El hôtel particulier que alberga en París la obra del genial malagueño reabrirá en junio tras cinco años de reformas.
La flauta de Pan (1923). Foto: Gentileza Museo Picasso |
Por Nathalie Kantt / La Nación
Los obreros sueltan las herramientas. El arquitecto encargado de la renovación del Hotel Salé, casa del Museo Picasso desde 1985, se dirige al grupo que visita el establecimiento en obra y dice: "Tenemos diez minutos de silencio". En un espacio amplio y luminoso, invadido por andamios, aprovecha para contar algunas de las grandes reformas que se hicieron en este hôtel particulier del siglo XVII, mezcla de clasicismo francés y estilo barroco de la época. Las paredes están vacías.Las obras de Picasso serán instaladas en mayo, pero el edificio es una obra de arte en sí mismo. Cerrado en 2009, el museo que alberga la colección más importante del artista a nivel mundial reabrirá al público en junio.
Quien haya visitado París en estos cinco años
posiblemente recuerde la desilusión al llegar hasta las enormes puertas
del museo, en una de las callecitas del Marais, y tener que contentarse
con una vista externa del establecimiento. "Necesitábamos renovar el
edificio para cumplir con las normas actuales de seguridad, de incendio y
de climatización, y también queríamos actualizar el proyecto
museográfico", explica la presidenta del museo, Anne Baldassari.
Tiraron abajo paredes, abrieron puertas, cambiaron
vidrios, sumaron cuatro lámparas colgantes de Diego Giacometti a las
cuatro existentes, mudaron las oficinas al exterior del edificio y las
obras a un depósito fuera de París, y nivelaron las salas. El resultado
es una superficie de exposición de 3800 m2 (antes era de 1600 m2), 13
salas adicionales (37 en total), un último piso más íntimo -antes
cerrado al público- en el que se exhibirá parte de la colección privada
del artista español (compuesta de una centena de obras de artistas como
Courbet, Cézanne, Vuillard, Degas, Miró y Dalí, entre otros), un nuevo atelier
destinado a la educación artística de los más chicos y un auditorio que
antes no existía. El presupuesto total fue de 44 millones de euros.
"Después de 30 años, otra reforma era necesaria", estima el arquitecto
especializado en los monumentos históricos franceses Stéphane Thouin,
encargado de supervisar la obra.
La renovación no escapó a las críticas, sobre todo
porque los trabajos se prolongaron más tiempo del previsto. Mientras el
museo estuvo cerrado, parte de las 5000 obras donadas al Estado francés
por los herederos del artista en los años 70 (4000 obras gráficas, 300
pinturas y 300 esculturas, 46 pinturas de la colección privada de
Picasso y 200.000 piezas de archivo, entre otras) fueron prestadas para
20 exposiciones itinerantes en trece países. Con los 31 millones de
euros recaudados se adquirió un nuevo hôtel particulier, para
relocalizar a medio centenar de empleados y ampliar los trabajos
inicialmente limitados presupuestariamente en una Francia en crisis.
"El público va a descubrir las obras de otra manera. La idea es salir del découpage artificial
y entrar en su dinámica interna. Habrá salas temáticas ("Retratos
viriles", "Picasso y la música", "Picasso y el cine", "Picasso y la
escultura") y grandes pasajes cronológicos con los períodos rosa, azul,
verde y polícromo", detalla Baldassari, quien confiesa que desde hace
años planean una muestra en la Argentina y en Chile, aunque hasta ahora
no han conseguido el apoyo necesario.
Serán expuestas 350 obras que irán rotando cada tres
meses. Está prevista la realización de muestras temporarias, en las que
la obra de Picasso dialogará con la de otros artistas. Tiene fecha
Miquel Barceló: enero de 2015.
Fuente: lanacion.com
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