Mundstock, Turano, Maronna, Núñez Cortés, López Puccio y O'Connor. Foto: Emiliano Lasalvia
UN PRINCESA DE ASTURIAS PARA EL HUMOR ARGENTINO
Martín Yebra
MADRID.- Cuando en 2007 el gobierno de España les concedió la Orden de Isabel la Católica, los integrantes de Les Luthiers anunciaron con solemnidad que ellos, en correspondencia, otorgarían a los reyes el premio Mastropiero.Por supuesto nunca ocurrió. Pero ahora, 10 años después, tendrán ocasión de disculparse por la promesa incumplida: el rey Felipe VI, uno de sus admiradores fieles, les entregará en octubre el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades en la gala fastuosa que se celebra en el Teatro Campoamor de Oviedo.Un jurado presidido por el académico de la lengua Víctor García de la Concha anunció ayer la distinción al grupo por considerarlo "uno de los principales comunicadores de la cultura iberoamericana desde la creación artística y el humor".Eternos candidatos a este reconocimiento, el más prestigioso en el ámbito cultural español, los miembros de Les Luthiers se habían acostumbrado a festejar las sucesivas derrotas con el ánimo del himno militar de uno de sus primeros discos: "¡Perdimos, perdimos, perdimos otra vez!". Ayer los llenó de emoción haber torcido el destino. "¡Gracias, gracias, gracias! Este premio es una de las pocas cosas en toda nuestra historia, ahora podemos confesarlo sin rubor, que soñábamos con ganar", expresaron en un comunicado apenas se conoció la noticia.
Amor incondicional y mutuo
Más allá de las justificaciones, el premio es una celebración del amor incondicional y mutuo entre España y Les Luthiers. La historia no empezó del todo bien. Corría 1974, los estertores del franquismo. El sexteto formado entonces por Marcos Mundstock, Jorge Maronna, Carlos López Puccio, Carlos Núñez Cortés, Ernesto Acher y Daniel Rabinovich recaló en el teatro Marquina de Madrid, una sala chica cerca del Paseo de los Recoletos, para presentar Recital 73. Los críticos los cubrieron de elogios, pero fue un fracaso económico del que les costó reponerse.En Madrid los teatros les quedan chicos: en sus últimas visitas actuaron en el Palacio de los Deportes, una suerte de Luna Park en el barrio de Salamanca. El respeto y la admiración que despierta Les Luthiers en estas tierras habían quedado patentes hace cinco años cuando el gobierno de Mariano Rajoy les otorgó a sus integrantes la ciudadanía española en función del mérito.Pasaron siete años hasta que reaparecieron en España. Eran todo un culto. No había videos ni se editaban sus discos, pero los conciertos de Les Luthiers circulaban de mano en mano en casetes pirateados. Sus fans se sentían parte de una suerte de sociedad secreta y descubrieron que eran más de los que creían cuando función tras función se agotaban las entradas en el teatro Alcalá Palace. Desde entonces superaron las 1400 actuaciones en 75 ciudades de España. Ya tienen espectadores de "cuarta generación", les gusta alardear. Vuelan a la que llaman su "segunda patria" hasta tres veces al año.Ahora será el rey quien los honre. El Princesa de Asturias tiene una dotación de 50.000 euros y la reproducción de una escultura de Joan Miró. Los ganadores de las ocho categorías -Artes, Comunicación, Cooperación Internacional, Letras, Deportes, Concordia, Investigación y Ciencias Sociales- asisten a Oviedo a una semana de festejos que concluye con la ceremonia de premiación. López Puccio, Núñez Cortés, Maronna, Mundstock y los dos "nuevos", Horacio "Tato" Turano y Martín O'Connor (reemplazantes de Rabinovich), tendrán la ocasión de pronunciar un discurso delante del rey. ¿O acaso se animarán con una pieza musical?
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O'Connor, Turano, Núñez Cortés, Maronna, López Puccio y Mundstock foto: EFE
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La candidatura de Les Luthiers había sido propuesta por el lingüista Álex Grijelmo, que ayer celebró la concesión con un recuerdo especial a su amigo Rabinovich, fallecido en 2015. "Este galardón habría colmado de alegría a Daniel, el inolvidable Neneco. Él estaba pendiente de las noticias del día por si llegaba el premio más ansiado. La alegría que sentirá tanta gente al saber que se ha hecho justicia artística no podrá separarse de la tristeza por la ausencia de su voz y sus risas."Este 2017, cuando se cumplen 50 años del debut de Les Luthiers, parecía la ocasión ideal para homenajear a los inventores de la mandocleta (fusión de mandolina y bicicleta), la violata (el violín de lata) y la exorcítara (el arpa para ahuyentar demonios). Les ganaron a 28 postulantes entre los que figuraban el cineasta Martin Scorsese; los directores de The Washington Post, Martin Baron, y de The New York Times, Arthur Ochs Sulzberger Jr., y el biólogo Francisco José Ayala.Aunque muchas veces los postularon para el premio de las Artes, finalmente se quedaron con la categoría de Comunicación y Humanidades, la misma que obtuvo en 2014 el último argentino galardonado por la Fundación Princesa de Asturias: Joaquín Salvador Lavado, "Quino".
Referentes
"Son gente que trabaja con la palabra, los instrumentos musicales, la escenografía y la fantasía en un ámbito de libertad que es un referente para nuestra sociedad", explicó García de la Concha. Otra integrante del jurado, la filósofa Adela Cortina, añadió: "Han sido capaces de trasladar a generaciones enteras una forma de vivir crítica y risueña a la vez. Son unos comunicadores excepcionales y universales".El pensador Emilio Lledó, ganador del mismo premio hace dos años, se declaró fan del grupo y justificó su voto: "¡Me he reído tanto con ellos! El humor es algo que llena de esperanzas y es vital".Tendrá ocasión de verlos otra vez en septiembre. Ya vuelan las entradas para seis funciones de la antología ¡Chist! en el Palacio de Congresos de Madrid, un auditorio de 1800 localidades. Se promociona como la ocasión para disfrutar lo mejor de 50 años de trayectoria. Un canto a la nostalgia. Ya lo dijeron ellos tantas veces: "Todo tiempo pasado fue anterior".
España, de las giras al premio más deseado Lino Patalano
Les Luthiers debutó en España el 16 de mayo de 1974 presentando en el teatro Marquina el espectáculo Recital ´73, de la mano de Pepe Caturla quien fuera uno de los más grandes empresarios españoles y que junto a su mujer, Maricarmen Yepes -una actriz de un talento tan enorme como su gracia-, no sólo fueron sus productores en la Madre Patria hasta el fin de sus días, sino un par de queridísimos amigos. Caturla -como algunos otros valientes empresarios- se animó también a llevar a España a Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Jorge Cafrune y -entre muchos otros- a Julio Bocca aún cuando en esos comienzos las épocas no fueran del todo propicias, económicamente hablando. Así fue que la primera cena de 1974 -temporada en la que el éxito artístico fue enorme, pero la capacidad de la sala de apenas 500 lugares no permitía grandes gastos- se realizó en una pizzería a la vuelta del Marquina, y fue el puntapié inicial de lo que luego se convertirían -a partir del regreso del grupo en 1981- en lo que él dio en bautizar como "Grandes Giras Gastronómicas" en las que ya fuera una ciudad importante o un pequeño pueblo, siempre había un exclusivo restaurante esperando a los artistas. Esa costumbre fue heredada por todo el grupo y actualmente es una aventura de la que todos participan -tanto el equipo argentino como el español- y que consiste en encontrar cada vez un lugar para comer que sea mejor que el de la gira anterior anterior.Esto que cuento es histórico y soy testigo presencial recién a partir de 1996, año en que me uní a su grupo de trabajo y pude comprobar "in situ" todos estos hechos y de ver como todo el público español espera con ansias en el regreso cada año de estos artistas que se ganaron su cariño y admiración, y que desde el comienzo tienen la maravillosa mecánica de llevar a España como estreno el espectáculo que ya no representan en Argentina. En 2018 recién llevarán "Viejos Hazmerreíres", mientras en la Argentina estrenan en pocos días "Les Luthiers Gran Reserva"A lo largo de todos estos años, Les Luthiers ganó -entre otras múltiples distinciones- premios tan importantes como el Max a las Artes Escénicas y la condecoración de la Orden de Isabel la Católica, pero este Princesa de Asturias -que antes era Príncipe- fue por la enorme importancia que conlleva uno de los más deseados, sobre todo por Daniel Rabinovich que seguramente ahora estará feliz desde donde sea que nos mira. Y en mi caso, fueron muchos años de esperar despierto la decisión del jurado durante muchos años, a las cinco de la mañana hora argentina, para luego irme a dormir con el gustito amargo de saber que se lo había llevado otro. Hoy no fue así. No sólo no me volví a dormir, sino que todavía ahora, siendo casi las 5 de la tarde, todavía tan excitado como cuando escuche que al fin el Princesa de Asturias ya estaba en manos de estos queridos artistas. El autor es productor teatral.
"La parodia del culturismo que se mantuvo vigente"
Constanza Bertolini
Quino atiende el teléfono y toma la sopa. No es como su Mafalda: a él le gusta. Este mediodía, además, el dibujante está especialmente contento porque Les Luthiers obtuvo el premio Princesa de Asturias, el mismo que él ganó hace tres años. "¿¡Pasaron tres años ya!?", se sorprende. "Ellos estuvieron a punto de recibirlo varias veces -recuerda-. Representa un premio a la Comunicación, cosa que ellos hacen muy bien, como lo garantizan los años que llevan trabajando juntos, porque constituyen una especie de milagro: es raro que durante tanto tiempo un grupo así siga unido, sin peleas.Como Mafalda en aquel 2014 de inagotables celebraciones, Les Luthiers está festejando sus 50 ahora, factor que no hace más que reforzar el carácter de reconocimiento a la trayectoria que tiene este galardón. También en coincidencia con Quino, el ahora sexteto tiene al humor como forma de expresión artística. "Ellos demostraron ser únicos. La clave de su éxito, de la carrera tan fructífera y larga que tienen, está en ese humor tan extraño para este país, donde existe la tendencia de hacer reír con cosas groseras. Les Luthiers siempre manejó una calidad excepcional, en lo musical también. Nunca se vulgarizaron ni bajaron su nivel. Además son muy modestos, no son fanfarrones. El premio es simpático y ellos son muy simpáticos también", insiste Quino en el juego de las coincidencias. Y les augura a los integrantes del grupo mucha diversión con este premio, que además de un cheque por 50 mil euros y una escultura de Miró -que Quino exhibe en su casa- entrega una serie de latitas con chiches. "Del dinero ni me acuerdo, me lo debo haber gastado -se ríe-. Pero me dieron unos ladrillitos de goma de colores para armar casitas, muy lindos."Como medio siglo de carrera exige renovarse, para mantener la calidad y sobre todo la vigencia, personalmente Quino cuenta que cada día anota las ideas que se le van ocurriendo en una libreta. "Es muy difícil igual. Una de mis obsesiones fue evitar repetirme, y llegó un momento que me di cuenta de que lo estaba haciendo. El discurso de Mafalda estaba agotado y por eso dejé de hacerla, aunque los problemas que trata se van renovando y algunos están cada vez peor (ahora tenemos al señor Donald Trump que ha venido a traer un conflicto que hay que ver cómo lo resuelve este guapo..., que lamentablemente no es del 900). Les Luthiers, en cambio, se mantuvo muy bien a través de las décadas, con mucha altura. Se han preocupado por hacerlo seriamente, con esa especie de parodia del culturismo tan suya. De modo que estoy muy contento con este premio. Además se había generado algo medio feo: decían que se lo iban a dar a ellos y me le dieron a mí, así que hay final feliz para esa tonta rivalidad nuestra que se había creado."A propósito de cumplir 50, hoy Quino estará en la Feria del Libro soplando las velitas por el medio siglo de De la Flor. "Estamos todos cincuentones", suspira, a sus 84. Y deja oír el ruido de la cuchara contra el plato.
Una distinción que nació hace 50 años Marcelo Stiletano
La elección fue obra de un jurado integrado por juristas, filósofos, lingüistas, filólogos, escritores y comunicadores de prestigio. Un grupo de expertos consumados en las mismas artes muy serias que Les Luthiers celebra en clave de divertimento desde hace cincuenta años. De esa deliberación interdisciplinaria surgió el veredicto: el jurado identifica al grupo como "referente de libertad de la sociedad contemporánea" y destaca la importancia decisiva del humor en su obra. Sugiere que Les Luthiers ha logrado vencer al tiempo del modo más original desde el lenguaje, desde la música y desde el ejercicio escénico. No hizo otra cosa que ponerle un nombre y un título definitivo al mismo premio que el público argentino le viene otorgando a Les Luthiers, aplauso tras aplauso, desde 1967.
Actores brillantes de tempo exacto
Pablo Gorlero
Más allá de sus habilidades y talento como músicos o cantantes, si hay algo que hace distintivos a los muchachos de Les Luthiers es su calidad actoral. Es indudable que Daniel Rabinovich y Gerardo Masana fueron actores maravillosos, al igual que Marcos Mundstock, Carlos Núñez Cortes, Carlos López Puccio, Jorge Maronna y Martín O'Connor. Son comediantes magníficos, reyes del timing, de la réplica y capaces de hacer un gag mientras ejecutan los más complicados instrumentos. Son creadores de historias. Cada una de sus creaciones contiene un puñado de historias o de situaciones, y para esto es necesario contar con grandes intérpretes. Las escenas teatrales de Les Luthiers son una partitura en sí misma. Así pueden darle a un remate carácter de glissando o a una réplica pícara, un calderón. Ellos hacen música con la palabra y con el humor. Quien haya visto más de una vez un mismo espectáculo podrá notar que allí hasta las inflexiones de voz se dicen de la misma manera. Es un organismo escénico perfecto, en el que hay otra cualidad que los vuelve más especiales aún: el trabajo unívoco que hacen en conjunto. Además, ellos hasta parecen divertirse, y ahí está la clave del disfrute continuo que logran en el público.
Con la música del pasado por delante Pablo Gianera
No hay que olvidarse de que Les Luthiers nació a la vida pública al amparo del Instituto Di Tella, es decir, bajo el ala de la neovanguardia de los años sesenta. Esta particularidad resulta crucial para entender cuál fue su verdadera novedad. En cierto modo, y sin saberlo, Les Luthiers lleva al extremo del espectáculo la idea del teatro instrumental que Mauricio Kagel imaginó en 1966, es decir, un año antes de la fundación del grupo. Sin ir más lejos, algunas obras del propio Kagel, como Tango alemán o Dos hombres orquesta (la misma voluntad para inventar instrumentos), podrían sin sobresaltos haber sido de Les Luthiers.Es claro que el grupo llevó la parodia a un grado inusual del refinamiento, pero lo hizo según las reglas de su tiempo, o según eso que suele llamarse el espíritu de la época. Les Luthiers sólo es comprensible en una escena artística "post", que entiende el pasado como un depósito colosal de materiales disponibles. Basta pensar en La bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa o en la Cantata del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras. Las dos recuperan formas pasadas, prestigiosas y ya vacías (el madrigal o, justamente, la cantata) y las llenan de otros materiales. Los músicos de Les Luthiers fueron los primeros posmodernos de estas costas.
"La gente usa nuestro humor como un espejo"
Mientras el grupo festeja su medio siglo, dice que este reconocimiento es la frutilla del postre
Mauro Apicella
Con el Premio Princesa de Asturias 2017, que acaba de ganar, Les Luthiers tiene más exposición que Pampita y la China Suárez juntas. Marcos Mundstock escucha la comparación y larga una carcajada. Ayer, este hombre, que no tiene fama de madrugador, amaneció muy temprano con la gran noticia que llegaba de España y pasó toda la mañana conversando con los medios que lo llamaron por semejante premio.La fama no es puro cuento -a pesar de que así lo refrende el tango-, pero para muchos es un fulgor pasajero que hace que, por alguna circunstancia puntual, algunos nombres estén en boca de todos. El caso de Les Luthiers es distinto porque ellos siempre fueron distintos. Únicos. Hasta se podría divagar y decir que el rubro en el cual fueron nominados y premiados, Comunicación y Humanidades, podría formar parte de uno de sus históricos sketches. Pero esta vez el humor no estuvo ni cerca del debate de quienes los eligieron, de una lista de 28 candidatos en la que también aparecían figuras como Martin Scorsese. El presidente del jurado, el ex director de la Real Academia Española Víctor García de la Concha, dijo que con sus actuaciones Les Luthiers fue "un espejo crítico y un referente de libertad en la sociedad contemporánea"."No sabría decirte a qué apunta con lo de referente de libertad -analiza Marcos Mundstock-; quizá por lo creativo de imaginar un estilo que no existía antes. En cuanto a lo de ser un espejo, creo que de algún modo es lo que pasa con la gente. Si bien no somos masivos como un programa televisivo de éxito, nuestro público manifiesta el hábito del teatro y del concierto y se identifica con nosotros. Hacemos humorismo hablado, textual, y la gente se acostumbró a usarlo como espejo. Usan nuestras frases."El Princesa de Asturias es un premio a la trayectoria que llega justo cuando el grupo cumple 50 años. "La frutilla del postre. O la fresa del postre, se diría en España", acota Marcos. Además, reconoce que si bien el grupo ha hecho una larga carrera en la península ibérica, con giras de dos meses al año que comenzaron en 1974, durante el final del franquismo, este premio no se circunscribe a Hispanoamérica, como sucede con el Cervantes, porque no está enfocado en la lengua española.Es más universal", dice Mundstock. Y es universal como ellos. "Nunca fuimos muy rupturistas. Jamás se nos dio lucirnos por ese lado. En el [Instituto] Di Tella se veían personajes muy vanguardistas. Teatro experimental. Nosotros hacíamos un espectáculo, para usar un término de las artes plásticas, bastante figurativo. Éramos muchachos de veintipico, estudiantes universitarios, en una época en la que todavía se usaban saco y corbata. Pero inventamos una cosa que tuvo repercusión, con un humor intemporal que funcionó sin que nos lo hubiéramos propuesto", resume Mundstock.A pesar de que el premio llega luego de varios años de nominaciones, su esencia siempre tuvo mucho que ver con Les Luthiers. Tanto que en las primeras giras españolas se presentaron en el teatro Campoamor, de Oviedo, donde serán galardonados oficialmente, el 20 de octubre próximo.
Fuente: lanacion.com
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