EL MUSEO INVISIBLE




El Museo Nacional de Arte Decorativo vuelve a ceder su espacio para exhibir 150 piezas del Museo Nacional de Arte Oriental, sin sede propia y cerrado al público desde hace más de diez años.


Por Julio Sánchez / Para LA NACIÓN

El Museo Nacional de Arte Oriental (MNAO) permanece cerrado al público desde hace más de diez años. Esta circunstancia inexplicable parece que se va a prolongar, ya que no hay miras de encontrar una sede para mostrar los valiosos tesoros que se guardan en tres salas del Museo Nacional de Arte Decorativo (MNAD). El edificio de la calle Riobamba que hoy ocupa la Casa del Bicentenario había sido destinado al MNAO, pero un brusco golpe de timón de las políticas culturales del momento lo dejaron huérfano de espacio. La exhibición Objetos guardados. Obras del Patrimonio del Museo Nacional de Arte Oriental es una reivindicación solemne y sin estridencias. El MNAO fue creado en 1965 (el próximo 14 de julio cumplirá 47 años) y desde entonces no tiene sede propia. Para salvar la situación, el MNAD cedió parte de sus instalaciones. La mayoría de los objetos fue donada por particulares que -hasta hoy y pese a las adversidades- siguen amando el museo invisible y acrecentando su acervo.
"Que no se piense que un museo cerrado está inactivo. En estos últimos años, en el silencio de las tres habitaciones cerradas al público y calentadas por el sol del oeste, un equipo mínimo pero muy idóneo está trabajando con gran dedicación en la intervención, conservación y restauración del patrimonio", apunta Alberto Belluci, director del MNAD situado en la Avenida del Libertador y Pereyra Lucena, en el que fuera palacio residencia de la familia Errázuriz. ¿Qué objetos se han develado en esta ocasión? Vasijas, estampas y objetos de diferente índole que tienen que ver con la guerra (armas y cascos), el culto (altares y figurillas) y un luminoso capítulo de indumentaria que incluye kimonos japoneses, saris hindúes y vestimentas de mandarín, más un capítulo especial de armaduras de samurái del shogunato Tokugawa (1603-1868) recientemente restauradas por Osvaldo Borrás Grimaldi, factótum y gran sostén del MNAO. En total se contabilizan unas ciento cincuenta piezas provenientes mayoritariamente de Japón, China e India, con acentos de Corea, Indonesia y Turquía, más las antiguas culturas de Persia, Siam, Birmania y Tíbet.
Hablar de "arte oriental" es englobar en dos cortas palabras infinitas manifestaciones de culturas diversas, de geografías que van del valle del Indo hasta las alturas del Himalaya, y en este caso puntual es abarcar un espectro temporal desde el siglo III hasta el XX. El mayor desafío es el museológico: ¿cómo ordenar esta multiplicidad de materiales, funciones, formas y colores? En el subsuelo del MNAD varias vitrinas exhiben objetos agrupados por series en forma muy apretada, como un intento de hacer notar que hay esto y mucho más. Dos años atrás, con la muestra Imágenes del despertar , se había establecido un criterio de recuperación del patrimonio según religiones surgidas en Asia (budismo, hinduismo, judaísmo e islamismo), pero lamentablemente quedó truncado y sólo se mostraron objetos del budismo tibetano. Enfrentarse al "arte oriental" es revisar las categorías del arte occidental pues, como suele suceder, tendemos a usar nuestras matrices culturales para entender al "otro". Mucho de lo que se exhibe no es considerado arte por los propios productores; ellos los considerarían objetos profanos y sagrados.
En esta segunda categoría no se valora el cambio sino la permanencia; en la larga historia de China, por ejemplo, existe una quietud de formas que sería impensable en la historia europea; el concepto de estilo es occidental y se aplica mal a Oriente. Por otro lado, cierta iconografía, sobre todo la enraizada en el hinduismo y el budismo tibetano, resulta bastante ajena a nuestro entendimiento y exige un conocimiento previo para poder entender su sentido cabal.

Ficha. Objetos guardados en el MNAD (Av. del Libertador 1902). Cierra el 22/4 y reabre el 5/5 hasta el 24/6.
Fuente: ADN Cultura LA NACIÓN

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