vivir en Buenos Aires, algún día, algún tiempo.
El incidente le lastimó el ánimo, que ayer parecía bastante rehecho. Vargas Llosa dijo que estaba muy agradecido "a todos aquellos escritores que no están de acuerdo con mis posturas pero que han declarado su apoyo para que yo hable en la feria".
"Estimula que se ponga en su lugar ese derecho que tiene todo escritor a expresar lo que siente", dijo, para añadir que él apoya ese derecho "aunque esté en mi contra lo que diga el otro". Pero el autor de La verdad de las mentiras añadió: "¿A dónde vamos a llegar si tapamos la boca a aquellos con los que no estamos de acuerdo? Pues llegamos a la barbaridad".
Pasó de la incredulidad al estupor y luego a la gratitud hacia aquellos que lo apoyaron desde posiciones contrarias a su propio pensamiento. Ya había dicho que le agradecía a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que hubiera introducido cordura en las primitivas posiciones contrarias a su intervención. Y no niega que sus propósitos exclusivamente literarios en cuanto al contenido del discurso que le quisieron impedir se han roto, "básicamente porque sería un escamoteo a los que quisieran saber qué pienso también en el ámbito político". Vargas Llosa dijo que no sabe todavía qué va a decir, ni siquiera lo ha escrito ni va a escribirlo. "Hablaré con notas, no tendré un discurso escrito para la ocasión, pero imagino que alternaré lo que pienso de Buenos Aires y de la Argentina como ese gran país de literatura con la postura que mantengo acerca de muchas cosas."
Antes de su viaje a Buenos Aires, el premio Nobel de Literatura agradeció la oportunidad de decir lo siguiente: "Buenos Aires es, con París, la ciudad más literaria del mundo. Lo es para mí, lo es para muchos. Y me encantaría poder vivir una temporada en la Argentina. Escribir en los cafés de Buenos Aires, asistir a sus teatros, visitar sus librerías de viejo?".
"Allí (en la Argentina) tendré mucho gusto de volver a ver a mis amigos" y de agradecer "a todos los que no piensan como yo que hayan apoyado mi presencia". Y añadió: "Esta actitud me ha conmovido, sobre todo porque jamás entenderé que nadie, ningún escritor, pida que se ejerza censura alguna contra otro. Esto nos conduciría a una barbaridad con la que estoy resueltamente en contra".
En Buenos Aires revisitará, entre otras realidades o fantasmas, la huella de Jorge Luis Borges, que fue su interlocutor en una célebre entrevista de 1981, antes de que los militares dejaran el poder en la Argentina. Ahí recogió Vargas Llosa lo que el autor de Ficciones dijo acerca de los militares: "Pasarse la vida en los cuarteles y en los desfiles no capacita a nadie para gobernar". Y recogió también Vargas Llosa esta frase de Borges: "Los militares argentinos no han oído silbar una bala". "Como un general lo refutó citándose en ejemplo -escribe Vargas Llosa-, Borges rectificó: «Admito que el general Fulano de Tal sí ha oído silbar una bala»."
Dijo Vargas Llosa, en su artículo "Borges y los piqueteros" (de 2008): "Borges es una de las cosas más notables que le han pasado a la Argentina, a la lengua española, a la literatura, en el siglo XX. Y es seguro que esa particular forma de genialidad que fue la suya (?) hubiera sido imposible sin el entorno social y cultural de Buenos Aires, probablemente la ciudad más literaria del mundo, junto con París". Las dos capitales, prosigue el Nobel, "tienen encima, como segunda piel, una envoltura literaria de mitos, leyendas, fantasías, anécdotas, imágenes, que remiten a cuentos, poemas, novelas y autores y dan una dimensión entre fantástica y libresca de todo lo que contienen: cosas, casas, barrios, calles y personas".
Una combinación de su estupor reciente y su maravillada mirada ante Buenos Aires es posible que sea la base de ese discurso que ahora se espera de él en la ciudad de Borges.
DIXIT
"Buenos Aires es, con París, la ciudad más literaria del mundo"
MARIO VARGAS LLOSA
Premio Nobel de Literatura
Premio Nobel de Literatura
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