Ayer abrió la muestra. La participación de creadores y galeristas nacionales se incrementó sobre todo en los espacios no convencionales.
Mónica Millán. Una estrella de la Galería Zavaleta Lab. |
El mercado de arte argentino ha permanecido planchado por suficiente tiempo como para que galeristas y artistas ya opten por abrirse otros horizontes y alternativas. A cierto plazo, el circuito de ferias internacionales es un ámbito de oportunidades para quien lo puede sostener. Hoy presenta opciones para todas las tallas en diferentes geografías. De manera que sólo se trata de acertar con la dimensión adecuada.
Ayer abrió sus puertas ARCOMadrid, una de las pioneras que encabeza la agenda del año detrás de Maco México. Nacida al despuntar los 80, la feria madrileña mantuvo un estrecho vínculo con nuestro medio que se sostuvo por largo tiempo. Y más allá de que en los últimos años se volviera más débil y cediera paso a otras ferias de reciente irrupción de este lado del Atlántico –Maco, ARBO, San Pablo o Miami Art Basel– Arco continúa siendo una importante referencia.
Este año la participación argentina se ha incrementado respecto del año anterior. No tanto por la exigua presencia dentro del Programa General, donde se presentan solamente Del infinito y Jorge Mara-La Ruche, sino por el caudal de envíos aceptados en el Solo Project. De los 21 proyectos de un solo artista que aceptaron los curadores mexicanos Magalí Arriola y Tobías Ostrander, el brasileño Marcio Harum y la peruana Sharon Lerner para este apartado de tono experimental, cinco son artistas y galerías argentinas. Nora Fisch, entre ellas, auspicia la obra de Fernanda Laguna con un envío que articula pinturas y poesía, Zabaleta Lab, un exquisito proyecto de Mónica Millán. Mientras, los jóvenes de Mite presentan Young at Heart, un proyecto de Dudú Alcon Quintanilla. En tanto, la galería Barro lleva a Diego Bianchi y Document Art una suerte de relevamiento temporal fotográfico de la peruana Luz María Bedoya. La argentina Luciana Lamothe que hasta hace poco tuvo una intervención con andamios en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), se presenta en Arco con la galerista francesa Alberta Pane.
Un consagrado. La obra de Julio Le Parc, parte del envío de Del infinito. |
Ya dentro del más sosegado Programa General, Del Inifinito dedica su espacio integro a una selección de obras de Le Parc que vienen del taller del artista en París. En tanto, Mara, un veterano que conoce esta plaza, entre otras cosas por haber tenido galería en Madrid, armó una selección impecable de piezas con historia y artistas de abultada trayectoria. Sara Grilo y Alfredo Hlito, entre ellos. También Ana Sacerdote, uno de sus hallazgos, que recogió éxito en la pasada edición, junto a Kirin, el artista uruguayo Fidel Sclavo y Eduardo Stupía, convertido en algo así como su nave insignia.
La edición número treinta y tres que comenzó ayer y termina el próximo domingo está dedicada a Finlandia. Los dos primeros días estarán exclusivamente reservados para profesionales del sector y coleccionistas. El público recién tendrá acceso a partir del viernes lo que refleja la importancia que se le otorga a las gestiones profesionales y comerciales sobre la afluencia del público. Esto no significa de todos modos que la vida cultural de Madrid y, muy especialmente el mundo de galerías, centros culturales y museos no gire en estos días alrededor de la movida de ARCO. La programación de la mayoría de ellos ha sido cuidadosamente prevista con relación a ese foco.
Fuente: Revista Ñ Clarín
Fuente: Revista Ñ Clarín
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