Detalle de la escultura de Morgante realizada por Cioli | Crédito: Florenz Max-Planck-Institut.
Por Javier García Blanco
Durante siglos las cortes más importantes de toda Europa contaron entre sus miembros con la presencia de personas aquejadas de enanismo cuya ocupación principal era entretener a reyes y nobles con sus rimas,chistes y otros espectáculos.
Muchos de ellos alcanzaron la fama gracias a los pintores de corte, como sucede con los célebres bufones de Velázquez, pero otros —aunque mencionados en las fuentes e igualmente retratados en obras de arte— son mucho menos conocidos.
Ese es el caso del "enano Morgante" (su verdadero nombre era Braccio
di Bartolo), quien sirvió en la corte de Cosme I de Médici durante
décadas, acompañando al Duque en sus viajes diplomáticos y sirviéndole
de entretenimiento durante sus horas de asueto en palacio.
Morgante —bautizado así irónicamente en alusión a un gigante citado
en un célebre poema de la época— fue inmortalizado en varias ocasiones
por encargo del Gran Duque, tanto en esculturas como en pinturas.
Copia de la estatua realizada por Giovanni da Bologna | Crédito: Wikipedia. |
Uno de sus retratos más famosos —conocido
popularmente como Fuente del Bacchino— consiste en una singular
escultura realizada por Valerio Cioli y cuya copia —la original se
retiró hace unos años para conservarla— puede verse en el jardín de
Bóboli de Florencia.
En la curiosa obra, el pequeño Braccio aparece
desnudo sobre una tortuga, en una pose y un gesto que se burla a
propósito de la célebre estatua ecuestre de Marco Aurelio conservada en
Roma.
Otro artista del momento, Giovanni da Bologna, esculpió una obra de
características similares —en la que Morgante monta sobre un dragón—
que se colocó durante algunos años en la Loggia dei Lanzi, también en
Florencia.
Estas dos esculturas retrataron a Braccio di Bartolo cuando tenía ya
una edad bastante avanzada, pero las fuentes —y en especial un
inventario de obras de arte de la familia Médici de 1553— aludían
también a la existencia de un retrato doble —un lienzo pintado por
ambas caras— realizado antes de esa fecha por Bronzino, pintor de
cámara de Cosme de Médici.
Anverso y reverso de la pintura de Bronzino, tras la restauración | Crédito: Wikipedia. |
Durante la vida del Duque el retrato doble de su
apreciado Morgante —Vasari habla de él en términos muy elogiosos, e
incluso se sabe que le concedieron unas tierras a su familia— estuvo en
el Palazzo Pitti, pero a la muerte del poderoso Médici fue trasladado a
otro lugar y se le acabó perdiendo la pista.
Así, el singular retrato de un entonces joven Morgante estuvo
desaparecido durante casi tres siglos, hasta que en la década de los 80
del siglo pasado "reapareció" en el laboratorio del Opificio Delle
Pietre Dure, uno de los centros de restauración más prestigiosos de
Italia.
Allí los expertos restauradores pudieron reconstruir su accidentado
periplo por distintos enclaves de la Toscana. Al parecer, tras la
muerte de Cosme de Médici la pintura —que siempre se había considerado
una rareza— se llevó a otro palacio del clan: la Villa di Poggio
Imperiale.
AYa en el siglo XVIII, alguien debió considerar que el cuerpo
desnudo mostrado en aquel retrato singular resultaba obsceno y poco
decoroso, por lo que se procedió a su repintado, añadiéndole hojas de
parra, uvas y otros elementos para ocultar su desnudez y convertirlo en
una representación de Baco. Esta "restauración" contribuyó aún más a
difuminar el origen de la obra.
Con el paso de los años, el suntuoso palacio acabó convertido en el
siglo XIX en una prestigiosa y exclusiva escuela para señoritas, por lo
que el cuadro —a pesar de las modificaciones— se trasladó de nuevo por
considerarse poco apropiado.
Fue así como la pintura acabó en los fondos del Museo de
Antropología y Etnología de Florencia, donde fue de nuevo relegado al
olvido, conservándose durante décadas en una estancia alejada de las
visitas, a pesar de que el célebre historiador estadounidense Bernard
Berenson supo identificar la pintura como un auténtico y valioso
trabajo de Bronzino.
Por suerte la obra acabó en manos de los expertos del Opificio Delle
Pietre Dure, quienes devolvieron el aspecto original a la obra y
descubrieron que se trataba del retrato de Braccio di Bartolo, el bufón
favorito de Cosme de Médici.
Fuente: Yahoo! Noticias
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