De frente. Noorthoorn promete acercar el museo a los artistas, al barrio de San Telmo y a la gente. /HERNÁN ROJAS |
Por Patricia Kolesnicov y Mercedes Pérez Bergliaffa
Victoria Noorthoorn acaba de asumir al frente del Museo de Arte
Moderno de Buenos Aires y sus sueños, dice, no se quedan cortos.
Primero, una reforma estructural que incluye crear varios departamentos,
de Educación a “Fundraising” (recaudación de fondos). Si todo va bien,
espera cubrir con ese dinero privado un 30% del presupuesto de este
museo público. También planea hacer un museo “vivo”, con charlas, con
música, con interacción con su barrio, San Telmo. Contará con 26
millones de pesos de presupuesto al año que, informa, es diez veces más
de lo que el Museo recibió hasta ahora. Curadora destacada –en 2011
estuvo a cargo de la 11ª Bienal de Lyon–, se formó en la UBA y en Nueva
York; trabajó en el Malba, colaboró en la presentación de León Ferrari
en la 52ª Bienal de Venecia, curó muestras por el mundo. Y –chisme– es
amiga íntima de Máxima. Sí, la reina. Ahora, Noorthoorn llega a suceder
a Laura Buccellato, que dirige el Museo desde 1997. Buccellato fue el
alma de este museo pero el año pasado chocó con una piedra difícil: un
grupo importante de artistas contó que para participar de una exposición
se les exigía donar las obras. Algunos se negaron a hacerlo y se formó
“Artistas Organizados”, un grupo que juntó muchas e importantes firmas
rechazando esta modalidad. Noorthoorn llega, pues, en un momento de
relativa “normalización” de un museo que en 1997 recibió un anteproyecto
de reforma del prestigioso arquitecto Emilio Ambasz y de 2005 a 2010
estuvo cerrado por esa reforma que aun no se terminó. Creado en 1956,
en el patrimonio del Museo hay obras de Enio Iommi, Hlito, Le Parc,
Maldonado, Kandinsky, Matisse, Arden Quinn, Greco, Kosice y Lozza,
entre muchos otros. Y ahora planea esta especie de conducción
colegiada, “un museo con áreas especializadas, un museo del siglo XXI…”
–¿Eso no existe en la actualidad, en otros museos?
–Yo
creo que en nuestro país se ha instaurado un modelo más unipersonal en
la gestión de museos y me parece importante abrir el campo a lo plural,
para que el museo esté constituido, por un intercambio de conocimientos
fuerte. Con profesionales que sobrevivan a su director.
–¿Y qué verá el público?
–Quiero
que este museo sea, además de profesional, abierto, inclusivo, amable
para los más diversos públicos… siempre centrándose, por un lado en el
patrimonio, y por otro lado en lo que sucede en esta ciudad a nivel de
creación artística. Estoy convencida de que Buenos Aires es una de las
ciudades que presenta a una de las comunidades artísticas más creativas y
pujantes del arte contemporáneo mundial...
–¿Por qué ocurre eso?
–Porque
viajo, veo y veo que lo que se produce acá es de una gran, gran
calidad… ¿Por qué? Porque los artistas todavía trabajan con una libertad
propia de un sitio donde no hay un mercado del arte totalmente
instaurado, entonces crean porque… necesitan crear por convicción, no
por otro tipo de intereses… –¿La falta de mercado de arte no es un déficit?
–Es
un déficit: querríamos que el mercado del arte fuese más grande porque
queremos que los artistas vivan de su trabajo. Pero esto tiene una
ventaja que es que el que crea, y crea sostenidamente por quince, veinte
o veinticinco años, crea ppor una convicción profunda respecto de lo
que hace.
–Entonces patrimonio y artistas contemporáneos..
–Abrirse
a lo que tenemos a cinco cuadras a la redonda. Hay artistas que están
mostrando afuera del país y que no muestran en su ciudad, no hemos visto
exposiciones individuales en museos, sí en galerías, pero los museos no
se han ocupado mucho de los artistas que están en esta ciudad… –¿Es posible hacer algo inclusivo con arte contemporáneo? Uno ve rayas, un calamar en un zapato...
–Bueno,
ahí las desafío: vengan a ver las muestras de octubre y después
hablamos. Van a ser tan buenas las exposiciones que van a romper la
distancia entre la gente y la obra de arte. La gestión Noorthoorn
empezará a ser visible en octubre, con artistas como Jorge Macchi y
Luciana Lamothe –a quienes ya había escogido para Lyon–; Karina
Peisajovich –Premio Konex 2012–; Graciela Hasper –sobre cuya obra
Noorthoorn escribió un libro–, Lucio Dorr, un artista que emergía y
murió en junio. El plato fuerte: Dos acciones de Gyula Kosice en la vía
pública.
Fuente: clarin.com
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