La apertura hoy por parte de la reina Beatriz del museo más emblemático del arte holandés, el Rijksmuseum, renovado durante la última década, ha puesto el broche de oro a la agenda de actos públicos de la monarca antes de su abdicación, el próximo 30 de abril, a favor de su hijo Guillermo Alejandro. EFE |
Por Maite Rodal
Amsterdam - La apertura hoy por parte de la reina Beatriz del museo más emblemático del arte holandés, el Rijksmuseum, renovado durante la última década, ha puesto el broche de oro a la agenda de actos públicos de la monarca antes de su abdicación, el próximo 30 de abril, a favor de su hijo Guillermo Alejandro.
Amsterdam - La apertura hoy por parte de la reina Beatriz del museo más emblemático del arte holandés, el Rijksmuseum, renovado durante la última década, ha puesto el broche de oro a la agenda de actos públicos de la monarca antes de su abdicación, el próximo 30 de abril, a favor de su hijo Guillermo Alejandro.
La pantalla situada en la fachada del museo, que ha señalado durante
las últimas semanas la cuenta atrás hasta la ansiada reapertura de la
"catedral del arte holandés", ha marcado hoy finalmente el número cero.
Una gran alfombra naranja -el color que representa la dinastía de los
Orange- se extendía a modo de pasarela desde el atrio de la pinacoteca
hasta la amplia plaza exterior donde se ubica el edificio, y dibujaba un
ambiente espectacular al combinar la simbología nacional con la alta
costura del arte que alberga el Rijksmuseum.
Sobre esa pasarela y acompañada del director de la pinacoteca Wim
Pijbes, la monarca, vestida con un sencillo traje marrón con abrigo a
juego, giró una gran llave introducida en una caja metálica ornamentada,
símbolo de la apertura de las puertas del museo.
Casi al mismo tiempo que la llave giraba, de la parte superior del
edificio salieron fuegos de artificio humeantes con los colores de la
bandera holandesa -rojo, blanco y azul- y nubes de humo naranja salieron
disparadas desde los balcones mientras que una gran pancarta desplegada
sobre la fachada del edificio rezaba "Bienvenido, Rijksmuseum".
La monarca, que observó el espectáculo visiblemente complacida y con
una mezcla de sorpresa y admiración, dio por inaugurada la pinacoteca y
dejó así paso a los primeros visitantes al museo, que hoy estará abierto
hasta la medianoche con entrada gratuita.
La apertura hoy por parte de la reina Beatriz del museo más emblemático del arte holandés, el Rijksmuseum, renovado durante la última década, ha puesto el broche de oro a la agenda de actos públicos de la monarca antes de su abdicación, el próximo 30 de abril, a favor de su hijo Guillermo Alejandro. EFE |
El Rijksmuseum, que puede considerarse el "Museo del Prado holandés",
alberga la más completa colección del arte de los Países Bajos desde la
Edad Media a Mondrian, pasando por los grandes maestros del Siglo de
Oro, cuya bandera es la obra maestra y máximo tesoro del Rijks, "La
Ronda de Noche", del artista del claroscuro Rembrandt van Rijn.
Su reapertura pone fin a una década de renovaciones, que se han
prolongado en el tiempo cuatro años más de lo esperado, y celebra con
una gran fiesta su reencuentro con el público.
La reina Beatriz, que durante 33 años de reinado se ha ganado el
respeto de los holandeses, finaliza su agenda de actos públicos -éste es
el más destacado de los últimos- y saborea el aperitivo de una
festividad aún mayor que será la fecha del cambio de testigo en el trono
a favor del príncipe heredero Guillermo Alejandro.
El hecho de que sea precisamente este acto el que clausura
prácticamente la actividad de la reina es en parte casual, porque la
abdicación de la monarca no se anunció hasta el pasado 28 de enero,
mientras que su presencia en la inauguración festiva de la pinacoteca ya
estaba prevista con anterioridad.
La pinacoteca alberga 8.000 objetos que narran 800 años de la
historia de los Países Bajos, y está previsto que unas 30.000 personas,
en tandas de 4.000 como máximo, visiten hoy sus renovadas 80 salas y
disfruten también de la fiesta en el exterior, que se prolongará hasta
la medianoche.
La renovación del Rijksmuseum fue dirigida por los arquitectos
sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, y el proyecto costó unos 375
millones de euros.
Fuente: EFE
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