Cabeza. De Modigliani. |
Tal vez la crisis no toque al arte y eso explique las cotizaciones millonarios de ciertas obras en Estados Unidos y en Europa. O al revés: tal vez la crisis haya convertido esas obras en refugio de valor y llevarse un cuadro de un artista consagrado sea algo así como comprar acciones de una empresa que es difícil que se caiga.
El punto es que el martes la subastadora Sothebys de Nueva York tuvo una sesión record en sus 270 años de historia: reunió 422 millones de dólares en una noche.
En esa suma pesó la escultura Chariot (Carro) del suizo Alberto Giacometti, que casi bate su propio récord al convertirse en la segunda más cara jamás subastada, cosechando 101 millones de dólares. La obra representa la figura de una diosa sobre dos ruedas. Mide casi 145 centímetros de alto y fue realizada en bronce y madera entre 1950 y 1952. En parte, el valor de esta obra se explica por la rareza de la obra, que fue pintada para enriquecer la textura del bronce.
El récord en esculturas lo mantiene hasta hoy otra obra de Giacometti (1901-1966), El hombre que marcha I, subastada en 2010 por 104 millones de dólares.
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