Los
latinoamericanos vinculados al arte contemporáneo son pieza clave de la
décima edición de Art Basel Miami Beach, la mayor feria del rubro en
Estados Unidos, donde el jueves de apertura unos inmigrantes
indocumentados participaron en las instalaciones de 'ARTivism Basel'.
Miles de amantes del arte, coleccionistas y galeristas de todo el
mundo abarrotaron las puertas del Centro de Convenciones de Miami Beach
el jueves con un desenfreno propio del Viernes Negro, la famosa jornada
de compras con descuentos celebrada la semana pasada, esperando ansiosos
en largas filas que los guardias permitieran el ingreso para ver las
piezas de miles de dólares o euros que quieren suyas.
"Quiero comprarme una escultura de una joven coreana que promete y
que es espectacular", dijo Ana Rosa Villaseñor de Urrea, una mexicana de
Guadalajara que desde hace 10 años no se pierde el Art Basel Miami
Beach.
"Amo el arte, todo lo que uno ve aquí y lo que transmiten los
artistas y sus obras hace mi vida más feliz", dijo mientras caminaba por
los stands de las galerías en compañía del curador mexicano Patrick
Charpenel, que dirige la Colección Jumex y quien le recomendó la
escultura que comprará el jueves para su colección privada por unos
15.000 euros, dijo.
El principal atractivo de Art Basel Miami Beach es que reúne arte
moderno y contemporáneo de artistas de América Latina, Asia, África,
Estados Unidos y Europa.
"Esta muestra sobresale por la variedad que trae del mundo entero y
el acento latinoamericano que ha puesto a través de los años", dijo a la
AFP Ana María Goldstein, experta en historia del arte y coordinadora de
museos en Colombia.
"Además ha creado en Miami un ambiente artístico donde han surgido
varias ferias paralelas que cada año superan su nivel y donde se pueden
encontrar obras de gran valor artístico a muy buenos precios", apuntó
Goldstein.
'Uomo a Cavallo', una pequeña escultura en bronce del colombiano
Fernando Botero, es el imán del stand de la galería suiza Gmurzynska. La
obra cuesta más de 500.000 dólares y muy probablemente antes del
domingo ya tendrá dueño.
"Aquí se consiguen piezas increíbles y los precios suelen ser más
bajos que otras ferias que se celebran en Europa", contó Ana Weal, que
viajó de Perú con unas amigas especialmente para visitar Art Basel y
otras ferias, para hallar alguna joyita para su colección privada. "Yo
no compro todos los años, vengo mucho a apreciar los nuevos talentos,
pero este año sí quiero llevarme algo", afirmó.
Un visitante caminando entre la obra 'Hanging piece', del artista Kendell Geers, en la feria Art Basel, celebrada en la localidad
suiza de Basilea, el 14 de junio pasado. El jueves se inauguró la
edición de Miami
Dieciséis galerías de arte vinieron este año de Brasil, varias de las
cuales vieron el crecimiento de Art Basel Miami Beach desde su primera
edición, hace 10 años.
"Antes de la crisis de 2008 las ventas eran espectaculares, luego
hubo una ligera caída, pero este año nos está yendo fenomenal", dijo
Cristiana Thompson, portavoz de la galería paulista Fortes Vilaca.
Como Thompson, Vivian Gandelsman, de la galería Millan de Sao Paolo,
dice que los mejores clientes son los propios brasileños que viajaron
desde su país como otros tantos europeos y asiáticos a saciar sus ganas
de ver y descubrir esculturas, pinturas e instalaciones de creadores con
potencial de convertirse en maestros de referencia.
A menos de 24 horas de haber abierto sus puertas, los encargados de
Fortes Vilaca sonreían al registrar la venta de ocho piezas, donde la
más económica es de 6.000 dólares y la más costosa de 84.000.
En este contexto, las artistas plásticas angelinas Olga Koumoundouros
y Andrea Bowers trajeron a este evento la instalación 'Transformer
display of community information and activism', que hasta el domingo
presentará por las noches a activistas sociales de organizaciones
comunitarias, entre ellos a la Coalición de Inmigrantes de Florida.
"La idea es que aquellas personas que viven excluidas socialmente por
alguna razón, se incluyan y formen parte del arte y que este arte pueda
servir para ellos como una vía de comunicación", explicó Koumoundouros,
en la instalación erigida en Park Collins, sobre la arena de la playa
de Miami Beach, donde se exponen obras de diversos artistas en el marco
de ARTivism Basel.
Para José, un estudiante argentino indocumentado que visitaba esta
obra, "este tipo de propuestas brinda la posibilidad de que personas que
quizás no conocen algunas realidades conozcan el surrealismo en el que
vivimos", dijo a la AFP.
Más de 260 galerías de todo el mundo muestran las creaciones de más
de 2.000 artistas contemporáneos en esta feria que este año busca
convocar unas 50.000 personas, según sus organizadores.