Adiós a la galería "okupa" Tacheles. Desalojaron ayer el espacio, central para la cultura libre durante más de 20 años.
Una joven ciudadana del mundo toca la melodía triste de la película Amélie
en un piano de cola en una sala que da a la calle de la famosa galería
okupa Tacheles del barrio Mitte de lo que fuera hace 23 años Berlín
Oriental. Poco después, ayer, la policía alemana clausuraba este símbolo
del arte alternativo surgido poco después de la caída del Muro, que
durante más de dos décadas albergó a pintores, escultores, fotógrafos,
músicos, bailarines, djs y artesanos alemanes y globales.
El
edificio se inauguró en 1909 como un símbolo de una Alemania desafiante.
Un amplio espacio de oficinas del sector agrícola. Años después sería
utilizada por el régimen nazi y después de la guerra devino en un gran
almacén de materias primas del agro. Luego de la unificación, en febrero
de 1990, un grupo de artistas lo “ okupó ” y se organizó para
dividir el edificio de seis plantas en un ámbito de trabajo, creación,
estudio, y también de venta de obras, donde hubo lugar para un cine, un
teatro, el bar Zapata, y una disco.
El tercer piso fue, hasta
ayer, conocido como el espacio latinoamericano porque allí vivían y
trabajaban artistas y artesanos de Chile, Bolivia, Perú, México entre
otras nacionalidades. Por allí pasaron las cámaras que filmaban la
película Good bye Lenin y fue visitada por artistas consagrados.
A
comienzos de los 90, Berlín estalló en todos los sentidos imaginables y
se convirtió en una meca de turistas, artistas, intelectuales y
bohemios. Pero también, la ingenuidad de este barrio, Mitte, recibió en
ayunas la avalancha de inversores que comenzaron a transformar esa parte
de la ciudad en un mundo de construcción permanente y de globalización
alocada que enfrenta a Armani con las ruinas del Muro.
La noticia
del desalojo comenzó a conocerse en febrero. Desde entonces se
realizaron algunas protestas: performances que nunca alteraron el ritmo
de la conocida avenida Oranienburger. En junio, el colectivo de artistas
envió a las autoridades de Berlín las llaves del edificio junto a una
carta abierta al alcalde-gobernador de Berlín, el socialdemócrata Klaus
Wowereit, al que acusaron de ser el responsable del cierre. “El
centro artístico Tacheles deja así definitivamente de funcionar, de lo
que únicamente usted es responsable. Habría sido fácil salvar el centro
creativo de Berlín del desmantelamiento y la destrucción especulativa.
Usted conscientemente no ha cumplido esta tarea”.
La otra
cara del “enemigo” es el HSH Nordbank y Anno August Jagdfeld que
reclaman la propiedad del lugar. Debido a su estado ruinoso, en 1998 los
artistas del Tacheles firmaron un acuerdo para permanecer en el lugar
durante diez años más, a cambio de reformar el edificio y ocuparse de su
mantenimiento con sus propios ingresos. Una vez finalizado ese
contrato, la situación del Tacheles empeoró, ya que el propietario de
los terrenos quebró y su principal acreedor, el HSH Nordbank, reclamó la
casa y el valioso terreno.
Ayer a las ocho en punto de la mañana
los aproximadamente cincuenta artistas que continuaban en el edificio
entregaron voluntariamente las llaves al agente judicial, tras lo cual
entró un grupo de policías aburridos que dejaba una pila de puchos
humeante sobre la vereda de enfrente. “Rechazamos la violencia. Hemos
llegado al límite de nuestras fuerzas”, declaró la artista Linda Cerna
en nombre de los últimos que allí estaban ante una treintena de
periodistas.
El cierre de Tacheles dispara muchos debates. Uno es
el de la construcción y reconstrucción desmedida de la que los
berlineses se quejan. Pero también inaugura el debate sobre los
subsidios a la llamada cultura independiente: los artistas pierden su
lugar de trabajo pero no su actividad, gracias al apoyo económico que
recibieron antes de abandonar el lugar.
Es la ciudad la que
pierde un espacio de la cultura libre que pronto albergará, con
seguridad, a las marcas más chics del planeta.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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