Pasaje Aroma. Tributo a una batalla patriota en Bolivia. /JORGEALGORTA.BLOGSPOT.COM.AR |
Por Eduardo Parise
En 1790, cuando Raimundo Mariño y otros vecinos propusieron que
en la zona se construyera una plaza de toros, pensaron que aquello iba a
mejorar el lugar. Se inauguró en 1791 con capacidad para 2.000
espectadores. Pero en 1799 se ordenó demolerla porque el resultado no
era el que esperaban: los alrededores se habían llenado de pulperías y
prostíbulos. Y el pasaje más famoso del lugar era aquel al que llamaban
“la calle del pecado”.
La zona en cuestión es la que hoy rodea al
edificio de 22 pisos del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, en la
avenida 9 de Julio, entre Moreno y avenida Belgrano. El área se completa
con la calle Lima. En medio de esa manzana, paralelo al edificio,
existió el pasaje Aroma, al que algunos conocieron también como “De la
Fidelidad”, por la cercanía con el cuartel del regimiento de Pardos y
Morenos, que habían peleado fielmente contra los invasores ingleses.
Dicen
que el nombre Aroma era porque por allí andaban los toros que iban a la
plaza y dejaban huella de su paso. Pero el origen era otro: evocaba la
heroica batalla librada en la pampa de Aruhuma (conocida popularmente
como Aroma) el 15 de noviembre de 1810. Esa vez, las fuerzas patriotas
lideradas por Esteban Arze, derrotaron a los españoles. Fue una victoria
importante y ocurrió una semana después de otra batalla clave: la de
Suipacha, ambas en la actual Bolivia.
También se la conoció como
“la calle embrujada”, por la proximidad de un camposanto que estaba en
Lima y Belgrano, a metros de la Iglesia de Nuestra Señora de Monserrat,
la parroquia que le da nombre al barrio. Cuentan que ese “embrujamiento”
tenía que ver con algunas ánimas que rondaban el lugar. Los más
escépticos, en cambio, lo asocian con los malandras que rondaban la zona
y aprovechaban la mala fama de esa calle para cometer sus tropelías y
achacárselas a los fantasmas.
Ministerio sin la 9 de Julio. El edificio ocupó el espacio del pasaje Aroma. |
Claro que sobre los fantasmas había
otra teoría. Decían que los espíritus correspondían a una joven que
había sido novia de un torero andaluz y del propio torero. Recordaban
que él quiso llevarla a España, pero como ella se negó y terminó la
relación, él la asesinó y luego se ahorcó junto a una reja de la plaza
de toros. En aquella plaza, en ocho años, hubo unas 120 corridas en las
que se recaudaron más de 7.000 pesos. Buena parte de ese dinero se usó
para obras de empedrado.
Más cerca en el tiempo, la zona cambió.
Los terrenos fueron expropiados en 1900. Y en 1934 se empezó a construir
el gran edificio que en su origen era para las entonces dispersas
oficinas del Ministerio de Obras Públicas. Se lo inauguró en septiembre
de 1936, a pesar de que ya estaba en ejecución el trazado de la 9 de
Julio. Eso le otorgó al edificio que desde 2011 lleva la imagen de Evita
una exclusividad: es el único de la Ciudad con domicilio sobre la ancha
avenida.
En la actualidad, el nombre Aroma es para un pasaje que
está en la zona de Flores Sur. Y de la cercanía de la plaza de toros
sólo quedó el recuerdo de unos pocos. Lo mismo que ocurrió con otra
plaza de toros porteña que reemplazó a la del barrio de Monserrat. Fue
la que se construyó en Retiro en 1800 y se mantuvo hasta 1819. Pero esa
es otra historia.
Fuente: clarín.com
Fuente: clarín.com
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