ARTE: LA BABEL ILUSTRADA


Balance de la Bienal de San Pablo

Para celebrar el trigésimo aniversario de este prestigioso encuentro internacional, Luis Pérez-Oramas convocó a 110 artistas -entre ellos, cuatro argentinos- que aluden a "la inminencia de las poéticas" sin estruendos ni emociones violentas

Frente al exceso de propuestas internacionales de bienales y ferias de todo tipo, especializadas, ortodoxas y heterodoxas, volver a la Bienal de San Pablo es algo así como la vuelta al hogar. El espacio está contenido en el pabellón de Ibirapuera, diseñado por Oscar Niemeyer y Hélio Uchôa, y el recorrido es cartesiano: claro y distinto.
Para esta trigésima edición, que cierra en diciembre, la batuta la sostuvo el venezolano Luis Pérez-Oramas, acompañado de André Severo y Tobi Maier como curadores asociados, e Isabela Villanueva como curadora asistente. Pérez-Oramas es además curador de arte latinoamericano del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York y lo fue también de exposiciones como El alfabeto enfurecido. León Ferrari y Mira Schendel, que presentó en el Museo Reina Sofía y en la Fundación Iberê Camargo de Porto Alegre hace un par de años. Ahora, una vez más en Brasil, congregó a 110 participantes bajo el concepto de La inminencia de las poéticas, ensayo polifónico a tres y más voces con un título que abre a una infinidad de sentidos.
¿En qué se sustenta el criterio curatorial? "Bienal es una de las encarnaciones de Babel, efímera y teatral como las grandes festividades del arte: los fastos, las pompas, los esplendores para los cuales artes y artistas fueron invitados desde siempre. [...] Todas las bienales son -hasta cierto punto- cacofónicas, en ellas se encuentran como imanes opuestos formas que se repelen mutuamente, vidas que se ignoran, lenguajes que no se entienden entre sí", enuncia Pérez-Oramas en el ensayo del catálogo.
Los artistas argentinos son cuatro: Martín Legón, Pablo Accinelli, Leandro Tartaglia y Eduardo Stupía. Accinelli (1983) aplica las herramientas visuales para crear microcosmos geométricos, modelos o sistemas que poseen analogías con un sistema mayor, echando mano del dibujo, la instalación y el objeto. En 2005 se asoció con Tartaglia (1977) en Actividad en Uso, una colección de libros sobre artistas contemporáneos argentinos (hasta el momento con tres publicaciones).
 
Registro de una acción del holandés Bas Jan Ader. Foto: Gentileza Bienal de San Pablo y Galerías Jorge Mara-La Ruchee e Ignacio Liprandi
"Trabajo en espacios específicos, buscando encontrar nuevos escenarios para la narración y la expectación de cosas, sonidos e imágenes. Me interesa mezclar elementos: la ciudad, el texto, la música, el registro, un recorrido en el tiempo y un espectador." Así define Tartaglia su trabajo, que implica un paseo por la ciudad de San Pablo. El espectador se convierte en pasajero de una combi y su atención es capturada tanto por la vista como por el oído, ya que debe llevar auriculares para escuchar una historia a lo largo del recorrido.
Legón (1978) hace un cruce con la psicología laboral. Enmarcó cientos de dibujos del "test del hombre bajo la lluvia", que fueron evaluados por un psiquiatra, un curador y un profesional de Recursos Humanos. La instalación incluye las evaluaciones críticas y los videos de los profesionales trabajando.
Finalmente, Stupía (1951), el más experimentado de los cuatro, el que aquilata mayores premios, trayectoria y exposiciones nacionales e internacionales, presenta prácticamente una antológica de su producción, caracterizada por una paleta limitada al negro de la tinta y el blanco del soporte; la mancha y la línea se contraen y expanden, alimentan el caos y el orden, la herida y la sutura, todo en una narración sin historias, con pasión y prudencia.

Un paseo por la historia

No hay en el recorrido de esta bienal estruendos ni emociones violentas. Los "históricos" son los más conmovedores: el sueño de August Sander (1876-1964), que a lo largo de 50 años intentó fotografiar todos los tipos humanos de Alemania en su monumental, inacabado y sobre todo muy influyente ensayo Gente del siglo XX, se exhibe completo por primera vez.
Siguiendo su huella, el holandés Hans Eijkelboom (1949) presenta un inabarcable trabajo de masificación urbana al catalogar usos, costumbres e indumentaria de hombres y mujeres de diversas ciudades (europeas, asiáticas, americanas y africanas). Es tragicómico y paradójico verificar que las ansias de "ser único" del citadino lo convierten en "uno más de la lista".




 
Interior del pabellón Ciccilio Matarazzo que aloja la bienal, diseñado por Oscar Niemeyer y Hélio Uchôa en el Parque de Ibirapuera. Foto: Gentileza Bienal de San Pablo y Galerías Jorge Mara-La Ruchee e Ignacio Liprandi
Alair Gomes (1921-1992), un ingeniero, filósofo y crítico de arte que legó unos 170.000 negativos centrados en el cuerpo masculino -en gran parte deportistas jóvenes de las playas cariocas espiados por la cámara indiscreta-, también intenta un atlas, aunque homoerótico.
Cobran una nueva dimensión los padres de la performance como Allan Kaprow (1927-2006) y Bas Jan Ader, holandés nacido en 1942 que ensayó acciones para perder el control hasta que desapareció a la deriva en el mar en 1975; se halló su bote pero nunca su cuerpo. Recién en la década de 1990 se rescataron sus íntimos trabajos, como Estoy demasiado triste para contarte (1971), un video de casi cuatro interminables minutos donde el hombre llora en silencio frente a la cámara.

adn pérez-oramas

 
Caracas, 1960
Escritor y poeta, obtuvo su doctorado en Historia del Arte en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, en 1994. Fue curador de la Colección Patricia Phelps de Cisneros. Actualmente es curador de arte latinoamericano del MoMA de Nueva York y director de la 30a Bienal de San Pablo
Ficha . 30a edición de la Bienal de San Pablo, La inminencia de las poéticas, curada por Luis Pérez-Oramas en San Pablo, Brasil, hasta el 9 de diciembre.

Fuente: ADN Cultura La Nación

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