Por Sim Sim Wissgot
Los museos vieneses proponen una mirada íntima sobre el pintor austríaco
Gustav Klimt a raíz del 150º aniversario de su nacimiento, revelando
facetas casi desconocidas del personaje, incluida una dosis de
cursilería.
Nacido el 14 de julio de 1986 y fallecido en 1918, Klimt se labró en
el siglo XX un amplio reconocimiento internacional incluso más allá de
la esfera puramente artística, al punto de que Viena usa su célebre
cuadro "El beso" en sus campañas oficiales de publicidad.
Sin embargo, su trabajo provocó fuertes reacciones al inicio del
siglo XX, con su obra que alternaba entre la opulencia y personajes
claramente atormentados.
El museo Leopold expondrá las 400 cartas y mensajes intercambiados
con su viejo amigo Emilie Floge, que dejan al descubierto una
personalidad fantasiosa y tranquila.
"Quería mandarte una tarjeta graciosa, pero primero tengo que superar
la enorme estupidez de los seres humanos. Afectuosamente, Gustav",
escribió en una de sus notas a Floge.
También se expondrán diversas fotografías de Klimt, con su delantal
deforme, el pelo rebelde y una sonrisa maquiavélica, o sosteniendo un
gato en brazos.
El museo Wien decidió aprovechar la oportunidad para mostrar "un
artista estelar, cuya desgracia es que todo el mundo cree conocerlo muy
bien": expondrá objetos marcados por la cursilería.
Al inicio de este año el museo había usado la red social Facebook en una campaña para encontrar "lo peor de Klimt".
En total, fueron seleccionados 140 objetos, incluyendo una tapa de
inodoro decorada con motivos de su obra, y un huevo que se abre y expone
a la pareja del cuadro "El beso" mientras se escucha la canción "Can't
Help Falling in Love", de Elvis Presley.
El museo Wien expondrá su colección completa de Klimt, incluyendo la
máscara mortuoria del artista y más de 400 obras entre las que destacan
algunas de sus inicios como alumno en la Escuela de Bellas Artes.
"Queremos una visión íntima en el desarrollo de Klimt y de su obra, y
nos proponemos ofrecer un plan general sobre el artista", dijo el
director del museo, Wolfgang Kos.
Por su parte, el tradicionalmente serio Museo de Belvedere, que
abriga "El beso", organizó un "Concurso de sosias de Gustav Klimt y de
Emilie Floge", que se realizará el 14 de julio.
Los que prefieran concentrarse en las obras centrales del artista también tendrán su espacio.
La Galería Secesión -nombre del movimiento artístico del que Klimt
fue uno de los creadores- expondrá los siete paneles del famoso "Fresco
de Beethoven", presentado en 1902, aunque los visitantes podrán apreciar
la impresionante obra sobre una plataforma a más de tres metros del
suelo.
En tanto, un documental en video ofrecerá detalles sobre la trabajosa reconstrucción del fresco, que había sufrido serios daños.
Klimt fue una las principales figuras del arte en Viena en momentos
en que la capital austríaca era, junto con París y Berlín, uno de los
centros culturales y artísticos de Europa.
En ese momento coincidían en Viena figuras como Sigmund Freud, los
arquitectos Adolf Loos y Otto Wagner, y el entonces joven pintor Egon
Schiele, un discípulo de Klimt.
Actualmente, la obra de Klimt puede ser apreciada en Viena en
paragüas, bolígrafos o una multitud de objetos a la venta para turistas.
"Klimt se convirtió, de forma póstuma, en una de las mejores agencias
de publicidad para Viena", dijo Kos, director del museo Wien.
Fuente: AFP
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