EL MUSEO, TOMADO POR ASALTO

Bellos jueves
Un ciclo que propone el cruce entre música y artes plásticas, que tiene lugar en Bellas Artes, una vez al mes, por la noche


Por Gabriel Plaza / LA NACIÓN

    


Una obra de Monet resplandece. El impresionismo ilumina la sala verde del Museo Nacional de Bellas Artes. Es un jueves, un bello jueves con música, poesía, intervenciones y gente, mucha gente joven recorriendo las salas en una ronda nocturna que le da un aura iridiscente al espacio. En su primera experiencia, el ciclo Bellos Jueves, que revaloriza el patrimonio del espacio a partir del diálogo con otras disciplinas como la música, convocó a unas mil personas. La experiencia se repetirá los últimos jueves de cada mes.
El nuevo público, atraído por la atmósfera nocturna del museo en un horario que habitualmente tiene las puertas cerradas, ocupó las salas para ver a los artistas. En este mismo lugar se realizará el segundo encuentro con artistas como Sol del Río y Cehache Respira, cantante de hip-hop y reggae, que tocará con Martín Langoni, en el contrabajo, y con Patricio Smink, en el cajón peruano.
"De afuera parece un edificio antiguo, pero adentro es muy moderno", decía Camila, de 11 años, en el primero de los encuentros del ciclo. Es la primera vez que viene al Museo de Bellas Artes y es la primera vez que va a escuchar a Lucy Patané y Marina Fages con sus banjos, clarinetes, bombos legüeros, guitarras y charangos en absoluta pureza acústica. A Camila le gustaría tocar la guitarra como ellas. Ahora escucha con atención a las dos cantautoras, experimentando con los colores de la música, con la luz brillante y la tensión dramática de ciertos paisajes sonoros, como lo hicieron los impresionistas.
De fondo, las cantautoras no tienen una pantalla LED, sino una obra de Manet de 1876 de la colección permanente del museo, que produce una fascinación hipnótica. Como otros de los que escuchan con atención, Camila tiene un póster enrollado en la mano, suvenir del ciclo que se llevará a su casa para colgar en la pared.
"Toda producción contemporánea altera y modifica las obras del pasado", dice el leitmotiv del ciclo Bellos Jueves, que busca descubrir las obras del museo de otra manera. El dúo experimental y folkie de Lucy Patané (La Cosa Mostra y Las Taradas) y Marina Fages (cantautora y pintora), que abrió las intervenciones musicales, produce una metamorfosis en el espacio y en el estado de ánimo del público.
El eco de sus canciones van rebotando en los otros espacios donde están los Rodin, los Cándido López, los Berni, los Courbet, los Prilidiano Pueyrredón y los Le Parc, como un efecto murmullo que despierta sorpresa en distintos niveles y produce una pequeña alteración en la atención del público que recorre el museo. El efecto tiene su premio. Como moscas a la miel, la música atrae al público hacia las distintas colecciones.
Lo mismo pasará en los otros recorridos donde las exhibiciones de La mirada en el otro y Atlas de las Bellas Artes, Rep, dialogan con otros dispositivos como instalaciones, proyecciones y piezas de artistas contemporáneos de la nueva generación. Las salas están llenas y tienen una atmósfera más cercana al clubbing que al museo. Esa efervescencia que produce el horario nocturno del MNBA (entre las 20 y las 23.30, cuando habitualmente está cerrado) se terminará de liberar en la terraza de las esculturas cuando las visuales de Mauro Balzaotti y el DJ set groovero y climático de Barrio Lindo inyecten adrenalina y contagien meneos de cuerpos y pasos de baile.
La imagen pre dancing la completa Diego Bulacio, conocido en el ambiente de las pistas como Villa Diamante. El productor y DJ, encargado de la curadoría musical, tiene una sonrisa de satisfacción por este encuentro entre las artes visuales y la música urbana actual, una constante también en sus reconocidas fiestas Zizek. Hay un cruce natural entre esta escena musical emergente de la que proviene Villa Diamante, que tiene su base de operaciones en el Patio del Liceo, justamente un espacio reconocido por albergar a pequeñas galerías de arte contemporáneas.
Para una generación para la cual el intercambio y la retroalimentación artística entre músicos y artistas visuales es muy cercano, la experiencia interdisciplinaria de Bellos Jueves cierra conceptualmente, por donde se lo mire (o se lo escuche).

Fuente lanacion.com

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