Setenta y cinco placas de aluminio rotan cuando una persona pasa
caminando cerca, por la vereda. Tienen sensores, detectan movimiento.
Metálicas y sensibles, se despliegan sobre la fachada del Espacio
Fundación Telefónica (EFT), a la altura del primer piso,
interviniéndolo. Metamorfosis suave del paisaje urbano, interrupción:
esto es Fachada, la obra de los artistas brasileños
Rejane Cantoni y Leonardo Crescenti. Una discreta catarata horizontal de
láminas plateadas.
Reconocidos internacionalmente, Cantoni y
Crescenti vienen trabajando juntos desde 2005, “año en que nos
enamoramos y también decidimos unir nuestras experiencias y
backgrounds”, cuenta Cantoni desde Sao Paulo, ciudad donde vive. La
artista menciona dos intereses fundamentales para la búsqueda del
equipo: todo aquello vinculado a la “interfaz” –de interface , en
inglés, “superficie de contacto”–, es decir, la conexión física y
funcional entre dos sistemas o dispositivos. Y también el que se
relaciona con la investigación de los elementos “cinemáticos”: basados
en las leyes del movimiento de los cuerpos, estudian su trayectoria en
función del tiempo.
Pero aquí, frente a la fachada del EFT, el
ritmo de las placas se mantiene regular. Así lo decidieron los artistas:
mantener en la obra una cadencia temporal previsible. Desde lejos, el
trabajo pareciera ser una cortina que a veces se cierra levemente, o se
desplaza, casi la puesta en escena de un ballet programado, interpretado
por setenta y cinco bailarines –aéreos y bastante clásicos, no
improvisan demasiado– de metal.
Ahí está el impulso, nacido del
movimiento de un transeúnte, el flujo lento, la cadencia de metal leve,
casi sin peso –estas placas de aluminio son muy delgadas–, la gestión
del tiempo, de sus silencios y el escaso murmullo que las placas
realizan pero que el tránsito, en esta zona de la ciudad, opaca hasta
hacerlo casi inaudible. También, la cita –voluntaria o no– a las obras
“Láminas reflejantes” (1964) y “Móvil Continuo NT” (1966), de Julio Le
Parc. Como si ahora estuvieran actualizadas, programadas digitalmente.
Una cortina de luz |
De
cerca, acierto a ver el dispositivo de guías que facilitan el
desplazamiento en cadena de las láminas de metal, y los sensores
instalados en las puntas.
Como si se tratara de una puerta
abierta a otra realidad, la obra guarda un secreto: espeja el mundo de
manera rotativa. Pero, claro, espeja el mundo un piso por encima del
nivel del suelo. Por lo tanto, no puede ser fácilmente contemplado. ¿Y
acaso no es la interacción con las personas uno de los principales
objetivos del arte instalado en el espacio público…?
Rejane &
Crescenti saben lo que hacen: realizaron, a principios de 2012, “Wall”
(pared), una escultura cinética e interactiva de seis metros de largo,
que funcionó a manera de prueba de la obra creada para el EFT.
Estaba
instalada a ras del suelo, dentro de una sala pequeña y, entonces, su
potencial en relación con el público se desarrollaba a pleno: estaban
los hombres y mujeres reflejándose en la obra, buscándose desdoblados
sobre las placas que se movían; estaba la generación del movimiento
gracias al paso cercano de una persona; existían las luces y colores
multiplicándose por entre las paredes, deshaciendo la imagen. Era el
juego a escala 1:1. El ida y vuelta entre el público y la obra era
total.
Una cortina de luz |
No ocurre lo mismo con Fachada.
“Necesitábamos montarla al menos a cinco metros de altura en el exterior
del edificio del EFT –explican Cantoni y Crescenti–, esto nos daba
muchas ventajas al nivel de su visualización. A la vez, no queríamos que
el dispositivo de interacción estuviera al alcance de las personas. La
solución que encontramos fue exhibir la obra en lo alto”.
¿Pero
cómo comprender estos procesos casi invisibles, lejanos, sus
transformaciones lumínicas, temporales…? Bueno, ver requiere tiempo,
tanto como lo requiere, por ejemplo, tener un amigo, decía siempre la
pintora Georgia O’Keefe.
Fachada es, entonces,
una exigencia a nuestra propia visión, a esa que ocurre en nuestras
mentes (no somos cámaras fotográficas). La puesta en forma de un
impulso, la posibilidad de una transformación.
Ficha
Rejani cantoni y L. Crescenti. Fachada.
Lugar: Espacio fundación Teléfonica, Arenales 1540.
Fecha: Hasta diciembre de 2013.
Horarios: Lunes a sábados de 10 a 20.30.
Entrada: Gratis.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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