LA REAPERTURA DEL MOLINO
PODRÍA TARDAR AÑOS TRAS LA EXPROPIACIÓN

Patrimonio Porteño.

Es porque aún no se conoce con precisión el grado de deterioro del edificio y la confitería, que cerró en 1997. También quieren hacer un museo y un centro cultural.

Parte de la historia. El tranvía todavía pasaba por la avenida Entre Ríos, frente al Congreso. Y en la esquina, la antigua confitería.
Silvia Gómez

Menos de un mes atrás la Cámara de Diputados de la Nación, por unanimidad, votaba la ley para expropiar el edificio de la histórica Confitería del Molino, en Callao y Rivadavia, frente al Congreso. Y ayer se promulgó esa ley, lo que faculta al Poder Ejecutivo Nacional a adquirir el inmueble a un precio que no exceda lo establecido por el Tribunal de Tasaciones. Sin embargo, aún hay un largo camino por recorrer y quizá pasen muchos años para que la reapertura del histórico lugar se transforme en una realidad.
La confitería cerró sus puertas en 1997 y desde ese momento fueron muchas las voces que pidieron por su recuperación: no sólo los vecinos, que veían como día a día se deterioraba, sino también especialistas en patrimonio y políticos. En la Legislatura porteña, entre 2006 y 2012, se presentaron seis proyectos diferentes para intentar avanzar con su protección y recuperación. Pero ninguno de ellos obtuvo dictamen favorable de las comisiones y perdieron estado parlamentario. Lo mismo ocurrió en el Senado y en el Congreso en años anteriores. A fines de 2012, el ex senador Samuel Cabanchik logró que su proyecto avanzara hasta ser finalmente votado por ambas cámaras. En los últimos meses el proyecto contó con un gran impulso de Julián Domínguez (FPV), actual presidente de la Cámara de Diputados, quien también promueve la restauración del edificio del Congreso (ver aparte).


De afuera. La falta de mantenimiento también se percibe en la fachada.
De afuera. La falta de mantenimiento también se percibe en la fachada.



“Sin dudas la ley cerró una parte de esta larga historia en relación a la recuperación de este edificio. Sin embargo, falta mucho aún para que la reapertura se vuelva una realidad. Por un lado el Ejecutivo Nacional fue facultado a concretar la expropiación gracias a esta promulgación; sin embargo, tiene que reglamentar cómo se llevará a cabo todo el proceso. Luego hay que tasar el edificio e imputarlo al Presupuesto 2015, que como ya fue votado, habría que ver si se le destina una partida especial. Luego hay que hacer un peritaje, porque hoy por hoy nadie puede decir con precisión cuál es el grado de deterioro que tiene el edificio. Y si bien todas estas cosas se pueden hacer en paralelo, son pasos muy importantes”, evaluó el arquitecto Martín Marcos, director del Museo de Arquitectura y Diseño, que depende de la Sociedad Central de Arquitectos.
Marcos promueve desde hace años, junto a los estudiantes de su cátedra en la Facultad de Arquitectura de la UBA, una convocatoria pública para organizar una gran exposición de la historia de la confitería (museo@socearq.org). Fotos, datos, recuerdos, utensilios, objetos... todo lo que pueda servir para recuperar una parte de la vida de este edificio construido por el italiano Francesco Gianotti, que se inauguró el 9 de julio de 1916.
En diálogo con Clarín el contador Ricardo Angelucci –secretario administrativo de la Cámara de Diputados– coincidió en que aún hay mucho trabajo por hacer: “En forma oficial aún no se realizó una recorrida por el edificio como para saber de que tipo de deterioro estamos hablando. Faltan las pericias. Aún así el estado actual implica un riesgo en términos edilicios y esto se ve desde afuera.


Icono de la Ciudad. En Rivadavia y Entre Ríos, el edificio exhibe el deterioro por haber estado cerrado desde hace casi dos décadas. Fotos: Juano Tesone
Icono de la Ciudad. En Rivadavia y Entre Ríos, el edificio exhibe el deterioro por haber estado cerrado desde hace casi dos décadas. Fotos: Juano Tesone

En principio, habiendo logrado la promulgación, lo que sabemos es que primero podremos llevar a cabo una intervención en la confitería y después evaluar el estado del resto del edificio”, explicó el funcionario.
Más allá de los problemas estructurales que podría tener el edificio, tiene al menos otro conflicto que habrá que resolver: en los pisos superiores vive gente. E incluso también el encargado. En el documental “Las aspas del Molino” (que se estrenó en septiembre), el director chileno Daniel Espinoza García cuenta la historia de la confitería a través de su propia historia como okupa del edificio. El documental, que se puede ver íntegro por YouTube, permite espiar el interior de esta obra clave del Art Nouveau en Buenos Aires. Como sucedió con otras obras icónicas de la Ciudad –el Palacio de Aguas, por ejemplo– para construirlo Gianotti hizo traer los materiales de Europa: puertas, ventanas, mármoles, herrajes de bronce, cerámicas, cristalería y más de 150 m2 de vitraux.
Además de recuperar la confitería, la ley prevé la transformación del edificio en un centro cultural y un museo que documentará su construcción y rol político y cultural.


Fuente: clarin.com

1 comentario:

  1. Muy simple, que los rajen! Perdón pero no me imagino okupas en ningún edificio similar en Europa viviendo en un ícono así de lo más panchos. Además si este señor es director de cine, no creo que sea precisamente indigente, no?
    En otro orden de cosas, siempre se comentó que había un tema de herencias y sucesiones y que incluso los Martínez de Hoz estaban involucrados, no sé qué hay de cierto en este rumor.

    ResponderEliminar