Fue realizado entre 1936 y 1943. Tenía una rajadura y lo habían despintado chicos que jugaban con agua.
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| Hallazgo. El mural en el MALBA, ayer. Lo descubrieron hace un año en San Miguel y durante este tiempo fue extraído de la pared, trasladado y restaurado. /LUCIANO THIEBERGER | 
Por Mercedes Pérez Bergliaffa
La historia es asombrosa: hace poco más de un año, en una 
casa-quinta de San Miguel, se encontró un mural muy raro del gran 
maestro Antonio Berni. 
Cuentan los rumores que el mural entró al mundillo del arte por casualidad:
 el dueño de la quinta –un empresario relacionado a la industria 
farmacéutica–, conocía a Silvia Braier –coleccionista de arte y 
presidenta de la Asociación de Amigos del Museo de Arte Latinoamericano 
de Buenos Aires (MALBA), que es dueña de un laboratorio. Ella vio el 
mural y lo comentó con Eduardo Costantini, dueño del museo. Entonces 
volvió a la quinta con Marcelo Pacheco (ex curador en jefe del MALBA) 
quien conocía la existencia de la pieza: había visto fotos suyas en el 
archivo de la Fundación Espigas. 
Braier fue de nuevo, con más 
especialistas. Todos constataron que la obra era, efectivamente, de 
Berni. Entonces comenzó el proceso de negociación para comprar el 
trabajo, que terminó costando 110 mil dólares, aunque el valor final con
 el mural ya restaurado fue de más de 1 millón y medio de pesos.
Más
 tarde empezó la delicada tarea de extraerlo de la pared en que se 
ubicaba, trasladarlo al MALBA y restaurarlo. Esto estuvo a cargo de los 
especialistas Teresa Gowland de Frías y Marcelo Macadán. La pintura 
estaba dañada, tenía una gran rajadura en un ángulo, estaba despintada 
en varias zonas: era un mural exterior y los chicos de la casa habían 
tirado contra él chorros de agua a presión desde la pileta hace décadas,
 desconociendo su valor. Y lo peor: se había construido una ventana en medio. Todo eso había que revertirlo con cuidado.
El
 Comité de Adquisiciones del MALBA se hizo cargo de comprar, restaurar y
 a partir de ahora proteger la inédita obra, que desde pasado mañana 
estará exhibida en un lugar especial: la sala dedicada exclusivamente a 
este mural en el primer piso del museo. Una sala nueva, que será de 
exhibición permanente. 
“La obra es rara, no sólo porque no se sabía si  el mural realmente existía o no
 ”, comenta Victoria Giraudo –coordinadora del equipo que trabajó sobre 
el mural– “sino también por la técnica con que la obra de 1,29 por 3,30 
metros fue realizada: el fresco buono –que mezcla pigmentos de 
color con cal y se aplica sobre la pared con la cal fresca, lo que hace 
que los colores queden, no sobre el muro, sino dentro suyo–;  y el  fresco secco
 , que se realiza con la base de la pintura seca”. Otra de las rarezas 
de la obra es su tema: en el mural Berni pintó collas, montañas, 
cuencos; una temática americano-indigenista. De ahí su nombre, Mercado colla o Mercado del altiplano.
 Creado entre 1936 y 1943, pertenece a una época en que el maestro 
viajaba por el Noroeste argentino y la Puna. La quinta podría haber 
pertenecido a una pareja con la que Berni viajó. 
“La pintura 
pertenece a un período clave de Berni”, explica Giraudo, “marcado por la
 venida a Buenos Aires del muralista mexicano David Alfaro Siqueiros. En
 esa época Berni refuerza su visión del arte comprometido con la 
realidad social.” Recordemos que Berni integró –con Lino E.  
Spilimbergo, Juan C. Castagnino y Enrique Lázaro–, el equipo que ayudó a
 Siqueiros a pintar otro mural que estuvo escondido en otra quinta, en 
Don Torcuato, Ejercicio plástico,   que, tras una  historia accidentada que no terminó, hoy se exhibe en el Museo del Bicentenario.
Período
 clave: en la misma época en que el rosarino pintó este mural, creó 
también otras obras fundamentales para el arte argentino: Manifestación  (colección MALBA) y Desocupados  (colección particular), las dos de 1934. 
La sala donde mañana se presentará a la prensa Mercado colla
 –pintada de un delicado color celeste y bien documentada–, exhibe 
también 18 grabados sobre chapa de Berni con la misma temática, 
realizados en los años 40 y prestados ahora al MALBA en comodato. 
“El
 artista no puede desarrollar un tema trivial, carente de interés 
social, en las dimensiones de un gran muro”, declaraba Berni en 1947. 
Desde el jueves, la prueba de sus palabras abre al público.


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Presentan el mural  encontrado de Antonio Berni en el Malba. (Luciano Thieberger) 
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Imágenes del proceso de restauración del mural de Berni.

Imágenes del proceso de restauración del mural de Berni.
Fuente: clarin.com
           

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