UNA MUESTRA DE SURREALISMO Y MAGIA

   
 
El tarot, la alquimia y las mesas en la lectura poética del versátil artista plástico.



Por Mercedes Pérez Bergliaffa

Toda la mágica noche está en el marco, la noche entera de los encantamientos”, decía el surrealista André Breton. Y eso es lo que podrá palparse a partir de hoy al mediodía, cuando inaugure la exposición del artista Kirin (Carlos Dell ‘Agostino, 1953) en la galería Jorge Mara- La Rouche. Mucha alquimia, algo de tarot y varios extraños “objetos –mesas”.
Y la verdad es que no hay nada más apropiado que nombrar a Breton cuando se trata de un artista como Kirin, que comenzó siendo surrealista pero que luego se fue volcando a un extraño tipo de arte, lleno de una simbología relacionada con la magia.
“Aunque, en verdad, no me interesa tanto lo adivinatorio como su poesía”, explica el propio artista. “Por eso es que intento hacer una lectura poética de lo misterioso”. Kirin hace por medio de obras sobre papel, algunas telas y varios objetos que despliega en los espacios de la galería.
Llena de citas a la gráfica antigua de viejos libros de magia impresos sobre recortes de telas pegadas en las obras, de grandes planos de grafito denso que forman figuras abstractas condensadas– y de líneas y chorreados que abren las formas geométricas al espacio, a la composición, la muestra podría dividirse en dos sectores: la primera sala, con las obras recientes, más libres, y los objetos; y la segunda, en la que se muestran unas impecables figuras del Tarot. La estrella, la templanza, la sacerdotisa, la torre, el diablo, el ermitaño, la rueda de la fortuna, el carro, la fuerza, los “arcanos mayores” del Tarot. Como se sabe, el Tarot es un juego de cartas que se usan para la adivinación. Sin embargo, Kirin ve en todo esto otra cosa. Y para ratificarlo, lee un cita que ama: “La literatura alquímica es de una belleza tal, que hubiera valido la pena inventar la alquimia nada más que por el esplendor de sus metáforas y los hallazgos de su escritura mitológica” (el texto es de Sarane Alexandrian, filósofo y crítico francés que fue el último secretario de Breton).
Cuatro mesas de madera –cruza de objeto surrealista y mini-monumento simbólico–, se ubican cerca de la puerta de entrada a la galería. Una está realizada en blanco y negro y presenta un sombrero, un libro y una mesita ubicada por encima de la mesa-base, a manera de escalera al cielo, o zigurat. La segunda es amarilla, y contiene libros, pequeños elementos geométricos y de laboratorio, e imágenes de anatomía. La tercera es, nuevamente, en blanco y negro, y lleva un título: “La embarazada”. En ella, dos zapatitos de niño se ubican a los costados de un viejo libro. La cuarta es en blanco y gris y contiene compases, reglas, rayas y un gran dibujo de una mosca.
Justamente, son estos tres colores los únicos que están presentes a lo largo de toda la muestra: la tríada de amarillo, blanco y el gris de un grafito condensado.
“Es el amarillo de cadmio claro, junto con el gris del grafito y el uso del blanco como soporte, los colores que elegí para trabajar en esta serie nueva”, detalla el artista.
Un cuidadísimo catálogo, con diferentes tipos de papeles en su interior, acompaña la exposición: una muestra del amor del galerista Jorge Mara no sólo por el arte, sino también por los libros.

Fuente: clarin.com

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