CASI ANÓNIMOS, CON EL SELLO DE BENEDIT




Se exhiben en la Torre YPF piezas de Luis Benedit diseñador. Son trabajos “asépticos, casi anónimos”, como él quería, pero llevan paradójicamente la inconfundible impronta del artista.

Por Laura Casanovas
 
Solía preguntarse dónde se encontraba ese límite a partir del cual una pieza pasa de ser un diseño sólo utilitario a ser, además, una obra de arte. Y se respondía que era muy difícil precisarlo. Ambas, pregunta y respuesta, se convertían en un vital estímulo a partir del cual Benedit creaba.
Lo atestiguan sus trabajos y reconocida trayectoria, que concluyó al morir en abril del año pasado, cuando preparaba una exposición que lo mostraría en su faceta de diseñador. Había elegido como eje conceptual de la exposición esa indagación sobre el límite indefinido entre arte, diseño y arquitectura, disciplinas en las que trabajó por igual a lo largo de su vida.
Esa muestra es Luis F. Benedit, Diseñador , que se presenta en el marco del programa Arte en la Torre, de la Fundación YPF, y conserva varias de las ideas proyectadas por el artista, a la vez que lleva la marca del homenaje debido a su partida, a los 73 años.
Fernando Farina, curador de la muestra, fue testigo del gran interés del artista en este proyecto. Si bien la desazón que produjo su muerte hizo pensar que no tenía sentido continuar sin él, se decidió finalmente a concretar la exposición al recordar el entusiasmo que le generaba, y con la colaboración de su familia. Nunca había exhibido sólo sus objetos de diseño.
La idea original era mostrar varios diseños nuevos de distintos tipos, especialmente producidos para esta ocasión. Debido a su muerte, se hicieron sólo dos de ellos: los refinados “Sillones YPF” y las tres mesas circulares de diversas maderas, cuyas patas llevan en el extremo inferior la forma del dedo pulgar del artista en bronce niquelado. El resto de las 50 piezas exhibidas entre sillas, sillones, mesas, cómodas, cajoneras, cuchillos, lámparas, banquetas, entre otras, pertenecen a coleccionistas y familiares del artista.
Benedit decía que un diseño “bien concebido es aséptico, estético y casi anónimo”. Si bien pensaba cada objeto en función del contexto, en la muestra, al ver las piezas sobre tarimas, por momentos olvidamos por completo su utilidad y nos adentramos en la claridad y elegancia de sus líneas, colores y texturas.
“Fue un innovador nato en la creación de estilos de muebles y en la práctica, decorando infinidad de lugares como hoteles, oficinas y demás”, escribió Patricia Rizzo en su texto para el catálogo de la exposición, donde recordó que para el artista no había “diferencia en la contemplación de un fragmento de asta de ciervo o en la línea ergonómica de una Ferrari (…)”.
Entre los objetos exhibidos, los cuchillos, las sillas realizadas con huesos, los espejos grabados con imágenes de caballos o la “cómoda Gaucho” remiten al interés de Benedit por la tradición gauchesca, el ámbito rural y la búsqueda de una memoria cultural y regional, que encontramos también en su producción plástica. Este vínculo databa de la infancia, cuando pasaba los veranos en el campo de su padre en Entre Ríos.
Las libretas de apuntes de ideas, las maquetas y los dibujos permiten apreciar el proceso creativo del artista. “Se le ocurrían cuatro cosas a la vez, por eso quisimos también mostrar la usina creativa que era”, comentó Farina, quien remarcó la concepción integral que tenía del diseño al pensar cada pieza de manera completa y no dejar de lado ningún detalle. En este sentido, Benedit explicaba que las cosas que imaginaba estaban planeadas totalmente en su cabeza.
A la vez, tenía en cuenta lo emocional: “Quisiera un nuevo diseño con identidad crítica, cualidades emocionales (…)”, escribió en 1989, en uno de sus tantos cuadernos. Frente a sus objetos surge una emoción tal vez debida a su belleza, al cuidado en los detalles, a los materiales elegidos, a sus formas o, seguramente, a todo eso a la vez.
La presente muestra se erige en un merecido homenaje a un artista fundamental del país, que sin duda supo cautivar y sorprender con sus trabajos, pasión y creatividad hasta el final.

Fuente: Revista Ñ Clarín

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