MUSEOS EN LOS TIEMPOS DE LA PANDEMIA


Funcionarios y galeristas coinciden en que, aun tras la cuarentena, la masividad no volverá.

La mona lisa en Nueva York. Masas y museos
                   La mona lisa en Nueva York. Masas y museos, una imagen que ya no veremos. En los años 60, Jackie Kennedy
                   gestiona la llegada de la famosa obra al Metropolitan. Malraux, ministro de cultura francés, viaja con ella.



Ana Martínez Quijano


El mundo ha dado un giro gigantesco. Mientras gran parte de la humanidad cree que nada volverá a ser igual, el arte de todos los tiempos invade las pantallas, desde las de los teléfonos móviles hasta las de la TV o la PC. Día a día aumentan, en el circuito de internet, las presentaciones, ferias, exposiciones, charlas y una programación socio-cultural más activa que nunca. La oferta es imparable y llueven invitaciones a través de las redes y correos. El MoMA neoyorquino acaba de anunciar sus cursos de arte contemporáneo a la par de los museos de menor envergadura. La pandemia ha puesto en jaque el pujante mundo del arte y las consecuencias financieras afectan a todos, instituciones y artistas. El poderoso Metropolitan de Nueva York anunció un déficit presupuestario de 100 millones de dólares; mientras el Prado de Madrid da por perdidos alrededor de 20 millones de euros sólo en recaudación de entradas (el 75% de su presupuesto). Los museos de EE.UU., país donde la cultura cuenta con financiación casi exclusivamente privada, estiman una pérdida colectiva de alrededor de 33 millones de dólares diarios.
Mientras se estrechan los ingresos, las asociaciones de amigos de los museos aumentan su creatividad para recaudar fondos. En la Argentina, la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes logró dejar atrás la acción determinante de la filantropía con las matrículas de sus cursos y ahora ofrece beneficios especiales para los nuevos socios. Por su parte, los Amigos del Museo Moderno porteño ponen en el candelero su fondo editorial con sus noches de libros y vino, charlas de artistas, críticos, coleccionistas y galeristas, para descubrir diferentes facetas del arte. Cuando falta apenas un día para el cierre de la feria online arte BA, el Malba convocó a la prensa para realizar sus compras y afianzar, con un extenso “comité científico” de asesores, el interés por el arte conceptual y político, presente en un retrato donado por Sergio Quattrini perteneciente a la serie “Bajo el sol negro” de la excelente artista peruana Milagros de la Torre. Vuelve a advertirse la determinación de exaltar el arte feminista y gay en una cita a la Mona Lisa de Duchamp extremadamente explícita, desde el título: “El pene como instrumento de trabajo/ Para quitarle a Freud lo macho” (1982). Fotografía y máscara recortada de Maris Bustamente, quien recuerda a los hermanos Chapman. De este modo debuta la nueva directora, Gabriela Rangel.Y a las propuestas institucionales se suman los artistas con recorridos por la intimidad de sus hogares y charlas explicativas de sus obras.
El ministro de Cultura de la Ciudad, Enrique Avogadro, señaló la necesidad de valorar cuestiones que permanecieron en segundo plano durante la euforia de los récords de visitantes a los museos: “temas relacionados con el desarrollo social, la educación, la consolidación de la identidad” y, “el área del patrimonio”. “En todo el mundo se planifican medidas de seguridad e higiene que modifiquen los hábitos de los visitantes cuando reabran los museos”, dijo a este diario. “Esta tendencia significa dejar de lado los términos cuantitativos para medir el éxito de una muestra, o, al menos, que el número de visitantes no sea el único parámetro para evaluar la calidad; es decir, la cantidad de visitantes no va a ser el indicador fiable de la relevancia de una exposición, habrá que encontrar otros parámetros relacionados con el desarrollo social, la educación, la consolidación de la identidad y las respuestas más esenciales que el arte y la cultura vienen a interpelar y a responder. El museo juega un papel fundamental en la conservación del acervo cultural. Y será un desafío la tarea de reforzar las estrategias de investigación y difusión y el intercambio a través de medios digitales, y adaptarnos a las estrategias presenciales controladas”.


Fuente: ambito.com

FANTÁSTICA VISITA VIRTUAL 360 GRADOS A LA CATEDRAL DE NOTRE DAME ANTES DEL INCENDIO DE 2019


Revisite Notre-Dame y toda su gloria con este impecable video de 360°.

Meses antes de que la Catedral fuera severamente dañada por el fuego, un equipo de camarógrafos de la BBC de Londres filmó la totalidad de la icónica estructura.


Semana



Entrar al siguiente link:      https://bbc.in/2IEOhVq



Fuente: BBC

CULTURA DISTRIBUYE UNA GUÍA CON RECOMENDACIONES PARA GARANTIZAR LA DESINFECCIÓN Y PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL


Hoy se remitirá el documento a todas las comunidades autonómas y a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado

Patio de los Leones, en la Alhambra de Granada
                   Patio de los Leones, en la Alhambra de Granada - ABC


El Ministerio de Cultura y Deporte ha distribuido una serie de recomendaciones para garantizar que las medidas de desinfección en el patrimonio cultural obligadas por la crisis del Covid 19 sean compatibles con la protección de los bienes culturales.
El Ministerio, se anuncia en un comunicado, ha enviado una nota a todas las comunidades autónomas en la que se invita a reflexionar sobre los efectos de la pandemia en el patrimonio cultural, el cierre de instituciones, las prácticas de desinfección aplicadas en el ámbito de los bienes culturales y las futuras repercusiones económicas.
Antes de actuar en la desinfección sobre los bienes culturales, el Ministerio llama la atención también sobre la necesidad de consultar las intervenciones con los responsables del cuidado y tutela del patrimonio cultural para determinar la vulnerabilidad de cada elemento y las mejores alternativas para evitar daños innecesarios.

«Insistiendo en que, en situaciones como las actuales y como no puede ser de otro modo, la prioridad absoluta es la protección de la vida humana -dice la nota enviada por el Ministerio-, es evidente que la mayor parte de estas prácticas de desinfección que ilustran las imágenes,
 utilizan compuestos como el etanol o el peróxido de hidrógeno, pero sobre todo productos derivados de la química del cloro. Estos productos pueden ocasionar graves efectos dañinos en el patrimonio cultural, ya que la inmensa mayor parte de los materiales constitutivos de los bienes culturales, desde el material pétreo hasta el textil, son sensibles a estos agentes clorados, fuertemente oxidantes y con gran capacidad para alterar los colores y destruir pigmentos, pátinas o capas de protección de todo tipo. A ello habría que añadir el hecho de que estos agentes y sustancias pueden tener también consecuencias nocivas para la salud humana y para el medio ambiente».
«Protejamos el patrimonio cultural por medios sostenibles y compatibles con los objetivos perseguidos por la desinfección -concluye la nota-, para garantizar el futuro de los bienes que han superado esta pandemia fatal; no destruyamos de forma inconsciente los recursos culturales, que son recursos sociales, económicos y científicos, y una importante fuente de empleo, garantía de desarrollo».
El Ministerio de Cultura ha enviado también un documento titulado «Recomendaciones sobre procedimientos de desinfección en bienes culturales con motivo de la crisis por COVID 19», elaborado por varios técnicos del Ministerio. En él se establecen una serie de consejos para preservar los distintos monumentos y espacios.
«En cuanto a los bienes culturales que se encuentran en espacios públicos -se dice-:
»En la desinfección mediante pulverización de espacios cercanos a los bienes culturales (por ejemplo, cascos históricos, plazas públicas, parques o calles) se evitará rociar de manera directa los objetos o edificios de valor histórico-artístico.
»En el entorno directo de los bienes culturales (a menos de un metro de distancia, como aceras próximas o zócalos de edificios) se utilizará preferiblemente una disolución de etanol disuelto al 70% en agua proyectada a baja presión. Como indican las autoridades sanitarias, esta solución desinfectante resulta efectiva frente al virus y a su vez su pulverización resulta menos dañina que la de hipoclorito sódico (lejía) sobre materiales como la piedra, el ladrillo, la madera y el metal.
»Los tratamientos desinfectantes se evitarán siempre en las proximidades de los bienes culturales policromados (por ejemplo portadas de iglesias o retablos) siendo mucho más recomendable el vallado perimetral para evitar la aproximación y contacto directo de las personas.
»Nunca es recomendable tocar de manera directa los bienes culturales pero esta premisa, en una situación como la de ahora, es todavía más necesaria. Los virus solo pueden desarrollarse en los seres vivos pero la permanencia de partículas víricas (provenientes del contacto directo o por la saliva) sobre las superficies puede suponer un foco de contagio. De esta forma también se evitará la necesidad de aplicar productos de limpieza o desinfección sobre los bienes culturales.
»Por último, y de manera general, conviene recordar una serie de indicaciones comunes:
»Todos los procesos de limpieza y desinfección se realizarán siempre con los correspondientes EPIs que garanticen la seguridad del personal trabajador.
»Es fundamental conocer la naturaleza y composición de los productos a utilizar en la limpieza así como del bien cultural sobre el que se van a aplicar, para valorar la compatibilidad de ambos.
»Asimismo se deben evitar mezclas de productos sin conocer de antemano su compatibilidad. Es el caso de la conocida reacción entre la lejía (hipoclorito sódico) y el amoniaco que genera vapores de elevada toxicidad.
»Ante cualquier duda con los procesos de limpieza y desinfección lo mejor es no aplicar ningún tratamiento, ya que se pueden generar daños irreversibles sobre el patrimonio cultural. Lo más recomendable es consensuar todas las medidas con los profesionales del ámbito de la conservación-restauración».


Fuente: lanacion.com

UNA MUESTRA "REABRE" EL CASO DEL CONMOCIONANTE ROBO
AL MUSEO DE BELLAS ARTES

Detalle de la obra "Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires", de Juan Manuel Blanes, cuyo boceto fue robado en la Navidad de 1980, y que se volvió fatalmente actual
   Detalle de la obra "Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires", de Juan Manuel Blanes, cuyo boceto fue
   robado en la Navidad de 1980, y que se volvió fatalmente actual



   Fernando García
Una parte invisible del armado de una muestra es la investigación previa que sostiene el relato curatorial o nutre el catálogo. Es algo así como lo que no se muestra de la muestra, aquello que no veremos. En el caso de "Lo que pasó en la Navidad de 1980" se trata justamente de desplegar en el espacio un trabajo de documentación e investigación en el marco de una ficción expositiva. Esta exhibición de los jóvenes curadores y artistas Santiago Villanueva y Paula Castro trae al presente el conmocionante robo al Museo Nacional de Bellas Artes de diciembre de 1980, cuando fueron sustraídas 23 piezas de la colección Santamarina valuadas en 20 millones de dólares y dos obras de la colección del Museo : una pintura ( El vendedor de diarios ), de Valentín Thibon de Libian, y el boceto de Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires (1871), de Juan Manuel Blanes , que se volvió fatalmente actual. En medio de la pandemia, claro, la galería Isla Flotante tuvo que cerrar sus puertas hasta nuevo aviso y la inauguración, casi privada, quedó registrada en la cuenta de Instagram del coleccionista Gustavo Bruzzone.
Si bien el arte contemporáneo ha desplegado incesantes estrategias de apropiación y revisión de la historia del arte (muestras sobre muestras anteriores, réplicas irónicas de obras), la idea de Villanueva y Castro pareciera ir un paso más allá: se puede hacer arte hasta con las noticias y el archivo del arte. Un antecedente posible es la muestra que José Berni, hijo del maestro rosarino, realizó con réplicas de las 17 obras robadas en agosto de 2008 en el Centro Cultural Borges.    

Sin embargo, la muestra de Isla Flotante va más allá y se propone revisar la poco estudiada relación del Bellas Artes con el poder en los años de la dictadura militar. Si bien Villanueva y Castro no tienen pretensiones de ofrecer una respuesta al caso, que nunca tuvo culpables excepto la supuesta vinculación de la banda de Aníbal Gordon, toda la dramaturgia expositiva gira en torno a un objeto casi secreto.

Se trata de un libro autoeditado en 2013 por la cineasta Patricia Martín García (1956-2018) del que sobreviven apenas tres copias (una de ellas en la biblioteca del propio MNBA).                                                                                     
Según Villanueva, el libro era la investigación para una futura película y sobre la base de muchísimas entrevistas arriesga una hipótesis que la muestra pone en foco. En la sala se pueden ver algunos objetos que se desprenden de aquella investigación. Se exhibe el catálogo de la muestra "El oro en Colombia", inaugurada en el museo poco antes del robo y cuya seguridad fue encargada por la Asociación Amigos del Museo a la empresa Magister Seguridad Integral, que dirigía el general retirado Otto Paladino, exjefe de la SIDE nombrado por Videla. La investigación de Martín García afirma que Paladino tuvo en su poder los planos del museo y lo involucra con el posterior robo. "Este catálogo, y exposición, es en un punto la bisagra que conecta el robo con el gobierno y deja a la vista las conexiones entre organismos de seguridad públicos y privados para encubrir actos delictivos cometidos por el mismo gobierno", explican Villanueva y Castro. La hipótesis final del libro es que el robo fue ejecutado por la misma dictadura para intercambiar el tesoro impresionista de los Santamarina por armas de guerra en Taiwán, muchas de las cuales terminarían luego en el arsenal de Malvinas.
Laexposición "Lo que pasó en la Navidad de 1980", que en cuarentena se puede ver en redes, se basa en una investigación hasta ahora desconocida que formula una nueva hipótesis
  La exposición "Lo que pasó en la Navidad de 1980", que en cuarentena se puede ver en redes, se basa en una
  investigación hasta ahora desconocida que formula una nueva hipótesis 


Otro objeto que la muestra saca a la luz es el libro Delitos contra la propiedad (Editorial Universidad), de la jueza Laura Damianovich, que fue material de consulta en la Facultad de Derecho durante los años 80 y 90. Damianovich tuvo a su cargo el caso del robo al Bellas Artes y el 1° de julio de 1983, aún en dictadura, fue destituida por "mal desempeño de sus funciones e inhabilitación para ocupar otro cargo oficial".                                         
Según
 Pasaporte al olvido , durante la investigación numerosos empleados del museo sin vinculación con el robo fueran torturados. También en ese lapso fue secuestrado el curador jefe del Bellas Artes, Samuel Paz; todo una ironía, por que había sido justamente Paz quien consiguió que los Santamarina terminasen donando ese patrimonio al Estado argentino. La Justicia mostró entonces al sereno del museo como el único culpable y lo 
tuvo preso veinte días.

                                               La exposición hace arte con las noticias y el material de archivo                                                                                                                y formula su propia hipótesis

En la muestra, el libro de Patricia Martín García se transforma en un fanzine (las revistas de edición independiente de la subcultura punk) entremezclado con el expediente del caso en 2002, cuando, tras una alerta internacional, comenzó la investigación para repatriar tres obras de Renoir, Cezanne y Gauguin que habían aparecido en París . Las obras volvieron finalmente al Bellas Artes en 2005. Las otras siguen sin aparecer. Las páginas de estética underground mezclan imágenes de las obras robadas con las noticias que aparecieron entonces en la prensa. Villanueva tiene antecedentes en el uso del archivo como soporte. En 2013 había armado una muestra sobre la base de los obituarios de 300 artistas argentinos del siglo XX publicados en diarios como La Prensa, La Nación y Clarín.                                                      Para esta muestra eligieron que los objetos relacionados con la historia del robo no estuvieran dispuestos en vitrinas, como manda la museografía, sino que montaron dispositivos ortopédicos de carácter neosurrealista (como resulta de una muleta gigante despojada de su funcionalidad). Dice Villanueva que es un señalamiento de las características históricas del arte argentino. "Nuestro arte siempre ha sido ortopédico, porque se construyó sobre la base de faltantes". En la recorrida virtual vía Instagram se puede ver una reproducción de Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires , cuyo boceto, un documento muy valioso, todavía sigue sin recuperarse. En plena cuarentena, el misterio de por qué robaron esa pieza junto al conjunto impresionista parece profundizarse todavía más.

Fuente: lanacion.com