Danzas, conciertos y ritos ancestrales.
La celebración se realizó en la ciudadela y también en las calles de Lima y Cusco.
Perú festejó el centenario del descubrimiento de Machu Picchu. (EFE)
Por Fernando Soriano
Las deslumbrantes ruinas de la ciudadela inca Machu Picchu
cumplen 100 años a los ojos de la cultura occidentalizada. En julio de
1911 el explorador estadounidense Hiram Binghan redescubrió este
asentamiento misterioso abandonado, que en 1983 fue declarado Patrimonio
Cultural de la Humanidad y hace cuatro años, una de las nuevas Siete
Maravillas del Mundo. Por todo su valor histórico, cultural y también
económico (como polo turístico global y trascendental) todo Perú comenzó
a festejar ayer con danzas, música y un espectáculo central de luces y
colores en el propio monumento, como una celebración del “reencuentro”
de la Humanidad con parte de su legado e historia.
No sin las
críticas de expertos en arqueología y defensores de la preservación del
patrimonio, la fiesta comenzó ayer en el sitio sagrado, en el crepúsculo
del día, todavía con las nubes cubriendo como un manto ancestral lo que
queda de las construcciones de piedra: a las seis de la mañana, y con
dos grados bajo cero, se inició la celebración con el disparo de 21
balas de salva, que relumbraron entre los cerros del bosque tropical
andino.
Antes del mediodía se llevó a cabo el “saludo a Machu
Picchu” en la ciudadela incaica, con la evocación y escenificación de la
ceremonia tradicional Tinkay, una danza que saluda al emperador inca
Pachacúteq, quien en el siglo XV, según las tradiciones recogidas por
los españoles, ordenó construir este sitio, a 2.400 metros sobre el
nivel del mar, para que sea su propio mausoleo y un lugar de culto a los
muertos.
A esa hora, la ceremonia siguió con un saludo a los
cuatro suyos – las cuatro partes en las que estaba dividido el imperio
inca, llamado Tahuantinsuyo –, y una ofrenda a la Pachamama, o Madre
Tierra, mientras en Cusco, Lima y otras ciudades de Perú se conmemoraba
también este “redescubrimiento”. La gala continuó con una seguidilla
musical que contó con el grupo chileno Los Jaivas, quienes cantaron el
poema de Neruda “Alturas de Machu Picchu”; el grupo Pachatusan
interpretó el tema Sentimiento Inca; y Arco Iris cantó Melodía Andina.
Luego se proclamó el “hermanamiento” de Machu Picchu con los otros seis
municipios de las Siete Maravillas.
El festejo central arrancó
recién a las 19 de Perú (las 21 en Argentina). “Machu Picchu. Historia y
homenaje a una Maravilla del Mundo”, fue el título del espectáculo de
luces y danzas, dirigido por el cineasta local Lucho Llosa, ante la
presencia de 200 espectadores y el acompañamiento de la Orquesta Andina y
la Orquesta Sinfónica de Cusco. Y terminó con un concierto de la
cantante peruana Tania Libertad, parada sola con su alma sobre el
santuario histórico, iluminado detrás suyo con LED de diferentes
colores.
Aunque la capacidad de público en la ciudadela fue
limitada a 200 invitados, la fiesta recibió críticas de expertos.
“Tiemblo cuando pienso en la iluminación. Machu Picchu no sólo es su
historia, también su vegetación y su fauna. Con las luces se morirán
pájaros, se abrirán flores en la noche, que con solo media hora de
exposición a la luz se morirán”, protestó el prestigioso arqueólogo
peruano Luis Lumbreras ayer en la TV local.
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