Para impulsar su propia corriente artística, un dúo
de polacos el domingo pasado pintó una pintura clásica de Mark Rothko
que exhibía la Tate Modern de Londres. Uno de ellos está detenido y
clama su inocencia: "Yo no soy un vándalo", dice.
Por Marcela Mazzei
El domingo pasado, un hecho violento sacudió las agencias de noticias y cerró la galería Tate Modern de Londres. Un joven visitante que había estado un rato observando los murales de Mark Rothko, se acercó a Negro sobre marrón y con una brocha con pintura negra escribió sobre la pintura en un área pequeña: “Vladimir Umanets, una posible pieza de Yellowism”. Por supuesto que el sospechoso, que salió rápido de la galería de arte contemporáneo más visitada del mundo –que recibe 4,7 millones de personas al año y tiene entrada gratuita– fue y continúa detenido. Y la búsqueda de las motivaciones del delincuente, casi un género narrativo en sí mismo, enseguida guió a los observadores a esa extraña palabra: ¿qué significa Yellowism? ¿Por qué alguien cometería ese acto brutal en su nombre?
"Algunos piensan que estoy loco o
que soy un vándalo, pero mi intención no era destruir la pintura", dijo
el detenido Wlodzimierz Umaniec, el joven polaco de 26 años conocido
también como Vladimir Umanets, que dice ser estudiante de arte y uno de
los fundadores del Yellowism (algo así como Amarillismo). "Yellowism no
es arte, y tampoco está en contra del arte", le aclaró Umanets al Telegraph
británico el unes. "Es un elemento de la cultura visual contemporánea.
No es un movimiento artístico. No es arte, no es la realidad, es sólo
Yellowism. La diferencia principal entre Yellowism y el arte es que en
el arte hay libertad de interpretación, en Yellowism no hay libertad
para interpretar, todo se trata de Yellowism. Eso es todo".
Grandilocuente
y fundamentalista, su discurso no conformó a los que seguían detrás de
las motivaciones: por qué alguien escribiría una suerte de etiqueta o
tag graffitero sobre una pintura de 8000 dólares sin ningún
remordimiento. Umanets admitió haberlo pintado pero negó que su
intención fuera dañar el mural del artista de origen ruso que a los diez
años emigró a Estados Unidos y llegó a convertirse en uno de los
referentes del expresionismo abstracto.
Entonces aparecieron algunas pistas. Yellowism tiene un sitio web, un canal en Youtube y una página de Facebook.
El movimiento –o como sea que se llamen a sí mismos– al parecer comenzó
el 15 de noviembre de 2010 en Giza, Egipto, donde el dúo formado por
Umanets y su compañero Marcin Lodyga inauguró su primera exposición, Flattened to Yellow,
en una galería de 15 Damasco Street. En fotos de la exposición se puede
ver una habitación pintada de amarillo con las palabras "Jamon Jamon"
pintado en una pared (el nombre de una de las primeras películas de
Penélope Cruz). El subtítulo de la muestra, "Natalia Vodianova Cámara
Yellowistic", en referencia a una top model rusa, los revela mundanos.
Unos
cuantos manifiestos después, se llega a entender que un objeto o una
obra de arte que participa en una exposición de Yellowism pasa a formar
parte del movimiento; y lo mismo sucede cada vez que firman una obra con
el nombre del movimiento. No importa de qué obra se trate. La
significación que tenía hasta entonces, hasta convertirse en un trabajo
de Yellowism, desaparece. Así sea parte de la serie "Seagram", realizada
por encargo por Rothko en los años 60 para el hotel Four Seasons de
Manhattan (donde nunca se instaló) y valuada en 80 millones de dólares.
Para
algunos, Yellowism es una actualización del Situacionismo y del arte de
la apropiación. Para otros, en todo caso, una actualización equivocada,
violenta y aborrecible. Mientras que Duchamp se apropió de un urinario
y, con su firma, creó una obra de arte, Umanets cree que cualquier obra
de arte existente se puede transformar en una obra de Yellowism
añadiéndole su propia firma. "Yo no soy un vándalo", le juró al
Telegraph. "En Yellowism, todas las interpretaciones posibles se reducen
a una, se igualan en el amarillo".
No One Lives Forever
se llamó la tercera exposición del grupo, en mayo de 2001 en una
antigua fábrica de cerveza en Londres. Tiene una web propia, donde se
lee que entre los artistas participantes estuvieron Damien Hirst, el
artista polaco Miroslaw BalKa y el diseñador Neville Brody. Una pieza de
jazz suena mientras el usuario permanece allí. En alguno de los videos,
los socios se pasan un rato pintando una sala de galería de amarillo;
en otros, comen en un McDonald’s.
Si dentro del ámbito del arte el
vandalismo es la transgresión final, donde los vándalos oscilan entre
la fascinación y la repugnancia, que haya sido una pintura de Rothko
para muchos es una afrenta grave. En Houston está la Capilla Rothko, un
santuario para la gente que cree en Dios o simplemente en Rothko; mirar
sus pinturas es una experiencia espiritual para muchos de sus
seguidores. Uno, muy enojado, escribió en el muro de Facebook de
Yellowism: "Felicidades, la próxima vez que vaya a una galería y tenga
que ver arte a través de una vitrina de acrílico o tenga a un guardia de
seguridad respirándome la nuca, destruyendo toda intimidad que se pueda
tener con una pieza de arte, ya sé a quién le voy a agradecer”.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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