Un visitante observa la exposición "Botero, dibujos en tela y en papel" del artista colombiano Fernando Botero en el Museo Nacional de Bellas de Buenos Aires (Argentina). EFE |
Por Nury Rojas Patiño
Buenos Aires - Escondidos tras unas gafas de marco negro y lentes completamente redondos, los ojos del artista colombiano Fernando Botero son los encargados de recibir a los visitantes que desde hoy podrán ver una muestra de sus dibujos en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.
Buenos Aires - Escondidos tras unas gafas de marco negro y lentes completamente redondos, los ojos del artista colombiano Fernando Botero son los encargados de recibir a los visitantes que desde hoy podrán ver una muestra de sus dibujos en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.
Una sala pintada de color naranja especialmente para este montaje
funciona como escenario de "Botero, dibujos en tela y en papel", un
grupo de cincuenta obras de la colección personal del artista
colombiano, realizadas entre 1973 y 2011, que conforman la primera
exposición realizada únicamente solo con sus dibujos.
"Es muy importante porque son obras que Fernando (Botero) seleccionó
una a una. No se venden, son suyas y ahora tenemos la posibilidad de
mostrarlas en Argentina", dijo Teresa de Anchorena, la comisaria de la
muestra, en un recorrido por la exposición especial para la prensa.
Las técnicas utilizadas por Botero en estas obras donde aparecen sus
tan característicos "gordos" son diversas: van desde la acuarela, el
lápiz, la tinta y el carboncillo sobre papel, pasando por innovar con
una poco utilizada, la sanguina (óxido férrico) sobre tela, considerada
por muchos artistas y críticos como exigente y de gran destreza para
desarrollarla.
Una visitante observa la exposición "Botero, dibujos en tela y en papel" del artista colombiano Fernando Botero en el Museo Nacional de Bellas de Buenos Aires (Argentina). EFE |
Los trazos claros y contundentes que muestran la voluptuosidad, una
característica tan particular de Fernando Botero, contrastan con el
manejo que el artista hace de los colores y la luz, ya que sus obras
parecen pensadas para que el espectador se sienta cómodo y en calma, aún
con aquellas imágenes que hablan de la violencia.
Precisamente, en "Violencia y toros", uno de los capítulos de la
muestra, los dibujos "Desplazado" y "Desplazados", ambos de 2004, llaman
la atención porque evidencian el querer del autor por dar testimonio y
pronunciarse ante la realidad cargada de violencia que genera el
desplazamiento de los campesinos en su país natal.
La "fiesta brava", un tema continuamente trabajado por Botero a lo
largo de su carrera, también está presente en esta exposición, con
dibujos que representan a sus personajes principales, resaltando la
figura del torero, el picador y hasta del toro mismo.
La música, otro de los temas importantes para el artista, es plasmada
mediante distintas técnicas en las que el violín, por ejemplo, ha
tenido uno de los papeles estelares a través de los años, ya que suele
aparecer de diferentes maneras, ya sea solo, siendo interpretado,
descansando en manos de un músico o sobre una mesa.
Una noche, después de cenar con su esposa y cautivado por la
sencillez de un circo montado en una humilde carpa, sin lujos ni grandes
avisos, Botero revivió todo aquello que sintió cuando en su niñez
visitó los humildes circos de pueblo, y son esos recuerdos los que en
2006 dieron origen a "Circo", un capítulo de caballos, elefantes,
payasos y color, de los que también hay ejemplos en esta exhibición, que
estará abierta hasta el 30 de junio.
Un visitante observa la exposición "Botero, dibujos en tela y en papel" del artista colombiano Fernando Botero en el Museo Nacional de Bellas de Buenos Aires (Argentina). EFE |
Sin embargo, el cuadro más llamativo es "Pedrito", de 1981, donde
Botero, mediante acuarela sobre papel, dibuja a su hijo Pedro, quien
falleció a los cuatro años, en 1974, en un accidente automovilístico, y
desde ese entonces el artista dedicó gran parte de su tiempo a retratar a
su hijo mediante diversas técnicas.
Artistas, música y viajes se entrecruzan en el capítulo "Vida
latinoamericana", que da cuenta de distintas escenas que, en sus
recorridos por América Latina, Botero considera significativas para
contar y que, a su vez, decide plasmar ya sea en un lienzo o una tela,
para detener en el tiempo y compartir con todo aquel que tenga la
oportunidad de acercarse a su obra.
"Queremos que todo el país disfrute de la obra de un gran artista que
con orgullo podemos decir que es latinoamericano, porque siendo
mundialmente reconocido, Botero nunca se ha apartado de sus raíces",
destacó Teresa de Anchorena.
Fuente: EFE
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